Moscú fue un principado impulsado por los mongoles para contrarrestar al rebelde principado de Tver. Fue adquiriendo gran poder hasta convertirse en la sede de la Iglesia ortodoxa rusa. Cambió su alianza con los mongoles para acercarse al Gran ducado de Lituania. Cuando Constatinopla cae en 1453, la principal sede del cristianismo ortodoxo será Moscú, de ahí que se hablé de esta ciudad como la “Tercera Roma”.