Tudor se despide de sus alumnos, comienzan sus vacaciones de Navidad hacia Cri?ana, Rumanía. En el trayecto coincide con un hombre con el recuerdan y charlan sobre la revolución de 1848. Nuestro protagonista siente una fortísima emoción al entrar en la humilde casa campesina que le había visto nacer. Todo estaba igual que cuando su padre vivía.
Volver al pueblo, a la vida de antes. Durante aquellas vacaciones Tudor no paró quieto: los bailes y las reuniones se sucedían a lo largo de las festividades.