Ajena a los pensamientos de Daniel, Pilar escuchaba las explicaciones sobre los objetos del escaparate. Huevos de pascua, vasos, tapices…
En cuanto se reunieron con Daniel, este puso fin a su visita, no quería prolongarla. No querían ocuparse del viaje hasta el día de la marcha. Tenían que coger un autobús hasta Barajas.
Mientras Pilar y Daniel fundían su risa, él recordó algo que Pilar le había preguntado antes sobre su vida amorosa en París. La idea de que Pilar se enterase de su secreto le atormentaba en ocasiones, pero la alejaba porque no vio peligro de que ella se enterase de la verdad.