Lee 1 Crónicas 16
Ya sea en una tarjeta, correo electrónico o mensaje de texto, recordar el cumpleaños de un ser querido muchas veces nos lleva a escribir palabras de agradecimiento y elogio hacia esa persona. Pero ¿alguna vez has pensado en hacer lo mismo por el Señor?
Después de que el arca de Dios fue recuperada de manos de los filisteos, el rey David se preparó para la adoración nombrando músicos específicos entre los levitas (1 Crónicas 15:16–24). Cuando finalmente colocaron el arca dentro de la tienda, David hizo ofrendas y llamó a los ministros de música a una triple orden de adoración. Debían ensalzar, agradecer y alabar a Dios (16:4).
Es importante recordarnos que cuando entramos en un momento de adoración, el deseo de nuestro corazón debe ser de gratitud y alabanza hacia Aquel a quien debemos amar por encima de todo (Deuteronomio 6:5). Él es Aquel que es amor (1 Juan 4:16). Pero este deseo de nuestro corazón de amar a Dios no es posible sin una elección consciente en nuestra mente. Al igual que los músicos de 1 Crónicas 16, debemos ensalzar, recordar y estar atentos. En la Biblia, el pecado del pueblo de Dios a menudo comienza con un olvido que lleva al abandono de Dios y Sus mandamientos.
¿Somos diferentes? En el ajetreo y las distracciones de la vida, es fácil no recordar a Dios y no tener presente Su Palabra. No podemos agradecer ni alabar a Dios a menos que lo ensalcemos, no sólo en un servicio de adoración sino en nuestras actividades del día a día, hora a hora. El día en que David decretó que se cantara alabanza (la misma palabra hebrea para agradecer) al Señor (v. 7), Dios nos dio la letra de un cántico de acción de gracias y alabanza, uno que nos recuerda que primero “anhelemos siempre su rostro” (v. 11) y “recordemos las maravillas que ha hecho” (v. 12).
Ora con nosotros
Padre, gracias por el legado de los grandes compositores clásicos (Bach, Handel, Mendelssohn y muchos otros) que escribieron su música para Ti. Nos ayudan, en el ajetreo de nuestras vidas, a ser conscientes de Ti y de Tu Palabra.