En el episodio La perfección de la perversión descubrimos la clave del por qué no se había descubierto este caso de pederastia antes, por qué Donet había conseguido ocultar esta barbarie durante años y por qué nadie le negó la tutela de niños de acogida: de cara a los chavales todo se disfrazaba de "normalidad". Sus encuentros se habían convertido en hábitos y los niños se tomaban estas atrocidades como un juego.