Hace un par de semanas Ibiza acababa de forma oficial, o quizás mejor dicho, oficiosa, la temporada. Porque allí, en la isla más lujosa del Mediterráneo, aunque se acabe el verano, la fiesta todavía dura un poco más. La temporada echa el cierre con las closing parties, las fiestas de despedida de las discotecas, que volverán a abrir el siguiente verano. En medio de ese glamour, cientos de trabajadores viven en chabolas por toda la isla por no poder acceder al mercado inmobiliario. Antes pasaba solo en verano, pero ahora también en invierno.
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