Saca cinco minutos a cualquier hora del día y suelta todas las tensiones que te produce tu entorno. Transforma tu energía, atrae pensamientos positivos a través de la respiración, enfócate y deja que la tranquilidad vista tu día. Recuerda que este espacio contigo mismo solo requiere de una pausa dentro de la agitación que puede producir en ocasiones la vida. ¡Namasté!