El reconocido locutor, hombre de la suerte y creador del clásico ciclo de azar, La Danza de la Fortuna, realizó un intenso recorrido por su historia y reveló como su profesión trajo a su vida su gran amor: “Me siento un hombre de suerte. Comenzando por el matrimonio. Conocer a Elda Moreno, mi compañera de toda la vida, fue mi mayor fortuna. Ella era locutora, nos conocimos en la radio y no nos separamos más. Tuve la suerte de tener un matrimonio feliz por más de 50 años. Toda una vida juntos, hasta que partió. Fue mi gran compañera de más de medio siglo, mi gran amor, con quien tuvimos a nuestro hijo y formamos nuestra familia. Ella me hizo inmensamente feliz y agradezco infinitamente a Dios que la puso en mi camino.” Aseguró Luis Roberto González Rivero, más conocido como Riverito, quien a sus 92 años y con 77 años de carrera artística, decidió retirarse de su profesión y cuenta en su haber con cinco Martín Fierro en competencia y uno por su trayectoria.

El reconocido locutor, hombre de la suerte y creador del cl&aacute;sico ciclo de azar, La Danza de la Fortuna, realiz&oacute; un intenso recorrido por su historia y revel&oacute; como su profesi&oacute;n trajo a su vida su gran amor: &ldquo;Me siento un hombre de suerte. Comenzando por el matrimonio. Conocer a Elda Moreno, mi compa&ntilde;era de toda la vida, fue mi mayor fortuna. Ella era locutora, nos conocimos en la radio y no nos separamos m&aacute;s. Tuve la suerte de tener un matrimonio feliz por m&aacute;s de 50 a&ntilde;os. Toda una vida juntos, hasta que parti&oacute;. Fue mi gran compa&ntilde;era de m&aacute;s de medio siglo, mi gran amor, con quien tuvimos a nuestro hijo y formamos nuestra familia. Ella me hizo inmensamente feliz y agradezco infinitamente a Dios que la puso en mi camino.&rdquo; Asegur&oacute; Luis Roberto Gonz&aacute;lez Rivero, m&aacute;s conocido como Riverito, quien a sus 92 a&ntilde;os y con 77 a&ntilde;os de carrera art&iacute;stica, decidi&oacute; retirarse de su profesi&oacute;n y cuenta en su haber con cinco Mart&iacute;n Fierro en competencia y uno por su trayectoria.

Riverito: “Gracias a mi profesión conocí el amor”

El reconocido cantante canario que conquistó hace años la Argentina repasó en Íntimamente con Alejandra Rubio: su dura, pero feliz infancia. Sus comienzos desde niño, su timidez… los golpes y alegrías de su vida y sus ganas constantes de superarse, pese al paso del tiempo: “Era el hermano mayor, solo una hermana me superaba en edad, y la música nos salvó. Desde muy chico canté. Mi papá me llevaba, ya a los 7 años, todos los domingos a un concurso que hacia todas las semanas y ganaba 1000 pesetas el más aplaudido. Con eso ayudaba a mi familia. Ganaba todas las semanas. Era tan negrito, tan flaco, puro dientes, tan moreno…siempre con una sonrisa. Aparecía yo y el público no paraba de aplaudir. El ayuntamiento nos ayudó con una casa en San José de las Longueras sin pagar prácticamente nada por familia numerosa.” Aseguró José Vélez, quien recibió numerosas distenciones a lo largo de su carrera, un auditorio en España lleva su nombre, posee el título de ‘Hijo Predilecto’ de su ciudad natal y hasta una calle, en su lugar de origen, tiene en su nombre.

El reconocido cantante canario que conquist&oacute; hace a&ntilde;os la Argentina repas&oacute; en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio: su dura, pero feliz infancia. Sus comienzos desde ni&ntilde;o, su timidez&hellip; los golpes y alegr&iacute;as de su vida y sus ganas constantes de superarse, pese al paso del tiempo: &ldquo;Era el hermano mayor, solo una hermana me superaba en edad, y la m&uacute;sica nos salv&oacute;. Desde muy chico cant&eacute;. Mi pap&aacute; me llevaba, ya a los 7 a&ntilde;os, todos los domingos a un concurso que hacia todas las semanas y ganaba 1000 pesetas el m&aacute;s aplaudido. Con eso ayudaba a mi familia. Ganaba todas las semanas. Era tan negrito, tan flaco, puro dientes, tan moreno&hellip;siempre con una sonrisa. Aparec&iacute;a yo y el p&uacute;blico no paraba de aplaudir. El ayuntamiento nos ayud&oacute; con una casa en San Jos&eacute; de las Longueras sin pagar pr&aacute;cticamente nada por familia numerosa.&rdquo; Asegur&oacute; Jos&eacute; V&eacute;lez, quien recibi&oacute; numerosas distenciones a lo largo de su carrera, un auditorio en Espa&ntilde;a lleva su nombre, posee el t&iacute;tulo de &lsquo;Hijo Predilecto&rsquo; de su ciudad natal y hasta una calle, en su lugar de origen, tiene en su nombre.

José Vélez: "Canté desde muy niño para ayudar a mis diez hermanos"

El reconocido cantante español de 84 años, icono de la música romántica de habla hispana, conversó en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su historia, su infancia, su carrera artística y su amor por Argentina desde hace seis décadas: “Amo Argentina, es el primer país en el mundo que triunfe, incluso antes que en España. Mi primer disco de oro lo gané aquí y el público me dijo si desde el primer momento que pise este suelo en 1968. Desde ese año hasta hoy visité cada año este país, exceptuando solo los dos años de pandemia. Amo Buenos Aires, el tango, el asado… Las noches con amigos. Sé más de costumbres de este país que españolas y las disfruto. La gente me ha querido como de su familia, como alguien muy cercano a ellos. Amo a los argentinos, Argentina es mi lugar.” Aseguró el músico que además de vender más de 20 millones de álbumes en todo el mundo  y recibir innumerables premios y reconocimientos, recibió más de 50 Discos de Oro y 40 de Platino. 
El querido músico que trascendió generaciones convirtiéndose en una de las voces más escuchadas en Latinoamérica, forjó un fuerte vínculo con Argentina no solo desde lo cultural, sino por las amistades que cosechó con los distintos exponentes nacionales: "Desde el año 68 que vengo seguido. Vengo todos los años y algunos más de una vez. En Argentina, me han querido con locura. Simplemente cantando como he sabido yo cantar. Para mí Argentina representa mucho en mi carrera. Después por supuesto muchos otros países, pero el primero fue Argentina. Me hice amigo de grandes artistas de este país, como de Spinetta o el gran Polaco Goyeneche. Disfruto mucho caminar sus calles, el cariño del público, las sobremesas… Sé bastante más de Argentina que de mi propio país".
José Gómez Romero (Dyango) nació en Barcelona el 5 de marzo de 1940, pero fue inscrito por su padre el 8 de mayo, y así figura como su fecha de nacimiento en los documentos oficiales. Adoptó el nombre artístico Dyango (tomado del guitarrista de jazz gitano Django Reinhardt): “De niño estudie música y a los 8 años ingrese al conservatorio de música superior en Barcelona tocando instrumentos como el violín y la trompeta. Después vino la canción y ya me quedé. Había algo de que a la gente le gustara que cantara y dejara los instrumentos aparte. Empiece de abajo, fui cantando en sitios pequeños, la gente cada vez me fue conociendo más, me fue queriendo más hasta llegar a punto de conquistar el cariño en otros países. Soy, sin pretenderlo, uno de los artistas más queridos de América. Simplemente he hecho lo que sé hacer: música." Aseguró el cantante.
Es el mayor de cuatro hermanos, su padre músico y su madre le cantaba tangos desde su más temprana infancia. Su relación con la música fue desde siempre y así relata el mismo su propia historia: “Nací un 5 de Marzo en Barcelona, en un momento difícil, en la posguerra, que duró 15 años. La hambruna, siempre recordaré con mucho agrado esa etapa de mi vida. Con un trozo de pan negro de racionamiento te ibas a jugar a la calle con los amigos. Cuando llegaba mi padre, con un pan blanco bajo el brazo, en casa corría la voz entre mis hermanos ‘el papa ha portat un pa blanc’. (El padre ha traído un pan blanco). Imaginaros, un pan, eso ya era una dicha en aquel entonces. Barcelona es una ciudad maravillosa, y forma parte de mí y de mis recuerdos, cuando paso por allí siempre me tengo que parar en el Mercat de Sant Antoni para recordar las cosas de mi infancia. Cuando tenía dos años nació mi amor por la música. Sentado en un rincón de mi casa, mientras mi papá tocaba la trompeta, yo me dije que quería ser un día como él. Cuando cumplí los diez, me llevó al Conservatorio de Música de Barcelona y ahí estudié violín, solfeo, trompeta, etc. No había juguetes y no se hacían las cosas como ahora. Para jugar, confeccionábamos una pelota de trapos, y así nos divertíamos. Después me he dado cuenta que mis hijos lo han tenido todo, pero que a lo mejor no han sabido valora el no tener nada, y a mí. El tener aquella pelota de trapo me enseño a valorar muchas cosas. Si algo tengo que destacar, es que sé el valor de todo. Sé lo que vale un peine, la vida no me ha regalado nada, y siempre lo he tenido que hacer todo partiendo de cero y valorando mucho las cosas. Soy una persona que a pesar de los años que hace que tiene éxito en su profesión jamás ese éxito se me ha subido a la cabeza. Soy consciente que elegí una profesión dura y difícil, por lo mal considerados que están a veces los músicos… Una profesión tan o más difícil que la de ingeniero o abogado, pero a la vez increíblemente reconfortante y agradecida, así es la música.”
Continuando con su historia el músico relató: “Si hubiera nacido en Castilla, sería castellano, pero he nacido en Cataluña y mi idioma es el catalán cuando era niño se prohibía hablar el catalán por razones políticas. En las casas siempre se hablaba. En el colegio el catalán no se podía ni mencionar, al salir siempre lo hablábamos. Lo nuestro es lo nuestro. Amo a Cataluña, pero hoy en día la gente ya no tiene fronteras. Aunque yo quiero a mi tierra, no soy separatista. Como todo nene, mi primer amor fue una profesora de colegio, a los cinco años, en aquella época, sin saber lo que era, porque a esa edad no sabes nada. Yo he sido un chico precoz en esto del amor y del sexo, aunque con esos años lógicamente no era más que un amor platónico. Estudié en las escuelas Pías. Me gustaba el deporte en general. A los 15-16 años ya jugaba con los grandes de rugby porque era muy fuerte y corría. Pero tenía muchos problemas, porque como estudiante de música y muy a pesar mío, tuve que dejarlo. La música era un maravilloso veneno para mí, y lo sigue siendo…El fútbol siempre ha sido la locura. Como jugador he sido bastante malo, nada del otro mundo. Y después, eterno fanático del Barça. Mi primer partido fue en el campo de Les Corts, de la mano de mi padre fui a ver al Barcelona. Este amor por el Barça me empujo hace años a grabar una canción para el Club de mis amores, ‘Somos Más que un Club’, y con ella resaltaba todos los valores del Barça. Era una canción de amor, no era ni siquiera un himno. Una canción hermosa de amor para unos colores que llevo tan dentro. La primera camiseta que los Reyes me trajeron tenía los colores del Barcelona, el intercambio de cromos de jugadores, todo eso estaba resaltado en la canción.”
“Fui al servicio militar voluntario, al cuerpo de caballería, 20 meses, entonces era así. Podías elegir destino. Terminando los estudios, lo primero que hice fue formar un grupo, con los chicos del conservatorio, Los Cinco de Barcelona. Tocaba trompeta, violín y cantaba, hacía mis pinitos. Como éramos aficionados a la música de jazz, nos fuimos a dar una vuelta por las Europas, pensando que lo que hacíamos lo hacíamos muy bien, pero no lo hacíamos tan bien. Fuimos por Alemania, Austria Holanda, La gente que nos veía quería que tocáramos pasodobles, chachachá, cosas así, y nosotros queríamos tocar jazz. Duró cierto tiempo, regresamos a España y yo empecé a cantar como solista, un día conocí a una persona que vio en mi muchas posibilidades, y como en un cuento de hadas al poco tiempo apareció un directivo de la compañía discográfica Columbia y le gustó mucho cómo cantaba y ahí empezó mi historia, la historia de Dyango. Supongo que antes era más fácil que ahora, no tuve padrinos. Yo me llamo José Gómez Romero, y difícil es ir a una tienda de discos y decir “tiene un disco de José Gómez Romero”, después me sonó más comercial, Dyango, lo elegí en memoria del guitarrista de jazz Django Reinhart. Y así empecé como cantante, solista a los 21 años.” Recordó el artista.
Adentrándose ya en su carrera, Dyango recordó: “Cuando grabé con EMI el disco se llamaba Nostalgias. Curiosamente, mi primer éxito no fue en España. Durante mucho tiempo en España se hacía un tipo de música que era distinto a lo que yo hacía. Le cantaba al amor, no se llevaba, se llevaba lo más facilón, habían muchos grupos, y a los solistas nos costaba más. Considero que la música tiene que ser romántica, cuando percibo algo que me llega, tiene que ser ese tipo de música. Algo que te llene el corazón, una balada, los grandes maestros del jazz tocando baladas, eso a mí me vuelve loco. Esa ha sido mi manera de ser. La música para mi es el romance… Tal es así que obtuve mi primer disco de oro en Argentina en los años 60, antes que en mi país, en Argentina grabé el sencillo, Lejos de los Ojos, después curiosamente me enteré que los presos políticos cubanos de esa dura época que estaban en la cárcel lo hicieron su propio himno.”
“La primera vez que visite América tenía 24-25 años y me asombraba el éxito que llegaba a tener. No había probado esto, con olor de multitudes, Dios mío, pero me sucedió. En Argentina me abrieron los brazos. Tal es así, que he sido el único cantante que en todos estos años no he dejado nunca de ir a Argentina, incluso en momentos que era difíciles, que la moneda no valía nada, que no había dinero. Yo siempre he pensado que ser agradecido es muy importante y aún sin ganar dinero llegue a cantar. Después ya el éxito fue por todo el mundo, sé que hay muchos países que me quieren Chile, Uruguay, Paraguay, México… Pero Argentina es especial para mí. Fue el primer público que me dijo si masivamente.” Aseguró el cantante.
El tango siempre fue un capítulo aparte en la vida Dyango, desde que era aún solo José y su madre le cantaba tangos a tan temprana edad: “Yo siempre cantaba tangos junto a los compañeros de EMI de Argentina. Siempre dijimos que un disco de tangos quedaría maravilloso. Pero siempre he pensado también, que el tango es algo muy particular, y que si algún día iba a grabar una cosa así, iba a hacerlo en Buenos Aires, donde se respira el tango y el romanticismo. Y así lo hice. Es una vieja y encantadora ciudad y hay tango por donde vallas y decidí grabarlo allá con los músicos de allá e hice un dúo excepcional con el mejor cantante de tangos, que muchos dicen que era Gardel, y yo siempre digo que ha sido el Polaco Goyeneche, mi querido y entrañable amigo. Cuando grabé el disco busqué los tangos que más me impactaran, pasé de lo comercial, del Volver, de la Comparsita, los más conocidos. Escogí Naranjo en Flor, Chao no va más, Cada día te extraño más, todavía hoy los llevo en mi repertorio, los grabé con tanto amor y cariño que es una de las más grandes obras que he hecho nunca. En aquel momento no tuvo mucho impacto, pero la gente que lo ha escuchado le ha encantado, es de los pocos que ha calado hondamente en los tangueros argentinos.” 
“Hay dos centros de música en el mundo hispano: Argentina y México, donde la manera de interpretar mía me va muy bien. Allí gané muchos discos de oro. En Miami se me empezó a invitar, consecuencia de que en Cuba se me escuchaba mucho. Y claro, venía a cantar al Miami Marina Stadium. Era una plataforma en medio del mar. Las barcas te veían desde Key Biscayne. Por aquel entonces no habían muchos cantantes de España, en Miami se me quiere tanto como en Argentina, creo que soy de los cantantes que más piden en las emisoras y tengo una relación insospechada con el público de allí, han visto en mí un amigo, más que un cantante. En Brasil hace diez u once años conocí a Concha Valdés Miranda en un pasaje maravilloso, en esas cosas casuales que tiene la vida. Fui a tomar una copa en un Club que se llamaba Copacabana, y ella estaba tocando su piano y contaba sus chistes. Yo veía que a la gente le podía gustar más los chistes que las canciones, pero yo como músico que soy, me di cuenta en seguida que aquellas canciones eran estupendas y nunca antes las había escuchado, de repente y sin buscarlo, me topé con una gran compositora. Me acerqué he hice callar a mi mesa con la gente que estaba, para escucharla cantar. Me presenté y nos hicimos amigos, el primer tema que grabé fue ‘El que más te ha querido’ y fue un éxito mundial.” Recordó el cantante.
Siguiendo con su historia, el músico continuó: “Estuve nominado por el Grammy tres veces y es para mí un gran honor. Nunca he luchado por la fama, aunque me ha venido, pero en cambio he luchado por hacer las cosas bien, haciendo música. Y tengo la suerte de tener entre mis cuatro hijos a dos cantantes. De todo lo que podían haber sido en la vida escogieron ser cantantes. A los 18 años me lo dijeron. Yo no quería porque es una profesión donde tienes que tener mucha suerte, tienes que valer mucho, tienes que tener padrinos, tienes que batallar y después seguramente todo y con eso, no vas a triunfar. Y si triunfas, tienes a mucha gente que te va a decir, ‘es por su papá’. En Marcos descubrí una voz de maravilla, se fue a estudiar y al cabo de los dos años el profesor me llamó y me dijo ‘es una joya’ entonces ya no lo dude. Y con Jordi ya ni me resistí, le escuchaba cantar y dije: ‘bueno, pues otro’. Me di cuenta enseguida que era imposible intentar hacerles cambiar de idea. Igual que yo al escuchar a mi padre  cuando le dije que quería hacer esto y a ellos les pasaba lo mismo. Estamos unidos en la música, estamos unidos en el estudio de grabación y nos pasamos las horas creando música y disfrutando de ella, son buena gente, lo sé, y eso es lo más importante.”
Refiriéndose a su vida personal, Dyango aseguró: “En mi vida he tenido dos mujeres, la madre de mis hijos, Lidia, y mi mujer actual Mariona. A las dos las conocí exactamente igual. Lidia celebraba su cumpleaños, cantando boleros, era una muñequita, la vi y nos enamoramos. De Mariona, que os voy a decir, mi Mariona mi compañera de tantos años el amor de mi vida… Soy el hombre más afortunado del mundo por tenerla, por haberla conocido y porque sea mi compañera incondicional. Ella me acompaña a todos lados, a distintos países, las giras… Es una gran compañera y mi gran amor. Tengo cuatro hijos, Marcos Llunas, Jordi, Luis que ha estudiado para chef de cocina y Luján que hizo lo propio para técnico de grabación. Le pusimos José Luján porque es la virgen de Argentina, porque se engendró allí. Estoy muy contento con estos varones, me han hecho muy orgulloso de ser su padre.” Para finalizar, brindó una reflexión vinculada a su extensa trayectoria en la música: "Lo más importante que he hecho en la vida es cantar para la gente que no tiene medios. Hay cantantes que han venido a Argentina y les ha dado un poco de vergüenza ir a cantar a puntos que no eran conocidos y no me ha importado nunca. San Justo, Isidro Casanova, donde tú te pienses, ahí he estado yo. Lo he hecho con el mismo corazón como cuando he hecho una actuación en el Gran Rex o el Luna Park" Concluyó Dyango.

El reconocido cantante espa&ntilde;ol de 84 a&ntilde;os, icono de la m&uacute;sica rom&aacute;ntica de habla hispana, convers&oacute; en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su historia, su infancia, su carrera art&iacute;stica y su amor por Argentina desde hace seis d&eacute;cadas: &ldquo;Amo Argentina, es el primer pa&iacute;s en el mundo que triunfe, incluso antes que en Espa&ntilde;a. Mi primer disco de oro lo gan&eacute; aqu&iacute; y el p&uacute;blico me dijo si desde el primer momento que pise este suelo en 1968. Desde ese a&ntilde;o hasta hoy visit&eacute; cada a&ntilde;o este pa&iacute;s, exceptuando solo los dos a&ntilde;os de pandemia. Amo Buenos Aires, el tango, el asado&hellip; Las noches con amigos. S&eacute; m&aacute;s de costumbres de este pa&iacute;s que espa&ntilde;olas y las disfruto. La gente me ha querido como de su familia, como alguien muy cercano a ellos. Amo a los argentinos, Argentina es mi lugar.&rdquo; Asegur&oacute; el m&uacute;sico que adem&aacute;s de vender m&aacute;s de 20 millones de &aacute;lbumes en todo el mundo&nbsp; y recibir innumerables premios y reconocimientos, recibi&oacute; m&aacute;s de 50 Discos de Oro y 40 de Platino.&nbsp; El querido m&uacute;sico que trascendi&oacute; generaciones convirti&eacute;ndose en una de las voces m&aacute;s escuchadas en Latinoam&eacute;rica, forj&oacute; un fuerte v&iacute;nculo con Argentina no solo desde lo cultural, sino por las amistades que cosech&oacute; con los distintos exponentes nacionales: "Desde el a&ntilde;o 68 que vengo seguido. Vengo todos los a&ntilde;os y algunos m&aacute;s de una vez. En Argentina, me han querido con locura. Simplemente cantando como he sabido yo cantar. Para m&iacute; Argentina representa mucho en mi carrera. Despu&eacute;s por supuesto muchos otros pa&iacute;ses, pero el primero fue Argentina. Me hice amigo de grandes artistas de este pa&iacute;s, como de Spinetta o el gran Polaco Goyeneche. Disfruto mucho caminar sus calles, el cari&ntilde;o del p&uacute;blico, las sobremesas&hellip; S&eacute; bastante m&aacute;s de Argentina que de mi propio pa&iacute;s". Jos&eacute; G&oacute;mez Romero (Dyango) naci&oacute; en Barcelona el 5 de marzo de 1940, pero fue inscrito por su padre el 8 de mayo, y as&iacute; figura como su fecha de nacimiento en los documentos oficiales. Adopt&oacute; el nombre art&iacute;stico Dyango (tomado del guitarrista de jazz gitano Django Reinhardt): &ldquo;De ni&ntilde;o estudie m&uacute;sica y a los 8 a&ntilde;os ingrese al conservatorio de m&uacute;sica superior en Barcelona tocando instrumentos como el viol&iacute;n y la trompeta. Despu&eacute;s vino la canci&oacute;n y ya me qued&eacute;. Hab&iacute;a algo de que a la gente le gustara que cantara y dejara los instrumentos aparte. Empiece de abajo, fui cantando en sitios peque&ntilde;os, la gente cada vez me fue conociendo m&aacute;s, me fue queriendo m&aacute;s hasta llegar a punto de conquistar el cari&ntilde;o en otros pa&iacute;ses. Soy, sin pretenderlo, uno de los artistas m&aacute;s queridos de Am&eacute;rica. Simplemente he hecho lo que s&eacute; hacer: m&uacute;sica." Asegur&oacute; el cantante. Es el mayor de cuatro hermanos, su padre m&uacute;sico y su madre le cantaba tangos desde su m&aacute;s temprana infancia. Su relaci&oacute;n con la m&uacute;sica fue desde siempre y as&iacute; relata el mismo su propia historia: &ldquo;Nac&iacute; un 5 de Marzo en Barcelona, en un momento dif&iacute;cil, en la posguerra, que dur&oacute; 15 a&ntilde;os. La hambruna, siempre recordar&eacute; con mucho agrado esa etapa de mi vida. Con un trozo de pan negro de racionamiento te ibas a jugar a la calle con los amigos. Cuando llegaba mi padre, con un pan blanco bajo el brazo, en casa corr&iacute;a la voz entre mis hermanos &lsquo;el papa ha portat un pa blanc&rsquo;. (El padre ha tra&iacute;do un pan blanco). Imaginaros, un pan, eso ya era una dicha en aquel entonces. Barcelona es una ciudad maravillosa, y forma parte de m&iacute; y de mis recuerdos, cuando paso por all&iacute; siempre me tengo que parar en el Mercat de Sant Antoni para recordar las cosas de mi infancia. Cuando ten&iacute;a dos a&ntilde;os naci&oacute; mi amor por la m&uacute;sica. Sentado en un rinc&oacute;n de mi casa, mientras mi pap&aacute; tocaba la trompeta, yo me dije que quer&iacute;a ser un d&iacute;a como &eacute;l. Cuando cumpl&iacute; los diez, me llev&oacute; al Conservatorio de M&uacute;sica de Barcelona y ah&iacute; estudi&eacute; viol&iacute;n, solfeo, trompeta, etc. No hab&iacute;a juguetes y no se hac&iacute;an las cosas como ahora. Para jugar, confeccion&aacute;bamos una pelota de trapos, y as&iacute; nos divert&iacute;amos. Despu&eacute;s me he dado cuenta que mis hijos lo han tenido todo, pero que a lo mejor no han sabido valora el no tener nada, y a m&iacute;. El tener aquella pelota de trapo me ense&ntilde;o a valorar muchas cosas. Si algo tengo que destacar, es que s&eacute; el valor de todo. S&eacute; lo que vale un peine, la vida no me ha regalado nada, y siempre lo he tenido que hacer todo partiendo de cero y valorando mucho las cosas. Soy una persona que a pesar de los a&ntilde;os que hace que tiene &eacute;xito en su profesi&oacute;n jam&aacute;s ese &eacute;xito se me ha subido a la cabeza. Soy consciente que eleg&iacute; una profesi&oacute;n dura y dif&iacute;cil, por lo mal considerados que est&aacute;n a veces los m&uacute;sicos&hellip; Una profesi&oacute;n tan o m&aacute;s dif&iacute;cil que la de ingeniero o abogado, pero a la vez incre&iacute;blemente reconfortante y agradecida, as&iacute; es la m&uacute;sica.&rdquo; Continuando con su historia el m&uacute;sico relat&oacute;: &ldquo;Si hubiera nacido en Castilla, ser&iacute;a castellano, pero he nacido en Catalu&ntilde;a y mi idioma es el catal&aacute;n cuando era ni&ntilde;o se prohib&iacute;a hablar el catal&aacute;n por razones pol&iacute;ticas. En las casas siempre se hablaba. En el colegio el catal&aacute;n no se pod&iacute;a ni mencionar, al salir siempre lo habl&aacute;bamos. Lo nuestro es lo nuestro. Amo a Catalu&ntilde;a, pero hoy en d&iacute;a la gente ya no tiene fronteras. Aunque yo quiero a mi tierra, no soy separatista. Como todo nene, mi primer amor fue una profesora de colegio, a los cinco a&ntilde;os, en aquella &eacute;poca, sin saber lo que era, porque a esa edad no sabes nada. Yo he sido un chico precoz en esto del amor y del sexo, aunque con esos a&ntilde;os l&oacute;gicamente no era m&aacute;s que un amor plat&oacute;nico. Estudi&eacute; en las escuelas P&iacute;as. Me gustaba el deporte en general. A los 15-16 a&ntilde;os ya jugaba con los grandes de rugby porque era muy fuerte y corr&iacute;a. Pero ten&iacute;a muchos problemas, porque como estudiante de m&uacute;sica y muy a pesar m&iacute;o, tuve que dejarlo. La m&uacute;sica era un maravilloso veneno para m&iacute;, y lo sigue siendo&hellip;El f&uacute;tbol siempre ha sido la locura. Como jugador he sido bastante malo, nada del otro mundo. Y despu&eacute;s, eterno fan&aacute;tico del Bar&ccedil;a. Mi primer partido fue en el campo de Les Corts, de la mano de mi padre fui a ver al Barcelona. Este amor por el Bar&ccedil;a me empujo hace a&ntilde;os a grabar una canci&oacute;n para el Club de mis amores, &lsquo;Somos M&aacute;s que un Club&rsquo;, y con ella resaltaba todos los valores del Bar&ccedil;a. Era una canci&oacute;n de amor, no era ni siquiera un himno. Una canci&oacute;n hermosa de amor para unos colores que llevo tan dentro. La primera camiseta que los Reyes me trajeron ten&iacute;a los colores del Barcelona, el intercambio de cromos de jugadores, todo eso estaba resaltado en la canci&oacute;n.&rdquo; &ldquo;Fui al servicio militar voluntario, al cuerpo de caballer&iacute;a, 20 meses, entonces era as&iacute;. Pod&iacute;as elegir destino. Terminando los estudios, lo primero que hice fue formar un grupo, con los chicos del conservatorio, Los Cinco de Barcelona. Tocaba trompeta, viol&iacute;n y cantaba, hac&iacute;a mis pinitos. Como &eacute;ramos aficionados a la m&uacute;sica de jazz, nos fuimos a dar una vuelta por las Europas, pensando que lo que hac&iacute;amos lo hac&iacute;amos muy bien, pero no lo hac&iacute;amos tan bien. Fuimos por Alemania, Austria Holanda, La gente que nos ve&iacute;a quer&iacute;a que toc&aacute;ramos pasodobles, chachach&aacute;, cosas as&iacute;, y nosotros quer&iacute;amos tocar jazz. Dur&oacute; cierto tiempo, regresamos a Espa&ntilde;a y yo empec&eacute; a cantar como solista, un d&iacute;a conoc&iacute; a una persona que vio en mi muchas posibilidades, y como en un cuento de hadas al poco tiempo apareci&oacute; un directivo de la compa&ntilde;&iacute;a discogr&aacute;fica Columbia y le gust&oacute; mucho c&oacute;mo cantaba y ah&iacute; empez&oacute; mi historia, la historia de Dyango. Supongo que antes era m&aacute;s f&aacute;cil que ahora, no tuve padrinos. Yo me llamo Jos&eacute; G&oacute;mez Romero, y dif&iacute;cil es ir a una tienda de discos y decir &ldquo;tiene un disco de Jos&eacute; G&oacute;mez Romero&rdquo;, despu&eacute;s me son&oacute; m&aacute;s comercial, Dyango, lo eleg&iacute; en memoria del guitarrista de jazz Django Reinhart. Y as&iacute; empec&eacute; como cantante, solista a los 21 a&ntilde;os.&rdquo; Record&oacute; el artista. Adentr&aacute;ndose ya en su carrera, Dyango record&oacute;: &ldquo;Cuando grab&eacute; con EMI el disco se llamaba Nostalgias. Curiosamente, mi primer &eacute;xito no fue en Espa&ntilde;a. Durante mucho tiempo en Espa&ntilde;a se hac&iacute;a un tipo de m&uacute;sica que era distinto a lo que yo hac&iacute;a. Le cantaba al amor, no se llevaba, se llevaba lo m&aacute;s facil&oacute;n, hab&iacute;an muchos grupos, y a los solistas nos costaba m&aacute;s. Considero que la m&uacute;sica tiene que ser rom&aacute;ntica, cuando percibo algo que me llega, tiene que ser ese tipo de m&uacute;sica. Algo que te llene el coraz&oacute;n, una balada, los grandes maestros del jazz tocando baladas, eso a m&iacute; me vuelve loco. Esa ha sido mi manera de ser. La m&uacute;sica para mi es el romance&hellip; Tal es as&iacute; que obtuve mi primer disco de oro en Argentina en los a&ntilde;os 60, antes que en mi pa&iacute;s, en Argentina grab&eacute; el sencillo, Lejos de los Ojos, despu&eacute;s curiosamente me enter&eacute; que los presos pol&iacute;ticos cubanos de esa dura &eacute;poca que estaban en la c&aacute;rcel lo hicieron su propio himno.&rdquo; &ldquo;La primera vez que visite Am&eacute;rica ten&iacute;a 24-25 a&ntilde;os y me asombraba el &eacute;xito que llegaba a tener. No hab&iacute;a probado esto, con olor de multitudes, Dios m&iacute;o, pero me sucedi&oacute;. En Argentina me abrieron los brazos. Tal es as&iacute;, que he sido el &uacute;nico cantante que en todos estos a&ntilde;os no he dejado nunca de ir a Argentina, incluso en momentos que era dif&iacute;ciles, que la moneda no val&iacute;a nada, que no hab&iacute;a dinero. Yo siempre he pensado que ser agradecido es muy importante y a&uacute;n sin ganar dinero llegue a cantar. Despu&eacute;s ya el &eacute;xito fue por todo el mundo, s&eacute; que hay muchos pa&iacute;ses que me quieren Chile, Uruguay, Paraguay, M&eacute;xico&hellip; Pero Argentina es especial para m&iacute;. Fue el primer p&uacute;blico que me dijo si masivamente.&rdquo; Asegur&oacute; el cantante. El tango siempre fue un cap&iacute;tulo aparte en la vida Dyango, desde que era a&uacute;n solo Jos&eacute; y su madre le cantaba tangos a tan temprana edad: &ldquo;Yo siempre cantaba tangos junto a los compa&ntilde;eros de EMI de Argentina. Siempre dijimos que un disco de tangos quedar&iacute;a maravilloso. Pero siempre he pensado tambi&eacute;n, que el tango es algo muy particular, y que si alg&uacute;n d&iacute;a iba a grabar una cosa as&iacute;, iba a hacerlo en Buenos Aires, donde se respira el tango y el romanticismo. Y as&iacute; lo hice. Es una vieja y encantadora ciudad y hay tango por donde vallas y decid&iacute; grabarlo all&aacute; con los m&uacute;sicos de all&aacute; e hice un d&uacute;o excepcional con el mejor cantante de tangos, que muchos dicen que era Gardel, y yo siempre digo que ha sido el Polaco Goyeneche, mi querido y entra&ntilde;able amigo. Cuando grab&eacute; el disco busqu&eacute; los tangos que m&aacute;s me impactaran, pas&eacute; de lo comercial, del Volver, de la Comparsita, los m&aacute;s conocidos. Escog&iacute; Naranjo en Flor, Chao no va m&aacute;s, Cada d&iacute;a te extra&ntilde;o m&aacute;s, todav&iacute;a hoy los llevo en mi repertorio, los grab&eacute; con tanto amor y cari&ntilde;o que es una de las m&aacute;s grandes obras que he hecho nunca. En aquel momento no tuvo mucho impacto, pero la gente que lo ha escuchado le ha encantado, es de los pocos que ha calado hondamente en los tangueros argentinos.&rdquo;&nbsp; &ldquo;Hay dos centros de m&uacute;sica en el mundo hispano: Argentina y M&eacute;xico, donde la manera de interpretar m&iacute;a me va muy bien. All&iacute; gan&eacute; muchos discos de oro. En Miami se me empez&oacute; a invitar, consecuencia de que en Cuba se me escuchaba mucho. Y claro, ven&iacute;a a cantar al Miami Marina Stadium. Era una plataforma en medio del mar. Las barcas te ve&iacute;an desde Key Biscayne. Por aquel entonces no hab&iacute;an muchos cantantes de Espa&ntilde;a, en Miami se me quiere tanto como en Argentina, creo que soy de los cantantes que m&aacute;s piden en las emisoras y tengo una relaci&oacute;n insospechada con el p&uacute;blico de all&iacute;, han visto en m&iacute; un amigo, m&aacute;s que un cantante. En Brasil hace diez u once a&ntilde;os conoc&iacute; a Concha Vald&eacute;s Miranda en un pasaje maravilloso, en esas cosas casuales que tiene la vida. Fui a tomar una copa en un Club que se llamaba Copacabana, y ella estaba tocando su piano y contaba sus chistes. Yo ve&iacute;a que a la gente le pod&iacute;a gustar m&aacute;s los chistes que las canciones, pero yo como m&uacute;sico que soy, me di cuenta en seguida que aquellas canciones eran estupendas y nunca antes las hab&iacute;a escuchado, de repente y sin buscarlo, me top&eacute; con una gran compositora. Me acerqu&eacute; he hice callar a mi mesa con la gente que estaba, para escucharla cantar. Me present&eacute; y nos hicimos amigos, el primer tema que grab&eacute; fue &lsquo;El que m&aacute;s te ha querido&rsquo; y fue un &eacute;xito mundial.&rdquo; Record&oacute; el cantante. Siguiendo con su historia, el m&uacute;sico continu&oacute;: &ldquo;Estuve nominado por el Grammy tres veces y es para m&iacute; un gran honor. Nunca he luchado por la fama, aunque me ha venido, pero en cambio he luchado por hacer las cosas bien, haciendo m&uacute;sica. Y tengo la suerte de tener entre mis cuatro hijos a dos cantantes. De todo lo que pod&iacute;an haber sido en la vida escogieron ser cantantes. A los 18 a&ntilde;os me lo dijeron. Yo no quer&iacute;a porque es una profesi&oacute;n donde tienes que tener mucha suerte, tienes que valer mucho, tienes que tener padrinos, tienes que batallar y despu&eacute;s seguramente todo y con eso, no vas a triunfar. Y si triunfas, tienes a mucha gente que te va a decir, &lsquo;es por su pap&aacute;&rsquo;. En Marcos descubr&iacute; una voz de maravilla, se fue a estudiar y al cabo de los dos a&ntilde;os el profesor me llam&oacute; y me dijo &lsquo;es una joya&rsquo; entonces ya no lo dude. Y con Jordi ya ni me resist&iacute;, le escuchaba cantar y dije: &lsquo;bueno, pues otro&rsquo;. Me di cuenta enseguida que era imposible intentar hacerles cambiar de idea. Igual que yo al escuchar a mi padre&nbsp; cuando le dije que quer&iacute;a hacer esto y a ellos les pasaba lo mismo. Estamos unidos en la m&uacute;sica, estamos unidos en el estudio de grabaci&oacute;n y nos pasamos las horas creando m&uacute;sica y disfrutando de ella, son buena gente, lo s&eacute;, y eso es lo m&aacute;s importante.&rdquo; Refiri&eacute;ndose a su vida personal, Dyango asegur&oacute;: &ldquo;En mi vida he tenido dos mujeres, la madre de mis hijos, Lidia, y mi mujer actual Mariona. A las dos las conoc&iacute; exactamente igual. Lidia celebraba su cumplea&ntilde;os, cantando boleros, era una mu&ntilde;equita, la vi y nos enamoramos. De Mariona, que os voy a decir, mi Mariona mi compa&ntilde;era de tantos a&ntilde;os el amor de mi vida&hellip; Soy el hombre m&aacute;s afortunado del mundo por tenerla, por haberla conocido y porque sea mi compa&ntilde;era incondicional. Ella me acompa&ntilde;a a todos lados, a distintos pa&iacute;ses, las giras&hellip; Es una gran compa&ntilde;era y mi gran amor. Tengo cuatro hijos, Marcos Llunas, Jordi, Luis que ha estudiado para chef de cocina y Luj&aacute;n que hizo lo propio para t&eacute;cnico de grabaci&oacute;n. Le pusimos Jos&eacute; Luj&aacute;n porque es la virgen de Argentina, porque se engendr&oacute; all&iacute;. Estoy muy contento con estos varones, me han hecho muy orgulloso de ser su padre.&rdquo; Para finalizar, brind&oacute; una reflexi&oacute;n vinculada a su extensa trayectoria en la m&uacute;sica: "Lo m&aacute;s importante que he hecho en la vida es cantar para la gente que no tiene medios. Hay cantantes que han venido a Argentina y les ha dado un poco de verg&uuml;enza ir a cantar a puntos que no eran conocidos y no me ha importado nunca. San Justo, Isidro Casanova, donde t&uacute; te pienses, ah&iacute; he estado yo. Lo he hecho con el mismo coraz&oacute;n como cuando he hecho una actuaci&oacute;n en el Gran Rex o el Luna Park" Concluy&oacute; Dyango.

Dyango: "Amo Argentina. Triunfe antes aquí que en mi país”

El reconocido cantante, compositor, guitarrista autodidacta, no vidente de nacimiento y uno de los artistas más ascendentes de nuestro país, abrió su corazón en Íntimamente con Alejandra Rubio y habló de su vida, su historia, su infancia y como, pese a haber nacido ciego, es un agradecido a la vida: “Siempre fui feliz. Tuve una infancia feliz. El ser ciego de nacimiento no fue ningún impedimento. Yo no sé lo que es ver, incluso me dijeron si me quería operar y no lo hice. No era seguro, pero quizás podría ver. Soy un agradecido a la vida por todo lo que me dio. Una familia hermosa, una carrera maravillosa y el privilegio de poder trasmitir con mi voz.” Aseguró el artista que pasó de cantar a la gorra, a ser artista de la SONY, revelación en Cosquín, ganar el premio Gardel, cantar y ser nominado a los premios Grammy, grabar un disco en Los Ángeles, emocionar hasta las lágrimas al cantar el Himno Nacional antes del partido de la selección Argentina y mucho más. Un artista que no tiene techo y sabe disfrutar el camino.

 Nahuel nació en Florencio Varela, el 19 de octubre de 1990. Comenzó a tocar melodías en un teclado a los 4 años, luego lo hizo con el bajo y por último, a los 7 años, aprendió a tocar la guitarra con una técnica muy personal .Quien descubrió su ceguera fue su abuelo y, junto a sus padres, le ensenó que esa condición jamás sería un impedimento en su vida. Le ensenaron a vivir sin miedo, a correr atrás de una pelota. A asumir su realidad: “Mi abuelo fue quien noto de bebé que yo no veía. Desde ese momento él, junto a mi familia, intentaron que mi vida sea lo más normal posible. Que no tuviera miedos. Mi abuelo me llevaba a un campito y me había armado una pelota con sonido para que yo pudiera jugar. Correr y patear la pelota fue una sensación de libertad que conservé para toda la vida. Él trató siempre que supiera que no tenía límites, que mi condición de no ver no significaba nada, ningún impedimento. Recuerdo un día que volví del colegio llorando, le dije: ‘Abuelo en el colegio los chicos me dicen ciego’ y mi abuelo, lejos de compadecerse de mí, me dijo: ‘¡¡¡Si sos ciego!!! ¿Cuál es el problema?’. Parece duró, pero fue muy real. Una buena forma de prepararme para el mundo. Hoy te puedo decir que para mí ser flaco, ser rengo, ser gordo o no ver es lo mismo; es solo una característica que existe y que tenemos, pero nada más. Aprendí a verlo así. Siempre quise que me conozcan por lo que hago y no por lo que soy. Lo bueno, es que llegue a lograrlo”

Nahuel Pennisi no estudió música. La aprendió escuchando canciones, preguntando. En su familia el amor, la pobreza y la música sobraban: “La intuición para mí es todo, incluso más que el oído. Mis padres son músicos y en casa siempre había música e instrumentos. Con cuatro años ellos me dieron un bajo, que como era muy grande para mí, lo ponían sobre la cama para que no se me cayera. Aprendí a tocar ‘jugando’. Por ese modo de aprendizaje, autodidacta, toqué desde siempre con la guitarra acostada sobre mis piernas, una técnica propia. Una noche, entraron ladrones a casa y nos robaron todo, hasta mi bajo. Cuando tenía 7 años mi mamá me regaló una guitarra criolla que una amiga de la familia le obsequió y a partir de ese momento fue parte de mí. Empecé a ir a la iglesia y además de cantar canciones religiosas, cantaba folklore. Mis padres no podían creerlo porque ellos escuchaban y cantaban rock nacional. Cantaba en las fiestas familiares y siempre en mi casa había reuniones y música. Después empecé a ir a las peñas de Varela y ahí empecé a tener las primeras experiencias con el público.”
 
A Nahuel nada lo detenía, quería más y decidió empezar a tocar en la calle y convertirse en artista callejero: “Cuando estaba en segundo año del secundario empecé a tocar en la calle por unas ganas de tocar hacia toda la gente, compartir lo que me gusta con todos, y sentía que el escenario era la calle. Tenía un amigo ciego que ya lo hacía y le pedí que me llevara que yo también quería vivir esa experiencia. En mi casa creían que era solo una idea, pero antes del mes ya estaba tocando en la calle. Tenía 16 años, era muy chico y tenía muchas ambiciones. Estaba convencido de que la música era importante para mí y desde que arranqué en la calle entendí que era mi vocación. Mi vieja medio que no lo imaginaba, aunque yo varias veces le venía diciendo. Ella no se imaginaba que me fuera a animar. Un día fui al fondo de mi casa, donde estaban ellos descansando, y les dije que me iba a tocar con mi abuela, que siempre fue muy cómplice, y ellos no lo podían creer. Mi padre tuvo una reacción diferente, pero porque él es quizás más seguro, nos permite golpearnos y si tenemos que aprender algo nos invita a vivir todas las experiencias posibles, no evitarlas. Nos tomamos el bondi con mi abuela, me fui a la sombra y me puse a cantar. Fue hermoso, sentí que a la gente le gustaba lo que estaba cantando. Ese primer día me cansé muy rápido. No tenía parlantes, ni micrófono y tenía que cantar muy fuerte para que me escucharan. Me fue bien en cuanto a plata, aunque no era esa principalmente mi búsqueda, y cuando llegué a casa mis viejos entendieron que se podían morir tranquilos. Tomaron dimensión que iba a poder desenvolverme y sobrevivir. A partir de ahí fue un cambio en mi vida, decidí ser músico y acá estamos. De todas formas, desde ese día ellos se quedaron tranquilos porque supieron que el día que no estuvieran yo podría hacer algo para vivir. Me iba a saber defender en la vida. Buscar, no solo como sobrevivir, sino como ingeniármelas para lograr lo que me propusiera y ser feliz.”

Continuando con su relato, Nahuel aseguró: “Empecé en Lomas (de Zamora), después pasé por Quilmes, cerca ahí, de Varela, y después llegué a la calle Florida. La idea era compartir lo que hacía y, al mismo tiempo, era una fuente de trabajo. Iba dos veces por semana. Cantaba sin amplificación. Tenía que cantar fuerte para que me escuchasen. Luego siguieron festivales y llegué a ganar el Pre Cosquín con una canción en homenaje al Chango Nieto. Ahí llegó la tele y un día Luis Salinas me dijo: ‘Che, venite a tocar conmigo’, y ahí arranque a trabajar de forma más profesional y no paré. En 2012 grabé mi primer disco, de manera independiente, y en 2015 firmé contrato con Sony Music… Recuerdo como si fuera hoy cuando les dije a mis viejos que quería tocar en la calle, que tenía ganas de disfrutar las cosas sencillas a través de la música. El cantar en Las Vegas, en la gala de los Grammy, y recordar a los músicos de mis comienzos, fue algo que me emocionó hasta las lágrimas. La vida me sorprende día a día. Yo solo quería cantar, ser feliz con la música, esa era toda mi expectativa. Todo lo que vino después es yapa. Agradezco que la vida me sorprenda".

Y la vida lo sorprendió superando todos sus sueños. De músico callejero se convirtió en músico de escenarios. Un día llegó a participar en el Festival de la Canción de Cosquín, y años después fue la consagración de este festival de folklore. Otro día pasó de los escenarios a los estudios de grabación y no solo fue nominado a los Latin Grammy, ganó cuatro Premios Carlos Gardel  y fue convocado para cantar en una de las ceremonias de premiación los Latin Grammy. Ganó varias Gaviotas en distintos festivales en Viña del Mar y el Himno Nacional en la cancha de Boca. Otro día se convirtió en el compañero de vida de Mayra; y otro día, juntos, se convirtieron en los papás de Mateo y, unos años después, de Alma. Aquel chiquito que empezó tocando un bajo como juego, hoy se convirtió en un músico que pisa los escenarios del mundo y emociona con sus canciones.

El reconocido cantante, compositor, guitarrista autodidacta, no vidente de nacimiento y uno de los artistas m&aacute;s ascendentes de nuestro pa&iacute;s, abri&oacute; su coraz&oacute;n en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio y habl&oacute; de su vida, su historia, su infancia y como, pese a haber nacido ciego, es un agradecido a la vida: &ldquo;Siempre fui feliz. Tuve una infancia feliz. El ser ciego de nacimiento no fue ning&uacute;n impedimento. Yo no s&eacute; lo que es ver, incluso me dijeron si me quer&iacute;a operar y no lo hice. No era seguro, pero quiz&aacute;s podr&iacute;a ver. Soy un agradecido a la vida por todo lo que me dio. Una familia hermosa, una carrera maravillosa y el privilegio de poder trasmitir con mi voz.&rdquo; Asegur&oacute; el artista que pas&oacute; de cantar a la gorra, a ser artista de la SONY, revelaci&oacute;n en Cosqu&iacute;n, ganar el premio Gardel, cantar y ser nominado a los premios Grammy, grabar un disco en Los &Aacute;ngeles, emocionar hasta las l&aacute;grimas al cantar el Himno Nacional antes del partido de la selecci&oacute;n Argentina y mucho m&aacute;s. Un artista que no tiene techo y sabe disfrutar el camino.
&nbsp;Nahuel naci&oacute; en Florencio Varela, el 19 de octubre de 1990. Comenz&oacute; a tocar melod&iacute;as en un teclado a los 4 a&ntilde;os, luego lo hizo con el bajo y por &uacute;ltimo, a los 7 a&ntilde;os, aprendi&oacute; a tocar la guitarra con una t&eacute;cnica muy personal .Quien descubri&oacute; su ceguera fue su abuelo y, junto a sus padres, le ensen&oacute; que esa condici&oacute;n jam&aacute;s ser&iacute;a un impedimento en su vida. Le ensenaron a vivir sin miedo, a correr atr&aacute;s de una pelota. A asumir su realidad: &ldquo;Mi abuelo fue quien noto de beb&eacute; que yo no ve&iacute;a. Desde ese momento &eacute;l, junto a mi familia, intentaron que mi vida sea lo m&aacute;s normal posible. Que no tuviera miedos. Mi abuelo me llevaba a un campito y me hab&iacute;a armado una pelota con sonido para que yo pudiera jugar. Correr y patear la pelota fue una sensaci&oacute;n de libertad que conserv&eacute; para toda la vida. &Eacute;l trat&oacute; siempre que supiera que no ten&iacute;a l&iacute;mites, que mi condici&oacute;n de no ver no significaba nada, ning&uacute;n impedimento. Recuerdo un d&iacute;a que volv&iacute; del colegio llorando, le dije: &lsquo;Abuelo en el colegio los chicos me dicen ciego&rsquo; y mi abuelo, lejos de compadecerse de m&iacute;, me dijo: &lsquo;&iexcl;&iexcl;&iexcl;Si sos ciego!!! &iquest;Cu&aacute;l es el problema?&rsquo;. Parece dur&oacute;, pero fue muy real. Una buena forma de prepararme para el mundo. Hoy te puedo decir que para m&iacute; ser flaco, ser rengo, ser gordo o no ver es lo mismo; es solo una caracter&iacute;stica que existe y que tenemos, pero nada m&aacute;s. Aprend&iacute; a verlo as&iacute;. Siempre quise que me conozcan por lo que hago y no por lo que soy. Lo bueno, es que llegue a lograrlo&rdquo;
Nahuel Pennisi no estudi&oacute; m&uacute;sica. La aprendi&oacute; escuchando canciones, preguntando. En su familia el amor, la pobreza y la m&uacute;sica sobraban: &ldquo;La intuici&oacute;n para m&iacute; es todo, incluso m&aacute;s que el o&iacute;do. Mis padres son m&uacute;sicos y en casa siempre hab&iacute;a m&uacute;sica e instrumentos. Con cuatro a&ntilde;os ellos me dieron un bajo, que como era muy grande para m&iacute;, lo pon&iacute;an sobre la cama para que no se me cayera. Aprend&iacute; a tocar &lsquo;jugando&rsquo;. Por ese modo de aprendizaje, autodidacta, toqu&eacute; desde siempre con la guitarra acostada sobre mis piernas, una t&eacute;cnica propia. Una noche, entraron ladrones a casa y nos robaron todo, hasta mi bajo. Cuando ten&iacute;a 7 a&ntilde;os mi mam&aacute; me regal&oacute; una guitarra criolla que una amiga de la familia le obsequi&oacute; y a partir de ese momento fue parte de m&iacute;. Empec&eacute; a ir a la iglesia y adem&aacute;s de cantar canciones religiosas, cantaba folklore. Mis padres no pod&iacute;an creerlo porque ellos escuchaban y cantaban rock nacional. Cantaba en las fiestas familiares y siempre en mi casa hab&iacute;a reuniones y m&uacute;sica. Despu&eacute;s empec&eacute; a ir a las pe&ntilde;as de Varela y ah&iacute; empec&eacute; a tener las primeras experiencias con el p&uacute;blico.&rdquo; &nbsp; A Nahuel nada lo deten&iacute;a, quer&iacute;a m&aacute;s y decidi&oacute; empezar a tocar en la calle y convertirse en artista callejero: &ldquo;Cuando estaba en segundo a&ntilde;o del secundario empec&eacute; a tocar en la calle por unas ganas de tocar hacia toda la gente, compartir lo que me gusta con todos, y sent&iacute;a que el escenario era la calle. Ten&iacute;a un amigo ciego que ya lo hac&iacute;a y le ped&iacute; que me llevara que yo tambi&eacute;n quer&iacute;a vivir esa experiencia. En mi casa cre&iacute;an que era solo una idea, pero antes del mes ya estaba tocando en la calle. Ten&iacute;a 16 a&ntilde;os, era muy chico y ten&iacute;a muchas ambiciones. Estaba convencido de que la m&uacute;sica era importante para m&iacute; y desde que arranqu&eacute; en la calle entend&iacute; que era mi vocaci&oacute;n. Mi vieja medio que no lo imaginaba, aunque yo varias veces le ven&iacute;a diciendo. Ella no se imaginaba que me fuera a animar. Un d&iacute;a fui al fondo de mi casa, donde estaban ellos descansando, y les dije que me iba a tocar con mi abuela, que siempre fue muy c&oacute;mplice, y ellos no lo pod&iacute;an creer. Mi padre tuvo una reacci&oacute;n diferente, pero porque &eacute;l es quiz&aacute;s m&aacute;s seguro, nos permite golpearnos y si tenemos que aprender algo nos invita a vivir todas las experiencias posibles, no evitarlas. Nos tomamos el bondi con mi abuela, me fui a la sombra y me puse a cantar. Fue hermoso, sent&iacute; que a la gente le gustaba lo que estaba cantando. Ese primer d&iacute;a me cans&eacute; muy r&aacute;pido. No ten&iacute;a parlantes, ni micr&oacute;fono y ten&iacute;a que cantar muy fuerte para que me escucharan. Me fue bien en cuanto a plata, aunque no era esa principalmente mi b&uacute;squeda, y cuando llegu&eacute; a casa mis viejos entendieron que se pod&iacute;an morir tranquilos. Tomaron dimensi&oacute;n que iba a poder desenvolverme y sobrevivir. A partir de ah&iacute; fue un cambio en mi vida, decid&iacute; ser m&uacute;sico y ac&aacute; estamos. De todas formas, desde ese d&iacute;a ellos se quedaron tranquilos porque supieron que el d&iacute;a que no estuvieran yo podr&iacute;a hacer algo para vivir. Me iba a saber defender en la vida. Buscar, no solo como sobrevivir, sino como ingeni&aacute;rmelas para lograr lo que me propusiera y ser feliz.&rdquo;
Continuando con su relato, Nahuel asegur&oacute;: &ldquo;Empec&eacute; en Lomas (de Zamora), despu&eacute;s pas&eacute; por Quilmes, cerca ah&iacute;, de Varela, y despu&eacute;s llegu&eacute; a la calle Florida. La idea era compartir lo que hac&iacute;a y, al mismo tiempo, era una fuente de trabajo. Iba dos veces por semana. Cantaba sin amplificaci&oacute;n. Ten&iacute;a que cantar fuerte para que me escuchasen. Luego siguieron festivales y llegu&eacute; a ganar el Pre Cosqu&iacute;n con una canci&oacute;n en homenaje al Chango Nieto. Ah&iacute; lleg&oacute; la tele y un d&iacute;a Luis Salinas me dijo: &lsquo;Che, venite a tocar conmigo&rsquo;, y ah&iacute; arranque a trabajar de forma m&aacute;s profesional y no par&eacute;. En 2012 grab&eacute; mi primer disco, de manera independiente, y en 2015 firm&eacute; contrato con Sony Music&hellip; Recuerdo como si fuera hoy cuando les dije a mis viejos que quer&iacute;a tocar en la calle, que ten&iacute;a ganas de disfrutar las cosas sencillas a trav&eacute;s de la m&uacute;sica. El cantar en Las Vegas, en la gala de los Grammy, y recordar a los m&uacute;sicos de mis comienzos, fue algo que me emocion&oacute; hasta las l&aacute;grimas. La vida me sorprende d&iacute;a a d&iacute;a. Yo solo quer&iacute;a cantar, ser feliz con la m&uacute;sica, esa era toda mi expectativa. Todo lo que vino despu&eacute;s es yapa. Agradezco que la vida me sorprenda".
Y la vida lo sorprendi&oacute; superando todos sus sue&ntilde;os. De m&uacute;sico callejero se convirti&oacute; en m&uacute;sico de escenarios. Un d&iacute;a lleg&oacute; a participar en el Festival de la Canci&oacute;n de Cosqu&iacute;n, y a&ntilde;os despu&eacute;s fue la consagraci&oacute;n de este festival de folklore. Otro d&iacute;a pas&oacute; de los escenarios a los estudios de grabaci&oacute;n y no solo fue nominado a los Latin Grammy, gan&oacute; cuatro Premios Carlos Gardel &nbsp;y fue convocado para cantar en una de las ceremonias de premiaci&oacute;n los Latin Grammy. Gan&oacute; varias Gaviotas en distintos festivales en Vi&ntilde;a del Mar y el Himno Nacional en la cancha de Boca. Otro d&iacute;a se convirti&oacute; en el compa&ntilde;ero de vida de Mayra; y otro d&iacute;a, juntos, se convirtieron en los pap&aacute;s de Mateo y, unos a&ntilde;os despu&eacute;s, de Alma. Aquel chiquito que empez&oacute; tocando un bajo como juego, hoy se convirti&oacute; en un m&uacute;sico que pisa los escenarios del mundo y emociona con sus canciones.

Nahuel Pennisi: “Soy un agradecido a la vida”

El reconocido actor, quien supo construirse desde los orígenes más humildes y el más profundo desamor, realizó un profundo recorrido en Íntimamente con Alejandra Rubio por su dura historia y como a pesar de haber tenido una vida difícil no guarda rencor y ama la vida: “Tuve una infancia difícil. Viví en la calle pero, pese a eso, pude construir una vida feliz. Pasé hambre y hasta llegué a comer cartón para calmarlo. Nunca mendigué o pedí. En esa época, intentaba ayudar o hacer changas por unas monedas o un plato de comida. No guardo resentimiento de lo que me tocó vivir. El haber sabido perdonar me cambio la vida. De muy niño tuve que aprender a perdonar, dar vuelta la página y seguir adelante. Amo la vida más que a nada. Hasta en los peores momentos siempre le vi su lado bueno. Hoy agradezco poder estar acá y el inmenso cariño de la gente. Las cadenas de oración por mi salud me llegaron hasta el alma.” Aseguró el actor agradeciendo  el cariño del público después del accidente por el que estuvo 9 meses internado.


Rolando Serrano nació en Salta el 8 de abril de 1955. Tuvo una infancia difícil, donde aprendió a superar varios obstáculos en su vida, como la violencia doméstica, latigazos, hambre, vivir en la calle y así cuenta su propia historia: "Nací en Guachipas, un pueblito de Salta cerca de Cafallate, de unos 300 habitantes. Mi papá era jefe de correos. Él se casó con mi mamá cuando era muy jovencita. Ahí comenzaron los problemas. Tenía unos tíos terroríficos que a mi mamá le hicieron la vida imposible, hasta que lograron quitarle los hijos. La echaron de Salta. Eran tremendos, nos castigaban y usaban como criados. Fueron años durísimos. Me maltrataron mucho estos tíos con los que viví. Me ataban para pegarme con un látigo. Eso me convirtió en un rebelde. A los trece años rompí una botella y le dije a mi tío que estaba con el látigo en la mano: 'Si vos me pegás yo te mato, y mirá que vos dormís la siesta y yo no'. Desde ese momento no tuve más un plato en la mesa. Me dejaban encerrado en el baño. y mi vida fue cada día peor en ese lugar." Relato con tristeza el actor.

Continuando con su historia, el actor recordó: "Ahí decidí irme. No tenía donde. Viví desde los 13 años en la calle, hasta comí cartón para que se me pasara el hambre, pero nunca robe. Había aprendido la cultura del trabajo de mi papá, en los pocos años que estuve con él. Era jefe de correo, tipo importante en los pueblos, pero en casa hacía carpintería, herrería, y me enseñaba. Eso me enseñó a rebuscármela. Estuve viviendo en la calle hasta casi los 15. Hubo momentos en que realmente tenía hambre y ni un pedazo de pan para llevarme a la boca tenía. Comía cartón para que se callara la panza. Después empecé a hacer changas. Te veía a vos bajar las bolsas de un auto del mercado y decía: ‘Señora, ¿la ayudo con las bolsas?’; y por ahí la señora decía: ‘Sí hijo, dale’. La ayudaba y me ganaba un paquete de galletas. En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido a muchos: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Hice una lista de la gente que me ayudó en toda mi vida. En Córdoba, por ejemplo, tengo muchísima gente, porque yo salí de Salta a hacer el Servicio Militar y me quedé en Córdoba”
“En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Eso me ayudó a perdonar, a no tener resentimientos, a poder mirar para adelante y ser feliz con lo que me tocó vivir. Cuando era bebe a mis hermanos le dijeron que mi madre había muerto y yo crecí creyéndolo. A los 15 años mi padre me dijo que estaba viva, la busque, pero no pude encontrarla. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó. Tenía miedo que estuviéramos enojados con ella. Nada más lejano. Agradezco infinitamente a la vida el haber podido reencontrarnos y empezar de cero." Relató el actor
 

“En Córdoba, donde hice la colimba, me cambió a mí la vida y me abrió la cabeza. Empecé a militar desde la colimba. No sabía nada, era un hippie, ni siquiera había terminado el secundario. Llego a la colimba y empiezo a ver cosas, como por ejemplo el traslado de presos, gente que tenían detenida clandestinamente en el cuartel. Y claro: ‘¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué sucede eso?’. Tuve compañeros desaparecidos de cuartel: ‘¿Y esto? Desaparece gente, están matando…’. ‘¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?!’. ‘Y… no sé, porque piensan distinto’. Ahí me empezó a salir nuevamente la rebeldía. Había dos compañeros míos que eran militantes comunistas, y yo dije: ‘Quiero ayudar’. Me afilié a la Federación Comunista, porque los comunistas decían que teníamos que ser todos iguales, tener las mismas oportunidades para todo el mundo. Y empecé a leer. En la colimba terminé el secundario, ellos me hicieron estudiar. Salí de ahí y empecé a estudiar Abogacía.” Rememoró el actor.

Volviendo a su historia familiar, el Roly recordó: “Yo no la sabía del todo qué había pasado con mi mamá, con mi papá, por qué nos separaron, qué fue… A mí me dijeron que mi mamá había muerto. Yo me crié así hasta los 15 años, cuando me reencuentro con mi papá, y me dice que no, que no había muerto, que un tío decía que había muerto pero que en realidad vivía, pero no sabía dónde. Ahí la empecé a buscar, pero no pude encontrarla. Después me relajé y empecé a armar mi vida con una tremenda imposibilidad, porque el miedo a las pérdidas hacía que no me aferrara a nada. Nunca juzgué a mi madre. Después me enteré que fue la vida que ella pudo hacer. Fue muy tremendo lo que vivió. Una historia dificilísima. Luego supe que el único que sabía su historia era el papá de mis hermanos (su nuevo marido), que antes que él muriera le contó que tuvo una vida anterior con tres hijos que nunca había podido volverlos a ver. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó."

Y llegó el día que Roly conoció a su madre:”Cuando la conocí, dije: ‘¡Yo no sufrí nada! Esta mujer sí que sufrió…’ Desde ese lugar es que empecé a decir: ‘Quiero que entiendas que no tengo nada en contra tuyo, al contrario, quisiera que vivas lo mejor, lo poco que nos queda de acá en adelante en contra de todo lo que sufrimos los dos. No es que vos me hiciste sufrir a mí, nos hicieron, nos tocó esa. Y ahora vamos para adelante. A partir de ahí disfruté de una gorda divina que me llamaba siempre y me daba la bendición cada vez que iba a hacer o armar algo. Y una nueva familia con hermanas y sobrinos que nos queremos mucho. Tengo dos hermanas. Éramos tres de un matrimonio anterior; ahora tengo otros tres, un varón y dos mujeres. Y nos llevamos muy bien, nos queremos mucho. Fue mi hermana, la más chica de todas, la que más luchó por encontrarme y me buscó. Un día mi mamá estaba mirando televisión y se puso muy mal ‘¿Qué pasa mamá?’, le dijo. Y mi mamá por primera vez le contestó: ‘Ese señor es hermano de ustedes…’ Un día voy a trabajar, estaba haciendo ART en El Ateneo, llego y me dicen: ‘Te busca una señorita’ Y aparece una hermosa mujer y me dice: ‘Hola, quiero hablarte de Marcela’ Se me heló la columna. A todo esto yo no tenía una sola imagen de mi mamá. Y le digo: ‘¿Vos sos hermana mía?’ ‘Sí’, me dice. E inmediatamente nos pusimos a llorar. Después vino todo lo hermoso...” Concluyó el actor.

El reconocido actor, quien supo construirse desde los or&iacute;genes m&aacute;s humildes y el m&aacute;s profundo desamor, realiz&oacute; un profundo recorrido en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio por su dura historia y como a pesar de haber tenido una vida dif&iacute;cil no guarda rencor y ama la vida: &ldquo;Tuve una infancia dif&iacute;cil. Viv&iacute; en la calle pero, pese a eso, pude construir una vida feliz. Pas&eacute; hambre y hasta llegu&eacute; a comer cart&oacute;n para calmarlo. Nunca mendigu&eacute; o ped&iacute;. En esa &eacute;poca, intentaba ayudar o hacer changas por unas monedas o un plato de comida. No guardo resentimiento de lo que me toc&oacute; vivir. El haber sabido perdonar me cambio la vida. De muy ni&ntilde;o tuve que aprender a perdonar, dar vuelta la p&aacute;gina y seguir adelante. Amo la vida m&aacute;s que a nada. Hasta en los peores momentos siempre le vi su lado bueno. Hoy agradezco poder estar ac&aacute; y el inmenso cari&ntilde;o de la gente. Las cadenas de oraci&oacute;n por mi salud me llegaron hasta el alma.&rdquo; Asegur&oacute; el actor agradeciendo &nbsp;el cari&ntilde;o del p&uacute;blico despu&eacute;s del accidente por el que estuvo 9 meses internado.
 Rolando Serrano naci&oacute; en Salta el 8 de abril de 1955. Tuvo una infancia dif&iacute;cil, donde aprendi&oacute; a superar varios obst&aacute;culos en su vida, como la violencia dom&eacute;stica, latigazos, hambre, vivir en la calle y as&iacute; cuenta su propia historia: "Nac&iacute; en Guachipas, un pueblito de Salta cerca de Cafallate, de unos 300 habitantes. Mi pap&aacute; era jefe de correos. &Eacute;l se cas&oacute; con mi mam&aacute; cuando era muy jovencita. Ah&iacute; comenzaron los problemas. Ten&iacute;a unos t&iacute;os terror&iacute;ficos que a mi mam&aacute; le hicieron la vida imposible, hasta que lograron quitarle los hijos. La echaron de Salta. Eran tremendos, nos castigaban y usaban como criados. Fueron a&ntilde;os dur&iacute;simos. Me maltrataron mucho estos t&iacute;os con los que viv&iacute;. Me ataban para pegarme con un l&aacute;tigo. Eso me convirti&oacute; en un rebelde. A los trece a&ntilde;os romp&iacute; una botella y le dije a mi t&iacute;o que estaba con el l&aacute;tigo en la mano: 'Si vos me peg&aacute;s yo te mato, y mir&aacute; que vos dorm&iacute;s la siesta y yo no'. Desde ese momento no tuve m&aacute;s un plato en la mesa. Me dejaban encerrado en el ba&ntilde;o. y mi vida fue cada d&iacute;a peor en ese lugar." Relato con tristeza el actor.
Continuando con su historia, el actor record&oacute;: "Ah&iacute; decid&iacute; irme. No ten&iacute;a donde. Viv&iacute; desde los 13 a&ntilde;os en la calle, hasta com&iacute; cart&oacute;n para que se me pasara el hambre, pero nunca robe. Hab&iacute;a aprendido la cultura del trabajo de mi pap&aacute;, en los pocos a&ntilde;os que estuve con &eacute;l. Era jefe de correo, tipo importante en los pueblos, pero en casa hac&iacute;a carpinter&iacute;a, herrer&iacute;a, y me ense&ntilde;aba. Eso me ense&ntilde;&oacute; a rebusc&aacute;rmela. Estuve viviendo en la calle hasta casi los 15. Hubo momentos en que realmente ten&iacute;a hambre y ni un pedazo de pan para llevarme a la boca ten&iacute;a. Com&iacute;a cart&oacute;n para que se callara la panza. Despu&eacute;s empec&eacute; a hacer changas. Te ve&iacute;a a vos bajar las bolsas de un auto del mercado y dec&iacute;a: &lsquo;Se&ntilde;ora, &iquest;la ayudo con las bolsas?&rsquo;; y por ah&iacute; la se&ntilde;ora dec&iacute;a: &lsquo;S&iacute; hijo, dale&rsquo;. La ayudaba y me ganaba un paquete de galletas. En la calle supe tomar el camino correcto y me encontr&eacute; con muchos &aacute;ngeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quer&iacute;a bien. Estoy eternamente agradecido a muchos: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recib&iacute;a, a la gente que me ayud&oacute;&hellip; Hice una lista de la gente que me ayud&oacute; en toda mi vida. En C&oacute;rdoba, por ejemplo, tengo much&iacute;sima gente, porque yo sal&iacute; de Salta a hacer el Servicio Militar y me qued&eacute; en C&oacute;rdoba&rdquo; &ldquo;En la calle supe tomar el camino correcto y me encontr&eacute; con muchos &aacute;ngeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quer&iacute;a bien. Estoy eternamente agradecido: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recib&iacute;a, a la gente que me ayud&oacute;&hellip; Eso me ayud&oacute; a perdonar, a no tener resentimientos, a poder mirar para adelante y ser feliz con lo que me toc&oacute; vivir. Cuando era bebe a mis hermanos le dijeron que mi madre hab&iacute;a muerto y yo crec&iacute; crey&eacute;ndolo. A los 15 a&ntilde;os mi padre me dijo que estaba viva, la busque, pero no pude encontrarla. Mi mam&aacute; por miedo al rechazo no nos busc&oacute;. Ten&iacute;a miedo que estuvi&eacute;ramos enojados con ella. Nada m&aacute;s lejano. Agradezco infinitamente a la vida el haber podido reencontrarnos y empezar de cero." Relat&oacute; el actor &nbsp;
&ldquo;En C&oacute;rdoba, donde hice la colimba, me cambi&oacute; a m&iacute; la vida y me abri&oacute; la cabeza. Empec&eacute; a militar desde la colimba. No sab&iacute;a nada, era un hippie, ni siquiera hab&iacute;a terminado el secundario. Llego a la colimba y empiezo a ver cosas, como por ejemplo el traslado de presos, gente que ten&iacute;an detenida clandestinamente en el cuartel. Y claro: &lsquo;&iquest;Por qu&eacute;? &iquest;Qu&eacute; pasa? &iquest;Por qu&eacute; sucede eso?&rsquo;. Tuve compa&ntilde;eros desaparecidos de cuartel: &lsquo;&iquest;Y esto? Desaparece gente, est&aacute;n matando&hellip;&rsquo;. &lsquo;&iexcl;&iquest;C&oacute;mo?! &iexcl;&iquest;Por qu&eacute;?!&rsquo;. &lsquo;Y&hellip; no s&eacute;, porque piensan distinto&rsquo;. Ah&iacute; me empez&oacute; a salir nuevamente la rebeld&iacute;a. Hab&iacute;a dos compa&ntilde;eros m&iacute;os que eran militantes comunistas, y yo dije: &lsquo;Quiero ayudar&rsquo;. Me afili&eacute; a la Federaci&oacute;n Comunista, porque los comunistas dec&iacute;an que ten&iacute;amos que ser todos iguales, tener las mismas oportunidades para todo el mundo. Y empec&eacute; a leer. En la colimba termin&eacute; el secundario, ellos me hicieron estudiar. Sal&iacute; de ah&iacute; y empec&eacute; a estudiar Abogac&iacute;a.&rdquo; Rememor&oacute; el actor.
Volviendo a su historia familiar, el Roly record&oacute;: &ldquo;Yo no la sab&iacute;a del todo qu&eacute; hab&iacute;a pasado con mi mam&aacute;, con mi pap&aacute;, por qu&eacute; nos separaron, qu&eacute; fue&hellip; A m&iacute; me dijeron que mi mam&aacute; hab&iacute;a muerto. Yo me cri&eacute; as&iacute; hasta los 15 a&ntilde;os, cuando me reencuentro con mi pap&aacute;, y me dice que no, que no hab&iacute;a muerto, que un t&iacute;o dec&iacute;a que hab&iacute;a muerto pero que en realidad viv&iacute;a, pero no sab&iacute;a d&oacute;nde. Ah&iacute; la empec&eacute; a buscar, pero no pude encontrarla. Despu&eacute;s me relaj&eacute; y empec&eacute; a armar mi vida con una tremenda imposibilidad, porque el miedo a las p&eacute;rdidas hac&iacute;a que no me aferrara a nada. Nunca juzgu&eacute; a mi madre. Despu&eacute;s me enter&eacute; que fue la vida que ella pudo hacer. Fue muy tremendo lo que vivi&oacute;. Una historia dificil&iacute;sima. Luego supe que el &uacute;nico que sab&iacute;a su historia era el pap&aacute; de mis hermanos (su nuevo marido), que antes que &eacute;l muriera le cont&oacute; que tuvo una vida anterior con tres hijos que nunca hab&iacute;a podido volverlos a ver. Mi mam&aacute; por miedo al rechazo no nos busc&oacute;."
Y lleg&oacute; el d&iacute;a que Roly conoci&oacute; a su madre:&rdquo;Cuando la conoc&iacute;, dije: &lsquo;&iexcl;Yo no sufr&iacute; nada! Esta mujer s&iacute; que sufri&oacute;&hellip;&rsquo; Desde ese lugar es que empec&eacute; a decir: &lsquo;Quiero que entiendas que no tengo nada en contra tuyo, al contrario, quisiera que vivas lo mejor, lo poco que nos queda de ac&aacute; en adelante en contra de todo lo que sufrimos los dos. No es que vos me hiciste sufrir a m&iacute;, nos hicieron, nos toc&oacute; esa. Y ahora vamos para adelante. A partir de ah&iacute; disfrut&eacute; de una gorda divina que me llamaba siempre y me daba la bendici&oacute;n cada vez que iba a hacer o armar algo. Y una nueva familia con hermanas y sobrinos que nos queremos mucho. Tengo dos hermanas. &Eacute;ramos tres de un matrimonio anterior; ahora tengo otros tres, un var&oacute;n y dos mujeres. Y nos llevamos muy bien, nos queremos mucho. Fue mi hermana, la m&aacute;s chica de todas, la que m&aacute;s luch&oacute; por encontrarme y me busc&oacute;. Un d&iacute;a mi mam&aacute; estaba mirando televisi&oacute;n y se puso muy mal &lsquo;&iquest;Qu&eacute; pasa mam&aacute;?&rsquo;, le dijo. Y mi mam&aacute; por primera vez le contest&oacute;: &lsquo;Ese se&ntilde;or es hermano de ustedes&hellip;&rsquo; Un d&iacute;a voy a trabajar, estaba haciendo ART en El Ateneo, llego y me dicen: &lsquo;Te busca una se&ntilde;orita&rsquo; Y aparece una hermosa mujer y me dice: &lsquo;Hola, quiero hablarte de Marcela&rsquo; Se me hel&oacute; la columna. A todo esto yo no ten&iacute;a una sola imagen de mi mam&aacute;. Y le digo: &lsquo;&iquest;Vos sos hermana m&iacute;a?&rsquo; &lsquo;S&iacute;&rsquo;, me dice. E inmediatamente nos pusimos a llorar. Despu&eacute;s vino todo lo hermoso...&rdquo; Concluy&oacute; el actor.

Roly Serrano: “Amo a la vida más que a nada”

 En Íntimamente con Alejandra Rubio el actual Presidente de la Nación Javier Milei, abrió su corazón, contó su cruda historia y como forjó su carácter para superar obstáculos y seguir adelante en la vida: "Soy consciente que otra persona con mi historia sería un resentido, yo aprendí a no serlo. Sufrí bullying, violencia física y psicológica, y eso me enseñó a ser más fuerte y hoy no temerle a nada. Aprendí a capitalizar las experiencias traumáticas a mi favor, no a usarlo de forma destructiva. En mi caso yo siempre elijo aprender la lección y, en función de eso, poder mejorar. Todos los que pasan por tu vida te enseñan algo, todos te dejan una enseñanza. Todos son maestros hasta aun los que te hacen mal en la vida. Cuando te pasa algo malo tenés tres opciones: dejar que te marque, dejar que te destruya o dejar que te haga más fuerte.”

&nbsp;En &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio el actual Presidente de la Naci&oacute;n Javier Milei, abri&oacute; su coraz&oacute;n, cont&oacute; su cruda historia y como forj&oacute; su car&aacute;cter para superar obst&aacute;culos y seguir adelante en la vida: "Soy consciente que otra persona con mi historia ser&iacute;a un resentido, yo aprend&iacute; a no serlo. Sufr&iacute; bullying, violencia f&iacute;sica y psicol&oacute;gica, y eso me ense&ntilde;&oacute; a ser m&aacute;s fuerte y hoy no temerle a nada. Aprend&iacute; a capitalizar las experiencias traum&aacute;ticas a mi favor, no a usarlo de forma destructiva. En mi caso yo siempre elijo aprender la lecci&oacute;n y, en funci&oacute;n de eso, poder mejorar. Todos los que pasan por tu vida te ense&ntilde;an algo, todos te dejan una ense&ntilde;anza. Todos son maestros hasta aun los que te hacen mal en la vida. Cuando te pasa algo malo ten&eacute;s tres opciones: dejar que te marque, dejar que te destruya o dejar que te haga m&aacute;s fuerte.&rdquo;

Javier Milei: “Nada, ni nadie podrá conmigo”

El reconocido actor, conductor, y Embajador de UNICEF en Argentina, conversó en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su historia, su infancia y muchísimo más. Desde "El Agujerito Sin Fin", su primera conducción, descubrió que podía ayudar mucho a otras personas desde ese lugar y comenzó a hacerlo. Al tiempo se convirtió en embajador de UNICEF, colabora con varias ONG, conduce eventos a beneficio y tiene su propia empresa solidaria llamada "Conciencia", con la que ayuda a muchos niños de todo el país: “Aprendí la solidaridad desde muy chico, en mi casa el ayudar a otro era moneda corriente. Mis viejos vivían haciendo gauchadas. Para ser solidarios no es necesario tener plata. Podes ayudar a cruzar una calle, tratar de alegrar a alguien que esta triste o simplemente intentar hacer mejor la vida de otros desde cualquier lugar. Muchos confunden el ser solidario con dar o compartir lo que te sobra, y no es así. Se comparte lo que uno tiene. Esa es mi forma de sentirme mejor conmigo mismo.” Aseguró el conductor que realizó los formatos más famosos. Que con "Sorpresa y Media" revolucionó la tele y le cumplió el sueño a cientos de televidentes. Cruzó los Andes, escaló el Aconcagua y hoy se convirtió en una marca registrada del compromiso con los que menos tienen poniéndole el cuerpo a la solidaridad.

El reconocido actor, conductor, y Embajador de UNICEF en Argentina, convers&oacute; en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su historia, su infancia y much&iacute;simo m&aacute;s. Desde "El Agujerito Sin Fin", su primera conducci&oacute;n, descubri&oacute; que pod&iacute;a ayudar mucho a otras personas desde ese lugar y comenz&oacute; a hacerlo. Al tiempo se convirti&oacute; en embajador de UNICEF, colabora con varias ONG, conduce eventos a beneficio y tiene su propia empresa solidaria llamada "Conciencia", con la que ayuda a muchos ni&ntilde;os de todo el pa&iacute;s: &ldquo;Aprend&iacute; la solidaridad desde muy chico, en mi casa el ayudar a otro era moneda corriente. Mis viejos viv&iacute;an haciendo gauchadas. Para ser solidarios no es necesario tener plata. Podes ayudar a cruzar una calle, tratar de alegrar a alguien que esta triste o simplemente intentar hacer mejor la vida de otros desde cualquier lugar. Muchos confunden el ser solidario con dar o compartir lo que te sobra, y no es as&iacute;. Se comparte lo que uno tiene. Esa es mi forma de sentirme mejor conmigo mismo.&rdquo; Asegur&oacute; el conductor que realiz&oacute; los formatos m&aacute;s famosos. Que con "Sorpresa y Media" revolucion&oacute; la tele y le cumpli&oacute; el sue&ntilde;o a cientos de televidentes. Cruz&oacute; los Andes, escal&oacute; el Aconcagua y hoy se convirti&oacute; en una marca registrada del compromiso con los que menos tienen poni&eacute;ndole el cuerpo a la solidaridad.

Julián Weich: “Aprendí que no hay que compartir lo que te sobra. Se comparte lo que uno tiene”

El reconocido cantante mexicano y voz sobreviviente del legendario y emblemático trío "Los Panchos", que enamoró musicalmente a varias generaciones, habló en Íntimamente con Alejandra Rubio, sobre su vida, su historia, su infancia y como consiguió cumplir su sueño de niño incorporándose al legendario trió "Los panchos": “Aunque el mundo está convulsionado, el amor siempre prevalece y los jóvenes se enamoran y disfrutan de los ritmos nuevos. En cada gira que realizo me demuestran que no hay como el bolero para acercar cuerpos, almas y corazones. Desde muy niño amé y admiré al trío Los Panchos. El trío está cumpliendo 80 años, y sus fundadores los mexicanos Alfredo "El Güero" Gil y José "Chucho" Navarro, junto al puertorriqueño Hernando Avilés, se convirtieron rápidamente en el grupo de artistas latinoamericanos más influyentes de su época. El haberme podido sumar a ellos en mi juventud, fue tocar el cielo con las manos, fue lograr el mayor sueño de mi vida. Hoy seguir transmitiendo su legado es una bendición.”

El reconocido cantante mexicano y voz sobreviviente del legendario y emblem&aacute;tico tr&iacute;o "Los Panchos", que enamor&oacute; musicalmente a varias generaciones, habl&oacute; en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio, sobre su vida, su historia, su infancia y como consigui&oacute; cumplir su sue&ntilde;o de ni&ntilde;o incorpor&aacute;ndose al legendario tri&oacute; "Los panchos": &ldquo;Aunque el mundo est&aacute; convulsionado, el amor siempre prevalece y los j&oacute;venes se enamoran y disfrutan de los ritmos nuevos. En cada gira que realizo me demuestran que no hay como el bolero para acercar cuerpos, almas y corazones. Desde muy ni&ntilde;o am&eacute; y admir&eacute; al tr&iacute;o Los Panchos. El tr&iacute;o est&aacute; cumpliendo 80 a&ntilde;os, y sus fundadores los mexicanos Alfredo "El G&uuml;ero" Gil y Jos&eacute; "Chucho" Navarro, junto al puertorrique&ntilde;o Hernando Avil&eacute;s, se convirtieron r&aacute;pidamente en el grupo de artistas latinoamericanos m&aacute;s influyentes de su &eacute;poca. El haberme podido sumar a ellos en mi juventud, fue tocar el cielo con las manos, fue lograr el mayor sue&ntilde;o de mi vida. Hoy seguir transmitiendo su legado es una bendici&oacute;n.&rdquo;

Rafael Basurto Lara: “Es un gran orgullo ser la última voz del mítico trío Los Panchos”

Norman Briski: "Conocí al ‘Che’ Guevara, pero no me anime a seguirlo"

El reconocido actor, director teatral, autor, dramaturgo, maestro de actores y docente hablo en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio de su carrera, su infancia y como conoció al ‘Che’ Guevara en su adolescencia y casi viajan juntos hacia Latinoamérica: “Desde los once o doce año ya sabía manejar motos, en las provincias es muy común. La moto la tenía en combinación con mi prima Chichina, la compramos y la usábamos los dos. Ahí lo conocí al Che Guevara porque él también tenía moto. Los motoqueros, que éramos ocho, nos juntábamos en el colegio Monserrat, en la provincia de Córdoba, donde yo vivía. Yo nunca supe los nombres de ellos, ni ellos el mío, pero ahí nos juntábamos. El Che paraba ahí con su moto que venía de Alta Gracia. Él era más aventurero que todos nosotros y no tenía ningún problema de prestarnos su moto, que era mejor que la nuestra. Yo en ese tiempo no sabía que era el Che y el tampoco jajaja. Siempre lo veía colgado del tranvía o arriba del tranvía, sentado en el techo del tranvía uno. Juntos nos propusimos ir a Mendoza y nunca me puse a pensar si era su viaje, ese viaje que hizo finalmente donde cruzo la cordillera y sigue a Latinoamérica. Yo lo que sé es que no iba a ir a Chile, ni lo iba a seguir en su osadía. Aseguró Briski que nació́ en Santa Fe, se crió en Córdoba. Vivió́ en Venezuela, España, Cuba y Estados Unidos. Fue exiliado y hasta estuvo detenido por defender sus ideas. Pasó una vida dura y hasta sufrió́ hambre al principio de carrera actoral.
El gran Norman –Naum- Briski hizo teatro hasta en la Villa 21. Tiene cinco hijos, varios nietos y (aunque pensó́ en el aborto) entro en el libro Guinness de los Records por ser el padre de gemelas con más edad hasta el momento.
Norman, ya pasado los ochenta años, reparte su emoción entre sus hijas gemelas que nacieron el 24 de agosto del 2015; su pasión por la enseñanza y la actuación. Contó que el embarazo los tomó por sorpresa y que no deseaban ser padres, aunque hoy lo transitan con total alegría: "Con Elina no queríamos ser padres, no era una prioridad para ella y pensamos en un principio en abortar; pero, como ya lo habíamos hecho, sentí́ que la decisión final tenía que ser de ella. Hoy celebro inmensamente tenerlas con nosotros. Me cambiaron la vida".

“Un bebé en los brazos es pura potencia -asegura Briski-, no hay en el universo como la potencia de un bebé. Es conmovedor. Con un bebé todo está́ por ser. Me dieron juventud. No podía decirles no te puedo alzar…y eso me dio disciplina. Cuando estoy con ellas me olvido la edad y me tiro al piso. Me cuesta un poco levantarme, así que a veces lo pienso dos veces, pero ellas me incentivan. Piden upa, caballito, oso pardo y miles de cosas más. Cuando eran más chiquitas les cambie los panales, ahora les hago el desayuno, les canto… En definitiva, el teatro es un juego infantil. Las amo profundamente. Soy un padre muy presente en sus vidas y superé los prejuicios de la edad".
Nació en Santa Fe, hijo de comunistas eslavos, tuvo una infancia muy feliz, con un padre muy presente:” Mi viejo, polaco, buen padre, me llevaba a unas islas frente a la ciudad Santa Fe, con cañita hecha de modo casero, alfiler doblado a modo de anzuelo, a sacar mojarritas o palometitas. Íbamos con mi hermano mayor, en el tranvía… Era un lindo plan de mi infancia. Mi hermano, se hizo basquetbolista y formó parte del seleccionado argentino. Yo en cambio era nadador. Era del Paraná, el río que viví desde que nací. Y, hasta hoy, sigue siendo mi lugar. Después mi familia se mudó a Córdoba y mi escenario pasó a ser la montaña, y también lo disfrute muchísimo".
El actor además es técnico electromecánico y ex campeón de natación. Maneja motos desde los 11 años y gracias a una conoció al mismísimo Che Guevara:”En Córdoba viví mi adolescencia y me convertí en motoquero jajaja. Tenía una moto Puma y siempre me escapaba a las sierras. Una anécdota que pocos conocen es el cruce fugaz con Ernesto “Che” Guevara. “Él venía de Alta Gracia en moto. No recuerdo claramente las fechas, pero en aquel momento me fui hasta Mendoza en moto. El Che era un pibe macanudo y muy generoso; si le pedías la moto no tenía problema en prestártela. También solía verlo arriba de los tranvías… Era un vago atrevido. Quedamos en encontrarnos en el Arco de Córdoba a una hora determinada, pero él no vino. Quizás llegó más tarde o al otro día, pero yo finalmente me fui hasta Mendoza”, recuerda Norman, en una de las tantas anécdotas que tiene de su vida.
En Córdoba, fue donde comenzó a interesarse por la actuación y debutó con la obra La farsa del señor corregidor. Luego llegó a Buenos Aires y ya solo en la ciudad se la vió muy dura: “Vivía en una azotea de la calle Combate de los Pozos. Realmente la mayoría de los días no tenía ni para comer. Llegué a robar pan en la Avenida de Mayo. Pero no fue la única época, que no tuve para llevarme algo a la boca. La sopa de kétchup, me alimentó mucho tiempo en Nueva York, en pleno exilio. Agua caliente y kétchup para engañar a las tripas. Pero valió la pena, logré formarme en el Actors Studio, tengo la escuela de Robert Altman, de John Cassavetes…”.
En los años sesenta se dio a conocer al público masivo por su actuación en publicidades de televisión y sus presentaciones en el desaparecido Instituto Di Tella. La película La fiaca, de Fernando Ayala, coprotagonizada por Norma Aleandro, lo llevó al éxito. En 1975, amenazado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) debió exiliarse en España, donde fue convocado por el director Carlos Saura, obteniendo gran éxito con el film Elisa, vida mía. En 1983 regresó a Argentina, retomando su carrera y dedicándose también a la política.
Como actor realizó más de 70 películas en cine. En teatro las obras en las que trabajo y dirigió son incontables. Posee casi 20 obras escritas como dramaturgo y más de 50 cuentos y monólogos.
Es docente, tiene su propio teatro, su propia escuela y hasta se desempeño ensenando actuación en la universidad de Boston

Norman Briski: "Conoc&iacute; al &lsquo;Che&rsquo; Guevara, pero no me anime a seguirlo"
El reconocido actor, director teatral, autor, dramaturgo, maestro de actores y docente hablo en profundidad en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio de su carrera, su infancia y como conoci&oacute; al &lsquo;Che&rsquo; Guevara en su adolescencia y casi viajan juntos hacia Latinoam&eacute;rica: &ldquo;Desde los once o doce a&ntilde;o ya sab&iacute;a manejar motos, en las provincias es muy com&uacute;n. La moto la ten&iacute;a en combinaci&oacute;n con mi prima Chichina, la compramos y la us&aacute;bamos los dos. Ah&iacute; lo conoc&iacute; al Che Guevara porque &eacute;l tambi&eacute;n ten&iacute;a moto. Los motoqueros, que &eacute;ramos ocho, nos junt&aacute;bamos en el colegio Monserrat, en la provincia de C&oacute;rdoba, donde yo viv&iacute;a. Yo nunca supe los nombres de ellos, ni ellos el m&iacute;o, pero ah&iacute; nos junt&aacute;bamos. El Che paraba ah&iacute; con su moto que ven&iacute;a de Alta Gracia. &Eacute;l era m&aacute;s aventurero que todos nosotros y no ten&iacute;a ning&uacute;n problema de prestarnos su moto, que era mejor que la nuestra. Yo en ese tiempo no sab&iacute;a que era el Che y el tampoco jajaja. Siempre lo ve&iacute;a colgado del tranv&iacute;a o arriba del tranv&iacute;a, sentado en el techo del tranv&iacute;a uno. Juntos nos propusimos ir a Mendoza y nunca me puse a pensar si era su viaje, ese viaje que hizo finalmente donde cruzo la cordillera y sigue a Latinoam&eacute;rica. Yo lo que s&eacute; es que no iba a ir a Chile, ni lo iba a seguir en su osad&iacute;a. Asegur&oacute; Briski que naci&oacute;́ en Santa Fe, se crió en C&oacute;rdoba. Vivi&oacute;́ en Venezuela, Espa&ntilde;a, Cuba y Estados Unidos. Fue exiliado y hasta estuvo detenido por defender sus ideas. Pasó una vida dura y hasta sufri&oacute;́ hambre al principio de carrera actoral. El gran Norman &ndash;Naum- Briski hizo teatro hasta en la Villa 21. Tiene cinco hijos, varios nietos y (aunque pens&oacute;́ en el aborto) entro en el libro Guinness de los Records por ser el padre de gemelas con m&aacute;s edad hasta el momento. Norman, ya pasado los ochenta años, reparte su emoci&oacute;n entre sus hijas gemelas que nacieron el 24 de agosto del 2015; su pasi&oacute;n por la ense&ntilde;anza y la actuaci&oacute;n. Contó que el embarazo los tomó por sorpresa y que no deseaban ser padres, aunque hoy lo transitan con total alegr&iacute;a: "Con Elina no quer&iacute;amos ser padres, no era una prioridad para ella y pensamos en un principio en abortar; pero, como ya lo hab&iacute;amos hecho, sent&iacute;́ que la decisi&oacute;n final ten&iacute;a que ser de ella. Hoy celebro inmensamente tenerlas con nosotros. Me cambiaron la vida".
&ldquo;Un bebé en los brazos es pura potencia -asegura Briski-, no hay en el universo como la potencia de un bebé. Es conmovedor. Con un bebé todo est&aacute;́ por ser. Me dieron juventud. No podía decirles no te puedo alzar&hellip;y eso me dio disciplina. Cuando estoy con ellas me olvido la edad y me tiro al piso. Me cuesta un poco levantarme, así que a veces lo pienso dos veces, pero ellas me incentivan. Piden upa, caballito, oso pardo y miles de cosas más. Cuando eran más chiquitas les cambie los panales, ahora les hago el desayuno, les canto&hellip; En definitiva, el teatro es un juego infantil. Las amo profundamente. Soy un padre muy presente en sus vidas y superé los prejuicios de la edad". Nació en Santa Fe, hijo de comunistas eslavos, tuvo una infancia muy feliz, con un padre muy presente:&rdquo; Mi viejo, polaco, buen padre, me llevaba a unas islas frente a la ciudad Santa Fe, con cañita hecha de modo casero, alfiler doblado a modo de anzuelo, a sacar mojarritas o palometitas. Íbamos con mi hermano mayor, en el tranvía&hellip; Era un lindo plan de mi infancia. Mi hermano, se hizo basquetbolista y formó parte del seleccionado argentino. Yo en cambio era nadador. Era del Paraná, el río que viví desde que nací. Y, hasta hoy, sigue siendo mi lugar. Después mi familia se mudó a Córdoba y mi escenario pasó a ser la montaña, y también lo disfrute muchísimo". El actor además es técnico electromecánico y ex campeón de natación. Maneja motos desde los 11 años y gracias a una conoció al mismísimo Che Guevara:&rdquo;En Córdoba viví mi adolescencia y me convertí en motoquero jajaja. Tenía una moto Puma y siempre me escapaba a las sierras. Una anécdota que pocos conocen es el cruce fugaz con Ernesto &ldquo;Che&rdquo; Guevara. &ldquo;Él venía de Alta Gracia en moto. No recuerdo claramente las fechas, pero en aquel momento me fui hasta Mendoza en moto. El Che era un pibe macanudo y muy generoso; si le pedías la moto no tenía problema en prestártela. También solía verlo arriba de los tranvías&hellip; Era un vago atrevido. Quedamos en encontrarnos en el Arco de Córdoba a una hora determinada, pero él no vino. Quizás llegó más tarde o al otro día, pero yo finalmente me fui hasta Mendoza&rdquo;, recuerda Norman, en una de las tantas anécdotas que tiene de su vida. En Córdoba, fue donde comenzó a interesarse por la actuación y debutó con la obra La farsa del señor corregidor. Luego llegó a Buenos Aires y ya solo en la ciudad se la vió muy dura: &ldquo;Vivía en una azotea de la calle Combate de los Pozos. Realmente la mayoría de los días no tenía ni para comer. Llegué a robar pan en la Avenida de Mayo. Pero no fue la única época, que no tuve para llevarme algo a la boca. La sopa de kétchup, me alimentó mucho tiempo en Nueva York, en pleno exilio. Agua caliente y kétchup para engañar a las tripas. Pero valió la pena, logré formarme en el Actors Studio, tengo la escuela de Robert Altman, de John Cassavetes&hellip;&rdquo;. En los años sesenta se dio a conocer al público masivo por su actuación en publicidades de televisión y sus presentaciones en el desaparecido Instituto Di Tella. La película La fiaca, de Fernando Ayala, coprotagonizada por Norma Aleandro, lo llevó al éxito. En 1975, amenazado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) debió exiliarse en España, donde fue convocado por el director Carlos Saura, obteniendo gran éxito con el film Elisa, vida mía. En 1983 regresó a Argentina, retomando su carrera y dedicándose también a la política. Como actor realizó más de 70 películas en cine. En teatro las obras en las que trabajo y dirigió son incontables. Posee casi 20 obras escritas como dramaturgo y más de 50 cuentos y monólogos. Es docente, tiene su propio teatro, su propia escuela y hasta se desempeño ensenando actuación en la universidad de Boston

Norman Briski: "Conocí al ‘Che’ Guevara, pero no me anime a seguirlo"

 
El reconocido actor conversó en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, su carrera artística, la época de oro de nuestro espectáculo y recordó como cuando era niño soñaba con ser cantante y el destino lo llevó a ser actor: “cuando todavía estaba en Italia participaba del coro de iglesia, siempre me gusto cantar. Me he dado mis gustos, pero mi carrera la ganó la actuación. Empecé muy chico, en Argentina, en el teatro independiente y no paré hasta el día de hoy. El ser actor me dio todo. No solo una carrera, sino el respeto de mis colegas y el cariño del público.” Aseguró Ranni, que en la década del ‘80 llegó a aparecer en cinco películas en un solo año, trabajó en innumerables obras de teatro y participó en más de 50 éxitos televisivos y películas.

Rodolfo Ranni es un resiliente, vivió una dura infancia en medio de la segunda guerra mundial y se sobrepuso a vivencias e imágenes, que pocos podrían hacerlo: “Crecí en el medio de la guerra. Con mi hermano, cuando había bombardeo, salíamos a la vereda y mirábamos cómo caían las bombas. A la mañana me levantaba y desde la ventana de mi cuarto veíamos el mar y los cadáveres flotando. Íbamos y mirábamos. Si tenían las manos atadas con alambre de púa, sabíamos que eran partillanos fusilados por los alemanes y si no estaban atados, eran alemanes fusilados por los partillanos. Veíamos cadáveres como una cosa cotidiana. Uno se acostumbra. Imagínate, yo nací en el 37 y en el 39 empezó la guerra, yo soy un hijo de la guerra”. Recordó el actor que en su infancia sus juegos favoritos eran pescar en el mar, las carreras en bicicleta hasta el campo de su abuelo y buscar granadas en las zanjas para arrojarlas al fuego, sin comprender el peligro, hasta que un día a uno de sus amigos le estalló una en sus manos y murió.

Para sorpresa de muchísimos, Rodolfo empezó a fumar a los cinco años. “Soy un fumador genético. Pucho que encontraba en la calle, yo agarraba. Con papel de diario y hojas secas me hacía los cigarrillos. Para mis cumpleaños pedía puchos en vez de juguetes. Hoy ya hace más de 30 años que no fumo. Un día sentí una puntada y dije basta, no puede ser que 10cm me dominen la vida. Llegué a mi casa y no dije nada, pero nunca más volví a fumar”, relató el actor.

Ranni nació en Italia el 31 de octubre de 1937 y así lo recuerda: “Nací en un pueblo llamado Arcia, en Italia. Pueblo que no conocí porque me fui de allí cuando solo tenía 6 meses y me crie en un pueblo que se llamaba Fasana, frente al mar y en el campo de mi abuelo que estaba a 8km. Ahí pasé mi infancia en plena guerra. Aunque parezca mentira, uno se acostumbra a la guerra. Se acostumbra a la cosa cotidiana de los bombardeos, las sirenas… Te puedo decir que tuve una infancia muy feliz a pesar de todo eso y de lo que veía todos los días. Me levantaba a las cinco de la mañana para tocar las campanas que llamaban a misa, no me perdía ninguna celebración y cantaba en el coro, era tenorio. Yo en realidad quería ser cantante, pero se me dio lo de actor. La teatralidad de las celebraciones religiosas me marcó mucho”.

Fue monaguillo en Italia, su tierra natal. Jugó entre granadas y armas. A los 10 años llegó a la Argentina profugándose con su familia del mariscal Tito. Primero estuvieron 10 meses en Bari, luego en Génova y después su padre decidió venir a la Argentina donde estaban dos de sus hermanos. Su padre falleció al año de llegar a este país y , desde muy chico, Salió a trabajar para ayudar en la casa. Soñaba con ser cantante, pero se volcó a la actuación. Con 15 años, fue uno de los fundadores y hacedores del teatro Payró, de donde su madre lo sacó de la oreja castigado y prohibiéndole regresar. Cuando con una gran actuación convenció a su madre de levantarle el castigo, descubrió que su profesión: “Tenía 15 años, llevaba tres días de penitencia encerrado en mi cuarto y no sabía cómo hacer para que mi madre me levantara el castigo. La llamé a mi pieza y le dije Mamá, quiero salir, por favor. Te quiero pedir perdón. Mi vieja me escuchaba, me senté en su regazo y llorando le di la razón, le reconocí que me había portado mal... Me mandé una escena tan grande, tan conmovedora, tan verosímil, que se le cayeron las lágrimas, me levantó la pena y me dejó salir. Fue una verdadera puesta en escena. No estaba para nada arrepentido... pero ella se lo creyó. Ese día me di cuenta de que iba a ser actor. No tuve dudas”.

Con poco más de 70 años de carrera, el Tano recuerda que en 'Una cita con la vida' tuvo su primer trabajo cinematográfico: “Hasta los 20 trabajé en una compañía de seguros. Me fui porque un día me comentaron que Hugo del Carril estaba por filmar y había que mandar fotos. Yo sólo tenía una que estaba cortada por la mitad, porque una novia enojada la había partido para llevarse su parte. Y fui con mi pedacito y me llamaron. El gerente de la compañía me dijo 'Vaya y cuando termine con la película me avisa si sigue o no con nosotros'. Ese tipo se llamaba Modesto Torcida y le debo mucho con ese gesto".

Autodidacta, la carrera de Ranni es tan extensa como ecléctica: empezó en cine con Hugo del Carril, fue dirigido por Armando Discépolo, su primer exitazo en televisión fue 'Muchacha italiana viene a casarse', que consto de 1000 capítulos y estuvo en el aire tres años y medio. Realizó innumerables ciclos televisivos, películas y obras teatrales, estuvo cerca de ganar un Cantando por un sueño, condujo un programa de cocina, fue el primer galán seductor con pancita de nuestro país y el protagonista del primer beso gay en la TV argentina junto a Gerardo Romano y así recuerda ese momento: “Hubo un antes y un después en mi carrera después de Zona de riesgo. Fue el puntapié inicial para que empecemos a ver parejas del mismo género en la ficción argentina. El mejor recuerdo que tengo de ese trabajo es ver a todos los técnicos del canal esperando la escena, ellos también sabían que íbamos a marcar una época y un antes y después en la televisión.  Estábamos haciendo historia.”

Charlando sobre el pasado y los recuerdos el querido Tano aseguró no añorar el pasado y concluyó: “La nostalgia es una cosa que uno tiene que dejar para cuando te encontrás con unos amigos y te tomás un vaso de vino. Uno tiene que tratar siempre de estar cuatro pasos adelante, no atrás. Creo que mañana todo puede ser mejor, siempre. En lo que se te ocurra: en la comida que no te salió bien, en un trabajo nuevo... Así vivo yo. Para mí, siempre es mejor lo que viene, no lo que fue”.

&nbsp; El reconocido actor convers&oacute; en &Iacute;ntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, su carrera art&iacute;stica, la &eacute;poca de oro de nuestro espect&aacute;culo y record&oacute; como cuando era ni&ntilde;o so&ntilde;aba con ser cantante y el destino lo llev&oacute; a ser actor: &ldquo;cuando todav&iacute;a estaba en Italia participaba del coro de iglesia, siempre me gusto cantar. Me he dado mis gustos, pero mi carrera la gan&oacute; la actuaci&oacute;n. Empec&eacute; muy chico, en Argentina, en el teatro independiente y no par&eacute; hasta el d&iacute;a de hoy. El ser actor me dio todo. No solo una carrera, sino el respeto de mis colegas y el cari&ntilde;o del p&uacute;blico.&rdquo; Asegur&oacute; Ranni, que en la d&eacute;cada del &lsquo;80 lleg&oacute; a aparecer en cinco pel&iacute;culas en un solo a&ntilde;o, trabaj&oacute; en innumerables obras de teatro y particip&oacute; en m&aacute;s de 50 &eacute;xitos televisivos y pel&iacute;culas.
Rodolfo Ranni es un resiliente, vivi&oacute; una dura infancia en medio de la segunda guerra mundial y se sobrepuso a vivencias e im&aacute;genes, que pocos podr&iacute;an hacerlo: &ldquo;Crec&iacute; en el medio de la guerra. Con mi hermano, cuando hab&iacute;a bombardeo, sal&iacute;amos a la vereda y mir&aacute;bamos c&oacute;mo ca&iacute;an las bombas. A la ma&ntilde;ana me levantaba y desde la ventana de mi cuarto ve&iacute;amos el mar y los cad&aacute;veres flotando. &Iacute;bamos y mir&aacute;bamos. Si ten&iacute;an las manos atadas con alambre de p&uacute;a, sab&iacute;amos que eran partillanos fusilados por los alemanes y si no estaban atados, eran alemanes fusilados por los partillanos. Ve&iacute;amos cad&aacute;veres como una cosa cotidiana. Uno se acostumbra. Imag&iacute;nate, yo nac&iacute; en el 37 y en el 39 empez&oacute; la guerra, yo soy un hijo de la guerra&rdquo;. Record&oacute; el actor que en su infancia sus juegos favoritos eran pescar en el mar, las carreras en bicicleta hasta el campo de su abuelo y buscar granadas en las zanjas para arrojarlas al fuego, sin comprender el peligro, hasta que un d&iacute;a a uno de sus amigos le estall&oacute; una en sus manos y muri&oacute;.
Para sorpresa de much&iacute;simos, Rodolfo empez&oacute; a fumar a los cinco a&ntilde;os. &ldquo;Soy un fumador gen&eacute;tico. Pucho que encontraba en la calle, yo agarraba. Con papel de diario y hojas secas me hac&iacute;a los cigarrillos. Para mis cumplea&ntilde;os ped&iacute;a puchos en vez de juguetes. Hoy ya hace m&aacute;s de 30 a&ntilde;os que no fumo. Un d&iacute;a sent&iacute; una puntada y dije basta, no puede ser que 10cm me dominen la vida. Llegu&eacute; a mi casa y no dije nada, pero nunca m&aacute;s volv&iacute; a fumar&rdquo;, relat&oacute; el actor.
Ranni naci&oacute; en Italia el 31 de octubre de 1937 y as&iacute; lo recuerda: &ldquo;Nac&iacute; en un pueblo llamado Arcia, en Italia. Pueblo que no conoc&iacute; porque me fui de all&iacute; cuando solo ten&iacute;a 6 meses y me crie en un pueblo que se llamaba Fasana, frente al mar y en el campo de mi abuelo que estaba a 8km. Ah&iacute; pas&eacute; mi infancia en plena guerra. Aunque parezca mentira, uno se acostumbra a la guerra. Se acostumbra a la cosa cotidiana de los bombardeos, las sirenas&hellip; Te puedo decir que tuve una infancia muy feliz a pesar de todo eso y de lo que ve&iacute;a todos los d&iacute;as. Me levantaba a las cinco de la ma&ntilde;ana para tocar las campanas que llamaban a misa, no me perd&iacute;a ninguna celebraci&oacute;n y cantaba en el coro, era tenorio. Yo en realidad quer&iacute;a ser cantante, pero se me dio lo de actor. La teatralidad de las celebraciones religiosas me marc&oacute; mucho&rdquo;.
Fue monaguillo en Italia, su tierra natal. Jug&oacute; entre granadas y armas. A los 10 a&ntilde;os lleg&oacute; a la Argentina profug&aacute;ndose con su familia del mariscal Tito. Primero estuvieron 10 meses en Bari, luego en G&eacute;nova y despu&eacute;s su padre decidi&oacute; venir a la Argentina donde estaban dos de sus hermanos. Su padre falleci&oacute; al a&ntilde;o de llegar a este pa&iacute;s y , desde muy chico, Sali&oacute; a trabajar para ayudar en la casa. So&ntilde;aba con ser cantante, pero se volc&oacute; a la actuaci&oacute;n. Con 15 a&ntilde;os, fue uno de los fundadores y hacedores del teatro Payr&oacute;, de donde su madre lo sac&oacute; de la oreja castigado y prohibi&eacute;ndole regresar. Cuando con una gran actuaci&oacute;n convenci&oacute; a su madre de levantarle el castigo, descubri&oacute; que su profesi&oacute;n: &ldquo;Ten&iacute;a 15 a&ntilde;os, llevaba tres d&iacute;as de penitencia encerrado en mi cuarto y no sab&iacute;a c&oacute;mo hacer para que mi madre me levantara el castigo. La llam&eacute; a mi pieza y le dije Mam&aacute;, quiero salir, por favor. Te quiero pedir perd&oacute;n. Mi vieja me escuchaba, me sent&eacute; en su regazo y llorando le di la raz&oacute;n, le reconoc&iacute; que me hab&iacute;a portado mal... Me mand&eacute; una escena tan grande, tan conmovedora, tan veros&iacute;mil, que se le cayeron las l&aacute;grimas, me levant&oacute; la pena y me dej&oacute; salir. Fue una verdadera puesta en escena. No estaba para nada arrepentido... pero ella se lo crey&oacute;. Ese d&iacute;a me di cuenta de que iba a ser actor. No tuve dudas&rdquo;.
Con poco m&aacute;s de 70 a&ntilde;os de carrera, el Tano recuerda que en 'Una cita con la vida' tuvo su primer trabajo cinematogr&aacute;fico: &ldquo;Hasta los 20 trabaj&eacute; en una compa&ntilde;&iacute;a de seguros. Me fui porque un d&iacute;a me comentaron que Hugo del Carril estaba por filmar y hab&iacute;a que mandar fotos. Yo s&oacute;lo ten&iacute;a una que estaba cortada por la mitad, porque una novia enojada la hab&iacute;a partido para llevarse su parte. Y fui con mi pedacito y me llamaron. El gerente de la compa&ntilde;&iacute;a me dijo 'Vaya y cuando termine con la pel&iacute;cula me avisa si sigue o no con nosotros'. Ese tipo se llamaba Modesto Torcida y le debo mucho con ese gesto".
Autodidacta, la carrera de Ranni es tan extensa como ecl&eacute;ctica: empez&oacute; en cine con Hugo del Carril, fue dirigido por Armando Disc&eacute;polo, su primer exitazo en televisi&oacute;n fue 'Muchacha italiana viene a casarse', que consto de 1000 cap&iacute;tulos y estuvo en el aire tres a&ntilde;os y medio. Realiz&oacute; innumerables ciclos televisivos, pel&iacute;culas y obras teatrales, estuvo cerca de ganar un Cantando por un sue&ntilde;o, condujo un programa de cocina, fue el primer gal&aacute;n seductor con pancita de nuestro pa&iacute;s y el protagonista del primer beso gay en la TV argentina junto a Gerardo Romano y as&iacute; recuerda ese momento: &ldquo;Hubo un antes y un despu&eacute;s en mi carrera despu&eacute;s de Zona de riesgo. Fue el puntapi&eacute; inicial para que empecemos a ver parejas del mismo g&eacute;nero en la ficci&oacute;n argentina. El mejor recuerdo que tengo de ese trabajo es ver a todos los t&eacute;cnicos del canal esperando la escena, ellos tambi&eacute;n sab&iacute;an que &iacute;bamos a marcar una &eacute;poca y un antes y despu&eacute;s en la televisi&oacute;n. &nbsp;Est&aacute;bamos haciendo historia.&rdquo;
Charlando sobre el pasado y los recuerdos el querido Tano asegur&oacute; no a&ntilde;orar el pasado y concluy&oacute;: &ldquo;La nostalgia es una cosa que uno tiene que dejar para cuando te encontr&aacute;s con unos amigos y te tom&aacute;s un vaso de vino. Uno tiene que tratar siempre de estar cuatro pasos adelante, no atr&aacute;s. Creo que ma&ntilde;ana todo puede ser mejor, siempre. En lo que se te ocurra: en la comida que no te sali&oacute; bien, en un trabajo nuevo... As&iacute; vivo yo. Para m&iacute;, siempre es mejor lo que viene, no lo que fue&rdquo;.

Rodolfo Ranni: "Mi sueño era ser cantante, pero el destino me llevó a ser actor"

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Intimamente con Alejandra Rubio

Todos los sábados de 22 a 23 hs. con la conducción de Alejandra Rubio.

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