En estas guerras se enfrentaron la liga de Delos, dirigida por Atenas y la liga del Peloploneso, dirigida por Esparta. Si bien la primera dominaba los mares, la segunda era poderosa en el combate en tierra. Durante más de dos décadas se daban victorias en ambos bandos. El punto de inflexión fue la campaña de Atenas en Siracura que término con una estrepitosa derrota para Atenas.