En la primera fase de la guerra la Alemania Nazi parece imparable, ocupa Polonia, Dinamarca y Noruega sin mucho esfuerzo, y es capaz de ocupar Francia con un coste mínimo. Esto se hace gracias a haber pactado con la Unión Soviética la no agresión y el reparto del este. Solo la entrada de la Italia de Mussolini en la guerra hace que Hitler pierda cinco semanas decisivas en su invasión de la Unión Soviética.