“La quietud en quietud no es la verdadera quietud; sólo cuando hay quietud en movimiento, el ritmo del universo se manifiesta”, decía Bruce Lee, el icono de las artes marciales.
Mas esa quietud interior no sólo se requiere para ejecutar las artes marciales, sino para la vida: para ser, estar, comer, descubrir, relacionarse, incluso, para disfrutar la visita a un museo.