Lee 2 Reyes 5:1–15

Vivimos en un mundo que celebra la inclusión, pero a veces esto representa un rechazo de la realidad. Por ejemplo, ¿cuántos dioses hay exactamente? ¿Y es posible que todos estos dioses sean iguales? Aunque nuestra sociedad nos diga que los aceptemos a todos, el escritor de 2 Reyes no estaría de acuerdo.

En el Próximo Oriente antiguo, un dios luchaba por las personas que vivían dentro de los límites de ese país, las defendía y las cuidaba. Por eso, fue inquietante leer que Naamán había logrado el éxito de la mano del SEÑOR (v. 1). Los israelitas creían que había un solo Dios. Su soberanía se extendía sobre todas las naciones, e Israel solo tendría éxito siempre y cuando Él así lo quisiera.

Naamán era “comandante del ejército del rey de Aram” (v. 1). Aunque era “un hombre de mucho prestigio” (v. 1), sufría de lepra, una enfermedad incurable. Una muchacha, a la que Naamán había esclavizado, sabía que había un profeta en Israel a través del cual se estaban produciendo maravillas (v. 3). Naamán, en un acto de fe, pidió permiso para visitar a este profeta. Planeaba pedirle ayuda al dios de una nación enemiga. Así que envió regalos al rey de Israel con la esperanza de ganarse el favor de este dios. No sabía que el rey de Israel era malvado; el Dios de Israel estaba en contra de él. “Cuando Eliseo, hombre de Dios, se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras, le envió este mensaje: ‘¿Por qué está usted tan molesto? ¡Mándeme usted a ese hombre para que sepa que hay profeta en Israel!’” (v. 8).

Eliseo dio una orden sencilla: Ve y lávate en el río Jordán (v. 10). ¡Naamán regresó limpio! El milagro de Dios convenció a Naamán de que Jehová era el Dios de toda la tierra.
¿Por qué es importante que honremos a nuestro Dios como el único Dios verdadero? ¿Cómo aumenta esta creencia nuestra motivación para alcanzar a los perdidos?

Ora con nosotros

¡Tú eres, en verdad, el único Dios verdadero! Proclamamos Tu soberanía sobre las naciones a través de los siglos. Jesús, gracias por venir como la Luz del mundo para vivir entre nosotros, para exponer nuestra gran necesidad y revelar Tu amor constante.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Reyes%205%3A1%E2%80%9315&amp;version=NVI">2 Reyes 5:1–15</a>
Vivimos en un mundo que celebra la inclusión, pero a veces esto representa un rechazo de la realidad. Por ejemplo, ¿cuántos dioses hay exactamente? ¿Y es posible que todos estos dioses sean iguales? Aunque nuestra sociedad nos diga que los aceptemos a todos, el escritor de 2 Reyes no estaría de acuerdo.
En el Próximo Oriente antiguo, un dios luchaba por las personas que vivían dentro de los límites de ese país, las defendía y las cuidaba. Por eso, fue inquietante leer que Naamán había logrado el éxito de la mano del SEÑOR (v. 1). Los israelitas creían que había un solo Dios. Su soberanía se extendía sobre todas las naciones, e Israel solo tendría éxito siempre y cuando Él así lo quisiera.
Naamán era “comandante del ejército del rey de Aram” (v. 1). Aunque era “un hombre de mucho prestigio” (v. 1), sufría de lepra, una enfermedad incurable. Una muchacha, a la que Naamán había esclavizado, sabía que había un profeta en Israel a través del cual se estaban produciendo maravillas (v. 3). Naamán, en un acto de fe, pidió permiso para visitar a este profeta. Planeaba pedirle ayuda al dios de una nación enemiga. Así que envió regalos al rey de Israel con la esperanza de ganarse el favor de este dios. No sabía que el rey de Israel era malvado; el Dios de Israel estaba en contra de él. “Cuando Eliseo, hombre de Dios, se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras, le envió este mensaje: ‘¿Por qué está usted tan molesto? ¡Mándeme usted a ese hombre para que sepa que hay profeta en Israel!’” (v. 8).
Eliseo dio una orden sencilla: Ve y lávate en el río Jordán (v. 10). ¡Naamán regresó limpio! El milagro de Dios convenció a Naamán de que Jehová era el Dios de toda la tierra.
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<li>¿Por qué es importante que honremos a nuestro Dios como el único Dios verdadero? ¿Cómo aumenta esta creencia nuestra motivación para alcanzar a los perdidos?</li>
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Ora con nosotros
¡Tú eres, en verdad, el único Dios verdadero! Proclamamos Tu soberanía sobre las naciones a través de los siglos. Jesús, gracias por venir como la Luz del mundo para vivir entre nosotros, para exponer nuestra gran necesidad y revelar Tu amor constante.

Vivimos en un mundo que celebra la inclusión, pero a veces esto representa un rechazo de la realidad. Por ejemplo, ¿cuántos dioses hay exactamente? ¿Y es posible que todos estos dioses sean iguales?...

NUESTROS DIOS REINA

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Lee 2 Reyes 4:1–44

Cuando los tiempos se ponen difíciles, tendemos a cuestionar verdades fundamentales de la vida, preguntándonos: ¿Dónde está Dios? ¿Es lo suficientemente poderoso para ayudarme? ¿Proveerá para mis necesidades básicas? Y si no lo hace, ¿por qué no?

La vida en Israel durante el reinado de Acab y Jezabel era difícil. La sequía de tres años había causado una hambruna, y aunque había vuelto a llover, la recuperación fue lenta. La gente seguía sufriendo. En medio de ese sufrimiento, habría sido tentador creer que el Dios de Israel era débil, y que tal vez Baal podría hacer un mejor trabajo al proveer para sus necesidades básicas. Después de todo, los cananeos lo adoraban como el dios del trueno, la lluvia, la fertilidad y la vida.

Estos actos poderosos de Dios a través de Eliseo fueron diseñados para mostrar que Yahweh es el Dios de todas esas facetas de la vida y el único Dios. Con la viuda que no tenía qué comer, Dios mostró que podía proveer incluso para los más bajos de la sociedad (vv. 1–7). En la historia de la mujer sunamita (4:8–37), Dios demostró que Él tiene el control de la fertilidad, así como de la vida y la muerte. Luego, en la historia del guiso envenenado y del sirviente con comida limitada (vv. 38–44), Dios mostró que Él puede proveer e incluso multiplicar el alimento para Su pueblo. ¿Por qué contar estos eventos aparentemente aleatorios? Porque demostraron que Yahweh, no Baal, era Dios para un pueblo que estaba muy tentado a creer lo contrario.

Sin duda, Israel estaba sufriendo bajo la mano de juicio por su pecaminosidad, pero el pueblo fiel también estaba sufriendo. ¿Dónde estaba Dios cuando lo necesitaban? Él estaba allí mismo proveyendo de acuerdo con Su plan. Estaba dejando en claro que a pesar de la hambruna, a pesar de la realidad de la muerte, a pesar de sus recursos limitados, Él todavía estaba allí.
¿Has visto a Dios trabajar en el presente o en el pasado? ¿Cómo podría ayudarte a confiar en Dios, el recordar estas cosas cuando la vida se pone difícil?

Ora con nosotros

Dios Todopoderoso, ¡Te alabamos por Tu gentileza y fidelidad hacia nosotros! Concédenos perseverancia para seguirte, resistencia para confiar en Ti, fe para huir de los dioses falsos y amor para contarles a los demás acerca de Tu salvación en Cristo.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Reyes%204%3A1%E2%80%9344&amp;version=NVI">2 Reyes 4:1–44</a>
Cuando los tiempos se ponen difíciles, tendemos a cuestionar verdades fundamentales de la vida, preguntándonos: ¿Dónde está Dios? ¿Es lo suficientemente poderoso para ayudarme? ¿Proveerá para mis necesidades básicas? Y si no lo hace, ¿por qué no?
La vida en Israel durante el reinado de Acab y Jezabel era difícil. La sequía de tres años había causado una hambruna, y aunque había vuelto a llover, la recuperación fue lenta. La gente seguía sufriendo. En medio de ese sufrimiento, habría sido tentador creer que el Dios de Israel era débil, y que tal vez Baal podría hacer un mejor trabajo al proveer para sus necesidades básicas. Después de todo, los cananeos lo adoraban como el dios del trueno, la lluvia, la fertilidad y la vida.
Estos actos poderosos de Dios a través de Eliseo fueron diseñados para mostrar que Yahweh es el Dios de todas esas facetas de la vida y el único Dios. Con la viuda que no tenía qué comer, Dios mostró que podía proveer incluso para los más bajos de la sociedad (vv. 1–7). En la historia de la mujer sunamita (4:8–37), Dios demostró que Él tiene el control de la fertilidad, así como de la vida y la muerte. Luego, en la historia del guiso envenenado y del sirviente con comida limitada (vv. 38–44), Dios mostró que Él puede proveer e incluso multiplicar el alimento para Su pueblo. ¿Por qué contar estos eventos aparentemente aleatorios? Porque demostraron que Yahweh, no Baal, era Dios para un pueblo que estaba muy tentado a creer lo contrario.
Sin duda, Israel estaba sufriendo bajo la mano de juicio por su pecaminosidad, pero el pueblo fiel también estaba sufriendo. ¿Dónde estaba Dios cuando lo necesitaban? Él estaba allí mismo proveyendo de acuerdo con Su plan. Estaba dejando en claro que a pesar de la hambruna, a pesar de la realidad de la muerte, a pesar de sus recursos limitados, Él todavía estaba allí.
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<li>¿Has visto a Dios trabajar en el presente o en el pasado? ¿Cómo podría ayudarte a confiar en Dios, el recordar estas cosas cuando la vida se pone difícil?</li>
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Ora con nosotros
Dios Todopoderoso, ¡Te alabamos por Tu gentileza y fidelidad hacia nosotros! Concédenos perseverancia para seguirte, resistencia para confiar en Ti, fe para huir de los dioses falsos y amor para contarles a los demás acerca de Tu salvación en Cristo.

Cuando los tiempos se ponen difíciles, tendemos a cuestionar verdades fundamentales de la vida, preguntándonos: ¿Dónde está Dios? ¿Es lo suficientemente poderoso para ayudarme? ¿Proveerá para mis necesidades básicas? Y si no lo hace, ¿por qué no?...

UN DIOS EN CONTROL

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Lee 2 Reyes 2:1–25

Las transiciones pueden ser difíciles. Nos preguntamos: ¿será un buen líder? ¿Serán las circunstancias demasiado difíciles para que el equipo las maneje? Y, como te dirán los economistas, el mercado odia la incertidumbre.

La partida de Elías “en un torbellino” fue un momento significativo de transición para el pueblo de Dios (v. 1). El profeta que confrontó a los seguidores de Baal en el monte Carmelo y vio a Dios desplegar Su poder pronto partiría. Su discípulo Eliseo estaba al tanto de la inminente transición de liderazgo, y todos se lo recordaban (vv. 3, 5). Elías, tal vez evitando una despedida dolorosa, le pidió a Eliseo que se quedara. Eliseo se negó. Finalmente, Elías preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado?” (v. 9). ¿Cuál fue la petición de Eliseo? “Que yo herede una doble porción de tu espíritu” (v. 9).

La petición de Eliseo sugiere que él entendía que la fuerza de Elías provenía de algo sobrenatural. No estaba pidiendo el espíritu de Elías; él estaba pidiendo el Espíritu que le dio poder a Elías. Ese Espíritu vino del Dios que lo llamó y le dio poder para ser profeta. Después de que Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego, Eliseo tomó el manto de su mentor y preguntó: “¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?” (v. 14). El entender que Dios estaba ahora con él fue más que un desafío una oportunidad para Eliseo, y para cualquiera que estuviera observando. Los tiempos en Israel pueden haber sido difíciles, y la partida de Elías creó incertidumbre, pero el Dios de Elías también era el Dios de Eliseo. Él no había dejado a Su pueblo sin Su Espíritu. Los milagros que Eliseo realizó en los versículos que siguen probaron el punto: ¡Dios estaba con él!

La misma lección se aplica a nosotros. Mientras pasamos por tiempos de transición, debemos recordar que el mismo Dios está en el trono. El Dios que te ayudó a superar tu última dificultad no te abandonará ahora.
¿Por qué la gente estaba nerviosa por la partida de Elías? ¿Qué solemos hacer durante tiempos de transición y futuros inciertos? ¿Qué nos enseña este pasaje?

Ora con nosotros

Dios de Elías y Eliseo, gracias porque en la lectura de hoy nos recuerdas que también eres nuestro Dios. Al igual que Eliseo, elegimos confiar en el Dios verdadero y fiel y pedimos Tu presencia en nuestras vidas en tiempos de transición, incertidumbre y cambio.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Reyes%202%3A1%E2%80%9325&amp;version=NVI">2 Reyes 2:1–25</a>
Las transiciones pueden ser difíciles. Nos preguntamos: ¿será un buen líder? ¿Serán las circunstancias demasiado difíciles para que el equipo las maneje? Y, como te dirán los economistas, el mercado odia la incertidumbre.
La partida de Elías “en un torbellino” fue un momento significativo de transición para el pueblo de Dios (v. 1). El profeta que confrontó a los seguidores de Baal en el monte Carmelo y vio a Dios desplegar Su poder pronto partiría. Su discípulo Eliseo estaba al tanto de la inminente transición de liderazgo, y todos se lo recordaban (vv. 3, 5). Elías, tal vez evitando una despedida dolorosa, le pidió a Eliseo que se quedara. Eliseo se negó. Finalmente, Elías preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado?” (v. 9). ¿Cuál fue la petición de Eliseo? “Que yo herede una doble porción de tu espíritu” (v. 9).
La petición de Eliseo sugiere que él entendía que la fuerza de Elías provenía de algo sobrenatural. No estaba pidiendo el espíritu de Elías; él estaba pidiendo el Espíritu que le dio poder a Elías. Ese Espíritu vino del Dios que lo llamó y le dio poder para ser profeta. Después de que Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego, Eliseo tomó el manto de su mentor y preguntó: “¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?” (v. 14). El entender que Dios estaba ahora con él fue más que un desafío una oportunidad para Eliseo, y para cualquiera que estuviera observando. Los tiempos en Israel pueden haber sido difíciles, y la partida de Elías creó incertidumbre, pero el Dios de Elías también era el Dios de Eliseo. Él no había dejado a Su pueblo sin Su Espíritu. Los milagros que Eliseo realizó en los versículos que siguen probaron el punto: ¡Dios estaba con él!
La misma lección se aplica a nosotros. Mientras pasamos por tiempos de transición, debemos recordar que el mismo Dios está en el trono. El Dios que te ayudó a superar tu última dificultad no te abandonará ahora.
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<li>¿Por qué la gente estaba nerviosa por la partida de Elías? ¿Qué solemos hacer durante tiempos de transición y futuros inciertos? ¿Qué nos enseña este pasaje?</li>
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Ora con nosotros
Dios de Elías y Eliseo, gracias porque en la lectura de hoy nos recuerdas que también eres nuestro Dios. Al igual que Eliseo, elegimos confiar en el Dios verdadero y fiel y pedimos Tu presencia en nuestras vidas en tiempos de transición, incertidumbre y cambio.

Las transiciones pueden ser difíciles. Nos preguntamos: ¿será un buen líder? ¿Serán las circunstancias demasiado difíciles para que el equipo las maneje? Y, como te dirán los economistas, el mercado odia la incertidumbre...

EL DIOS DE LA PRÓXIMA GENERACIÓN

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Lee 2 Reyes 1:1–17

En ocasiones, cuando hablo con personas que tienen opiniones firmes sobre un tema en particular, les pregunto dónde encontraron su información. Si la respuesta es “Lo busqué en Google”, sus convicciones se vuelven sospechosas. ¿Por qué? Porque la fuente de nuestra información es fundamental para formar nuestras opiniones. A quién le preguntes demuestra en quién confías.

El libro de 2 Reyes comienza donde terminó 1 Reyes. Ocozías, el hijo de Acab, estaba en el trono y se comportaba como su padre (véase 1 Reyes 22:51–53). Debemos recordar que el rey anterior Acab y su esposa, Jezabel, fueron responsables de la institucionalización del culto a Baal en Israel. Después de que Acab murió, fue reemplazado por su hijo con ideas afines, Ocozías, quien continuó con las prácticas idólatras de su padre.

La falta de fe de Ocozías quedó expuesta cuando fue herido (v. 2). Preguntándose si sobreviviría, buscó ayuda divina. Recurrió a Baal, demostrando en dónde estaba su confianza. Jehová, el Dios de Israel, envió un mensaje lleno de sarcasmo para desafiar al rey: “Y ustedes, ¿por qué van a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? ¿Acaso no hay Dios en Israel?” (v. 3).

La búsqueda de respuestas del rey en el lugar equivocado lo llevó a comportarse como si Dios, una fuente confiable, no existiera. Este hubiera sido un ejemplo particularmente malo para el rey. El pueblo podría creer que si el rey consultaba a Baal, tal vez era porque el Dios de Israel no era real. Ocozías cayó bajo la condena de Dios y, como resultado, moriría a causa de sus heridas. El mensaje para el pueblo de Dios, entonces y ahora, es claro: No busquen la verdad en dioses falsos. A quién recurrimos en tiempos de problemas revela mucho acerca de lo que creemos.
¿A quién recurres en tiempos de problemas? ¿Qué revela tu búsqueda de respuestas acerca de tu fe en Dios?

Ora con nosotros

Al comenzar nuestro estudio de 2 Reyes este mes, Señor, danos conocimiento y comprensión de este libro a pesar de la distancia en el tiempo y la cultura. ¡Que podamos aprender sus lecciones, que también se aplican a nuestra época!

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Reyes%201%3A1%E2%80%9317&amp;version=NVI">2 Reyes 1:1–17</a>
En ocasiones, cuando hablo con personas que tienen opiniones firmes sobre un tema en particular, les pregunto dónde encontraron su información. Si la respuesta es “Lo busqué en Google”, sus convicciones se vuelven sospechosas. ¿Por qué? Porque la fuente de nuestra información es fundamental para formar nuestras opiniones. A quién le preguntes demuestra en quién confías.
El libro de 2 Reyes comienza donde terminó 1 Reyes. Ocozías, el hijo de Acab, estaba en el trono y se comportaba como su padre (véase <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Reyes%2022%3A51%E2%80%9353&amp;version=NVI">1 Reyes 22:51–53</a>). Debemos recordar que el rey anterior Acab y su esposa, Jezabel, fueron responsables de la institucionalización del culto a Baal en Israel. Después de que Acab murió, fue reemplazado por su hijo con ideas afines, Ocozías, quien continuó con las prácticas idólatras de su padre.
La falta de fe de Ocozías quedó expuesta cuando fue herido (v. 2). Preguntándose si sobreviviría, buscó ayuda divina. Recurrió a Baal, demostrando en dónde estaba su confianza. Jehová, el Dios de Israel, envió un mensaje lleno de sarcasmo para desafiar al rey: “Y ustedes, ¿por qué van a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? ¿Acaso no hay Dios en Israel?” (v. 3).
La búsqueda de respuestas del rey en el lugar equivocado lo llevó a comportarse como si Dios, una fuente confiable, no existiera. Este hubiera sido un ejemplo particularmente malo para el rey. El pueblo podría creer que si el rey consultaba a Baal, tal vez era porque el Dios de Israel no era real. Ocozías cayó bajo la condena de Dios y, como resultado, moriría a causa de sus heridas. El mensaje para el pueblo de Dios, entonces y ahora, es claro: No busquen la verdad en dioses falsos. A quién recurrimos en tiempos de problemas revela mucho acerca de lo que creemos.
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<li>¿A quién recurres en tiempos de problemas? ¿Qué revela tu búsqueda de respuestas acerca de tu fe en Dios?</li>
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Ora con nosotros
Al comenzar nuestro estudio de 2 Reyes este mes, Señor, danos conocimiento y comprensión de este libro a pesar de la distancia en el tiempo y la cultura. ¡Que podamos aprender sus lecciones, que también se aplican a nuestra época!

En ocasiones, cuando hablo con personas que tienen opiniones firmes sobre un tema en particular, les pregunto dónde encontraron su información. Si la respuesta es “Lo busqué en Google”, sus convicciones se vuelven sospechosas...

¿EN QUIEN CONFÍAS?

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Lee Apocalipsis 7:9–17

La cantautora Caroline Cobb basó esta letra en el Libro del Apocalipsis: “Veo una ciudad descender / Como una novia con el vestido más blanco, / Puramente vestida / Veo a los peregrinos regresando a casa / Toda la creación encuentra shalom; / El descanso prometido. He aquí, he aquí / Dios hace Su hogar con nosotros / Él tomará Su trono, para siempre glorioso / La maldición será deshecha / ¡Oh, ven, Señor Jesús, ven!”.

Un día todos usaremos las vestiduras del Cordero. A medida que continuamos nuestro peregrinaje a través de este mundo caído, anhelamos “ser revestidos de nuestra morada celestial”, una metáfora de nuestros cuerpos glorificados (2 Corintios 5:1–5; ver también 1 Corintios 15:35–44).

Apocalipsis 7 describe ese día bendito con olas de alabanza. La primera ola (vv. 9–10) presenta “una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas... vestidos de ropas blancas” y sosteniendo ramas de palma (en alusión a la entrada triunfal, ver Juan 12:12–16). Dirigidos por los mártires durante la tribulación (vv. 13–14), todos ellos son creyentes, incluyéndonos a nosotros. Nuestras túnicas blancas, lavadas en la sangre del Cordero, simbolizan la salvación, la pureza y la justicia. Nos alegramos: “¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!” (v. 10).

La segunda ola de adoración se expande para incluir a los ángeles, los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes (vv. 11–12). Responden con un séptuple “Amén” a la doxología de alabanza de la multitud.

Los mártires y toda la multitud de creyentes disfrutarán de la presencia de Dios por la eternidad (vv. 15–17). Le serviremos y seremos protegidos por Él. Nuestro sufrimiento llegará a su fin: Dios nos consolará y secará nuestras lágrimas (ver Isaías 25:8). Seremos pastoreados por el Cordero mismo y conducidos a “fuentes de agua viva”, es decir, a la vida eterna.
¿Qué verdades o lecciones clave has aprendido a través de nuestro estudio mensual sobre imágenes de vestimenta en las Escrituras? ¿Cómo crees que Dios quiere que las apliques en los días venideros?

Ora con nosotros

Santo Cordero de Dios, Mesías, Jesús, esperamos con ansias el momento en que usaremos Tus vestiduras, en el que Tú secarás todas nuestras lágrimas. Gracias por Tu Espíritu y Tu Palabra que nos ayudan a vivir “bajo el sol” como ciudadanos de Tu reino.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Apocalipsis%207%3A9%E2%80%9317&amp;version=NVI">Apocalipsis 7:9–17</a>
La cantautora Caroline Cobb basó esta letra en el Libro del Apocalipsis: “Veo una ciudad descender / Como una novia con el vestido más blanco, / Puramente vestida / Veo a los peregrinos regresando a casa / Toda la creación encuentra shalom; / El descanso prometido. He aquí, he aquí / Dios hace Su hogar con nosotros / Él tomará Su trono, para siempre glorioso / La maldición será deshecha / ¡Oh, ven, Señor Jesús, ven!”.
Un día todos usaremos las vestiduras del Cordero. A medida que continuamos nuestro peregrinaje a través de este mundo caído, anhelamos “ser revestidos de nuestra morada celestial”, una metáfora de nuestros cuerpos glorificados (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Corintios%205%3A1%E2%80%935&amp;version=NVI">2 Corintios 5:1–5</a>; ver también <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Corintios%2015%3A35%E2%80%9344&amp;version=NVI">1 Corintios 15:35–44</a>).
Apocalipsis 7 describe ese día bendito con olas de alabanza. La primera ola (vv. 9–10) presenta “una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas... vestidos de ropas blancas” y sosteniendo ramas de palma (en alusión a la entrada triunfal, ver <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan%2012%3A12%E2%80%9316&amp;version=NVI">Juan 12:12–16</a>). Dirigidos por los mártires durante la tribulación (vv. 13–14), todos ellos son creyentes, incluyéndonos a nosotros. Nuestras túnicas blancas, lavadas en la sangre del Cordero, simbolizan la salvación, la pureza y la justicia. Nos alegramos: “¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!” (v. 10).
La segunda ola de adoración se expande para incluir a los ángeles, los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes (vv. 11–12). Responden con un séptuple “Amén” a la doxología de alabanza de la multitud.
Los mártires y toda la multitud de creyentes disfrutarán de la presencia de Dios por la eternidad (vv. 15–17). Le serviremos y seremos protegidos por Él. Nuestro sufrimiento llegará a su fin: Dios nos consolará y secará nuestras lágrimas (ver <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Isa%C3%ADas%2025%3A8&amp;version=NVI">Isaías 25:8</a>). Seremos pastoreados por el Cordero mismo y conducidos a “fuentes de agua viva”, es decir, a la vida eterna.
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<li>¿Qué verdades o lecciones clave has aprendido a través de nuestro estudio mensual sobre imágenes de vestimenta en las Escrituras? ¿Cómo crees que Dios quiere que las apliques en los días venideros?</li>
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Ora con nosotros
Santo Cordero de Dios, Mesías, Jesús, esperamos con ansias el momento en que usaremos Tus vestiduras, en el que Tú secarás todas nuestras lágrimas. Gracias por Tu Espíritu y Tu Palabra que nos ayudan a vivir “bajo el sol” como ciudadanos de Tu reino.

La cantautora Caroline Cobb basó esta letra en el Libro del Apocalipsis: “Veo una ciudad descender / Como una novia con el vestido más blanco, / Puramente vestida / Veo a los peregrinos regresando a casa / Toda la creación encuentra shalom; / El descanso prometido...

LA TÚNICA DEL CORDERO

https://api.omny.fm/orgs/a8cdbf10-d816-4c77-9e79-aa1c012547e1/clips/84b7b4a6-e0ee-422a-9bb6-b1f6012f5993/transcript

Lee Colosenses 3:1–14

El canto Escondida está mi vida por Oscar Medina dice: “Escondida está mi vida en Dios
Escondida está mi vida en Él/ Mi vida en Él está muy segura/ Mi vida en Dios está muy bien… Escondida está mi vida en Dios/ Y en Sus heridas estoy yo hoy/ Y Su costado es mi protección/ Mi vida en Dios está muy bien”.

Hemos resucitado de la muerte a la vida, vivificados con Cristo (vv. 1–4). Nuestra vida está escondida en Él, lo que significa no sólo que proviene de Él sino también que está a salvo con Él. Como resultado, nuestro corazón (nuestros afectos y deseos) debe estar centrados en las cosas de arriba. Nuestras mentes (nuestros pensamientos y elecciones) también deberían centrarse en las prioridades eternas.

En la vida que vivimos ahora, deberíamos hacer morir los pecados, entre ellos la inmoralidad, la avaricia y la idolatría, así como los pecados de la lengua, como la ira, la calumnia y la mentira (vv. 5–11). Estos comportamientos son lo que éramos, no lo que somos. En Cristo nos hemos revestido de “la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador” (v. 10).

Debemos revestirnos de virtudes que incluyan la compasión, la bondad, la humildad, la gentileza, la paciencia y el amor (vv. 12–14). También debemos perdonar como Cristo nos perdonó, gratuitamente y sin límites (Mateo 18:21–22). Éstas no son cualidades que podamos desarrollar o poner en práctica por nuestra cuenta. Sólo se pueden hacer a través de nuestra vida en Cristo.

Vestirnos de esta manera es vivir nuestra identidad transformada como creyentes “resucitados con Cristo”. Así como la ropa puede implicar un estatus social, la metáfora de la ropa aquí refleja nuestro estatus espiritual, la realidad de nuestra vida en Él.
De todas las virtudes enumeradas en Colosenses 3, ¿en cuál necesitas concentrarte más en este momento? Si no estás seguro, elige el amor, “que es el vínculo perfecto” (v. 14).

Ora con nosotros

Todas las cualidades que el apóstol Pablo nos exhorta a adoptar en Colosenses 3 parecen inalcanzables al principio, hasta que recordamos “vestirnos” de Cristo. Es un gozo saber, Señor, que es Tu obra la que nos convierte en Tus dignos discípulos.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Colosenses%203%3A1%E2%80%9314&amp;version=NVI">Colosenses 3:1–14</a>
El canto Escondida está mi vida por Oscar Medina dice: “Escondida está mi vida en Dios Escondida está mi vida en Él/ Mi vida en Él está muy segura/ Mi vida en Dios está muy bien… Escondida está mi vida en Dios/ Y en Sus heridas estoy yo hoy/ Y Su costado es mi protección/ Mi vida en Dios está muy bien”.
Hemos resucitado de la muerte a la vida, vivificados con Cristo (vv. 1–4). Nuestra vida está escondida en Él, lo que significa no sólo que proviene de Él sino también que está a salvo con Él. Como resultado, nuestro corazón (nuestros afectos y deseos) debe estar centrados en las cosas de arriba. Nuestras mentes (nuestros pensamientos y elecciones) también deberían centrarse en las prioridades eternas.
En la vida que vivimos ahora, deberíamos hacer morir los pecados, entre ellos la inmoralidad, la avaricia y la idolatría, así como los pecados de la lengua, como la ira, la calumnia y la mentira (vv. 5–11). Estos comportamientos son lo que éramos, no lo que somos. En Cristo nos hemos revestido de “la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador” (v. 10).
Debemos revestirnos de virtudes que incluyan la compasión, la bondad, la humildad, la gentileza, la paciencia y el amor (vv. 12–14). También debemos perdonar como Cristo nos perdonó, gratuitamente y sin límites (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2018%3A21%E2%80%9322&amp;version=NVI">Mateo 18:21–22</a>). Éstas no son cualidades que podamos desarrollar o poner en práctica por nuestra cuenta. Sólo se pueden hacer a través de nuestra vida en Cristo.
Vestirnos de esta manera es vivir nuestra identidad transformada como creyentes “resucitados con Cristo”. Así como la ropa puede implicar un estatus social, la metáfora de la ropa aquí refleja nuestro estatus espiritual, la realidad de nuestra vida en Él.
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<li>De todas las virtudes enumeradas en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Colosenses%203&amp;version=NVI">Colosenses 3</a>, ¿en cuál necesitas concentrarte más en este momento? Si no estás seguro, elige el amor, “que es el vínculo perfecto” (v. 14).</li>
</ul>
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Ora con nosotros
Todas las cualidades que el apóstol Pablo nos exhorta a adoptar en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Colosenses%203&amp;version=NVI">Colosenses 3</a> parecen inalcanzables al principio, hasta que recordamos “vestirnos” de Cristo. Es un gozo saber, Señor, que es Tu obra la que nos convierte en Tus dignos discípulos.

El canto Escondida está mi vida por Oscar Medina dice: “Escondida está mi vida en Dios Escondida está mi vida en Él/ Mi vida en Él está muy segura/ Mi vida en Dios está muy bien…

VESTIRNOS A NOSOTROS MISMOS

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Lee Mateo 25:31–46

De acuerdo con el diccionario la generosidad se define como: “la actitud que tiene una persona cuando actúa de forma desinteresada por el bien de otra. Es una acción voluntaria que supone dar u ofrecer algo al prójimo y que está íntimamente relacionada con la bondad, ya que quien la ejerce no espera nada a cambio”.

La generosidad, especialmente en el momento oportuno, es digna de alabanza a los ojos de Dios. Después de todo, la fe debe ir acompañada de buenas obras sino ¿de qué sirve (Santiago 2:14–17)? En la parábola de hoy, el Hijo del Hombre, como rey y juez, separa a las verdaderas (ovejas) de los falsos creyentes (cabras) (vv. 31–33; véase también Mateo 13:24–30). ¿Qué estándar usa? El servicio práctico.

Lo que distingue a las ovejas de las cabras es simplemente lo que hicieron o no hicieron (vv. 34–36, 41–43). Las buenas obras mencionadas son alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, recibir a los extraños (es decir, mostrar hospitalidad), vestir al desnudo, cuidar a los enfermos y visitar al prisionero. Las ovejas mostraron compasión en acción por los necesitados; las cabras no. Estas seis acciones son ejemplos, no una lista completa. Cada uno de ellos sigue siendo algo que podemos hacer hoy.

Por supuesto, Jesús no estaba diciendo que la salvación es por obras. Sabemos que la salvación es por gracia mediante la fe, seguida de buenas obras (Efesios 2:8–10). La parábola tiene un punto limitado y no es una declaración doctrinal completa. La cuestión es simplemente que un árbol se conoce por su fruto (Mateo 7:17–20). Ambos grupos actúan sorprendidos para que el Rey pueda explicar: Las buenas obras hechas con fe por un hermano creyente son tan significativas como si hubieran sido hechas por Cristo mismo (vv. 40, 45).
Lee acerca de Dorcas (también llamada Tabita) en Hechos 9:36–42. ¿Qué podemos aprender de su ejemplo acerca de vestirnos de bondad?

Ora con nosotros

Santo Dios, gracias por el recordatorio de la lectura de hoy sobre alimentar a los hambrientos, mostrar hospitalidad, ayudar a los pobres y visitar al prisionero. Equípanos para el servicio generoso y desinteresado de Tu reino.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2025%3A31%E2%80%9346&amp;version=NVI">Mateo 25:31–46</a>
De acuerdo con el diccionario la generosidad se define como: “la actitud que tiene una persona cuando actúa de forma desinteresada por el bien de otra. Es una acción voluntaria que supone dar u ofrecer algo al prójimo y que está íntimamente relacionada con la bondad, ya que quien la ejerce no espera nada a cambio”.
La generosidad, especialmente en el momento oportuno, es digna de alabanza a los ojos de Dios. Después de todo, la fe debe ir acompañada de buenas obras sino ¿de qué sirve (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Santiago%202%3A14%E2%80%9317&amp;version=NVI">Santiago 2:14–17</a>)? En la parábola de hoy, el Hijo del Hombre, como rey y juez, separa a las verdaderas (ovejas) de los falsos creyentes (cabras) (vv. 31–33; véase también <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2013%3A24%E2%80%9330&amp;version=NVI">Mateo 13:24–30</a>). ¿Qué estándar usa? El servicio práctico.
Lo que distingue a las ovejas de las cabras es simplemente lo que hicieron o no hicieron (vv. 34–36, 41–43). Las buenas obras mencionadas son alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, recibir a los extraños (es decir, mostrar hospitalidad), vestir al desnudo, cuidar a los enfermos y visitar al prisionero. Las ovejas mostraron compasión en acción por los necesitados; las cabras no. Estas seis acciones son ejemplos, no una lista completa. Cada uno de ellos sigue siendo algo que podemos hacer hoy.
Por supuesto, Jesús no estaba diciendo que la salvación es por obras. Sabemos que la salvación es por gracia mediante la fe, seguida de buenas obras (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Efesios%202%3A8%E2%80%9310&amp;version=NVI">Efesios 2:8–10</a>). La parábola tiene un punto limitado y no es una declaración doctrinal completa. La cuestión es simplemente que un árbol se conoce por su fruto (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%207%3A17%E2%80%9320&amp;version=NVI">Mateo 7:17–20</a>). Ambos grupos actúan sorprendidos para que el Rey pueda explicar: Las buenas obras hechas con fe por un hermano creyente son tan significativas como si hubieran sido hechas por Cristo mismo (vv. 40, 45).
<ul>
<li>Lee acerca de Dorcas (también llamada Tabita) en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%209%3A36%E2%80%9342&amp;version=NVI">Hechos 9:36–42</a>. ¿Qué podemos aprender de su ejemplo acerca de vestirnos de bondad?</li>
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Ora con nosotros
Santo Dios, gracias por el recordatorio de la lectura de hoy sobre alimentar a los hambrientos, mostrar hospitalidad, ayudar a los pobres y visitar al prisionero. Equípanos para el servicio generoso y desinteresado de Tu reino.

De acuerdo con el diccionario la generosidad se define como: “la actitud que tiene una persona cuando actúa de forma desinteresada por el bien de otra. Es una acción voluntaria que supone dar u ofrecer algo al prójimo y que está íntimamente relacionada con la bondad, ya que quien la ejerce no espera nada a cambio”...

VESTIDOS DE BONDAD

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Lee Mateo 6:25–34

En mi oficina en el trabajo tengo una pequeña piedra que me regalo una de mis hijas. El frente está pintado con un campo de girasoles. En la parte de atrás está Lucas 12:27: “Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos”.

Jesús pronunció palabras similares en Mateo 6. Enseñó que la comida no es nada de qué preocuparse o estar ansioso (vv. 25–27). Ciertamente es una necesidad legítima, pero hay abundante evidencia en la naturaleza y la historia de que Dios se preocupa por nosotros y proveerá. El pasaje paralelo de Lucas se refiere a los cuervos (Lucas 12:22–31). Probablemente esta sea una alusión alentadora a la historia de Elías y cómo fue alimentado por los cuervos durante una sequía (1 Reyes 17:1–6).

De manera similar, no debemos preocuparnos ni inquietarnos por la ropa (vv. 28–30). Así como Dios alimenta a los pájaros, también “viste” las flores. Es más, su “ropa” no es minimalista sino extravagantemente hermosa. A pesar de su fugacidad, a pesar de su falta de costura o hilado, superan en vestimenta a Salomón. ¿Las conclusiones obvias? Primero, la preocupación es completamente inútil. Segundo, Dios nos ama y valora mucho más que los pájaros o las flores. Tercero, se puede confiar en que Él proveerá para nuestras necesidades.

Las personas que no conocen a Dios corren tras las cosas temporales, por lo tanto, nosotros no deberíamos (vv. 31–32). Dios conoce nuestras necesidades y debemos confiar en Él (ver Filipenses 4:6). ¿En qué deberíamos enfocarnos? “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia” (vv. 33–34). Esta debería ser nuestra principal prioridad. Cuando se trata de comida, ropa y cosas así, “el día de mañana traerá sus propias preocupaciones” (v. 34 NTV). La ansiedad por el futuro cuando Dios ya lo tiene cubierto es inútil e indica la falta de fe.
¿Cómo cambia nuestra perspectiva sobre nuestras necesidades y deseos el recordar que Dios viste las flores? ¿Cómo pueden las redes sociales interferir con esta instrucción de buscar primero el reino de Dios (Mateo 6:34)?

Ora con nosotros

Padre Dios, ¿por qué nos preocupamos, cuando Tu Palabra nos dice una y otra vez que por nada nos inquietemos? Quita el miedo al futuro, Señor, aumenta nuestra fe, ayúdanos a confiar en Ti en todas nuestras circunstancias. ¡Tu misericordia es nuestro refugio!

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%206%3A25%E2%80%9334&amp;version=NVI">Mateo 6:25–34</a>
En mi oficina en el trabajo tengo una pequeña piedra que me regalo una de mis hijas. El frente está pintado con un campo de girasoles. En la parte de atrás está <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas%2012%3A27&amp;version=NVI">Lucas 12:27</a>: “Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos”.
Jesús pronunció palabras similares en Mateo 6. Enseñó que la comida no es nada de qué preocuparse o estar ansioso (vv. 25–27). Ciertamente es una necesidad legítima, pero hay abundante evidencia en la naturaleza y la historia de que Dios se preocupa por nosotros y proveerá. El pasaje paralelo de Lucas se refiere a los cuervos (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas%2012%3A22%E2%80%9331&amp;version=NVI">Lucas 12:22–31</a>). Probablemente esta sea una alusión alentadora a la historia de Elías y cómo fue alimentado por los cuervos durante una sequía (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Reyes%2017%3A1%E2%80%936&amp;version=NVI">1 Reyes 17:1–6</a>).
De manera similar, no debemos preocuparnos ni inquietarnos por la ropa (vv. 28–30). Así como Dios alimenta a los pájaros, también “viste” las flores. Es más, su “ropa” no es minimalista sino extravagantemente hermosa. A pesar de su fugacidad, a pesar de su falta de costura o hilado, superan en vestimenta a Salomón. ¿Las conclusiones obvias? Primero, la preocupación es completamente inútil. Segundo, Dios nos ama y valora mucho más que los pájaros o las flores. Tercero, se puede confiar en que Él proveerá para nuestras necesidades.
Las personas que no conocen a Dios corren tras las cosas temporales, por lo tanto, nosotros no deberíamos (vv. 31–32). Dios conoce nuestras necesidades y debemos confiar en Él (ver <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Filipenses%204%3A6&amp;version=NVI">Filipenses 4:6</a>). ¿En qué deberíamos enfocarnos? “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia” (vv. 33–34). Esta debería ser nuestra principal prioridad. Cuando se trata de comida, ropa y cosas así, “el día de mañana traerá sus propias preocupaciones” (v. 34 NTV). La ansiedad por el futuro cuando Dios ya lo tiene cubierto es inútil e indica la falta de fe.
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<li>¿Cómo cambia nuestra perspectiva sobre nuestras necesidades y deseos el recordar que Dios viste las flores? ¿Cómo pueden las redes sociales interferir con esta instrucción de buscar primero el reino de Dios (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%206%3A34&amp;version=NVI">Mateo 6:34</a>)?</li>
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Ora con nosotros
Padre Dios, ¿por qué nos preocupamos, cuando Tu Palabra nos dice una y otra vez que por nada nos inquietemos? Quita el miedo al futuro, Señor, aumenta nuestra fe, ayúdanos a confiar en Ti en todas nuestras circunstancias. ¡Tu misericordia es nuestro refugio!

En mi oficina en el trabajo tengo una pequeña piedra que me regalo una de mis hijas. El frente está pintado con un campo de girasoles. En la parte de atrás está Lucas 12:27: “Fíjense cómo crecen los lirios...

VESTIDOS COMO LAS FLORES

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Lee 1 Samuel 17:17–40

Cuando era niño y veía los dibujos animados de Popeye, siempre esperaba un momento específico. No importaba el problema, no importaba el enemigo, llegaría ese momento en el que Popeye abría su lata de espinacas, se las comía e inmediatamente poseía fuerza y ​​velocidad sobrehumanas. Los malos huían. Olivia era rescatada. El mundo volvía a la normalidad.

Lamentablemente, las espinacas no me funcionan así. Entonces, ¿de dónde viene nuestra fuerza? En la famosa historia de David y Goliat encontramos la respuesta. David le dijo al rey Saúl: “Si este siervo suyo ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo incircunciso, porque está desafiando al ejército del Dios viviente. El SEÑOR, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo” (vv. 36–37).

¿Qué vestía Goliat para luchar? Armadura de bronce, que incluía un casco de bronce y una jabalina con punta de hierro. Era más alto, más fuerte y experimentado en combate militar. ¿Qué acerca de David? Era relativamente joven y no tenía experiencia como soldado. Saúl trató de vestirlo con su propio equipo militar, pero las prendas no le quedaban y él no estaba acostumbrado a ellas (vv. 38–40). Entonces probablemente vestía ropa de pastor. Llevaba un bastón y una honda, que no era un juguete sino un arma real.

El problema aquí fue la falta de respeto de Goliat hacia Dios y Su pueblo. Sus burlas pusieron en juego el honor de Dios (v. 26). En contraste, David sabía que “la batalla es del SEÑOR” (vv. 45–47). Sabía que Dios derrotaría al gigante porque Él siempre defiende Su gloria. En esta victoria, el mundo entero vería el poder del único Dios verdadero.
¿En qué confías para tener fuerza? ¿Tienes alguna prenda de vestir (u otra cosa) que te haga sentir seguro? ¿Qué podemos aprender del ejemplo de David?

Ora con nosotros

David sabía que en su lucha contra Goliat, “la batalla es del SEÑOR”. Ayúdanos a recordar, Dios, que cuando nos enfrentamos a Goliats en nuestras vidas, Tú estás con nosotros. “A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos, pues tú, oh Dios, eres mi refugio” (Salmo 59:9).

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Samuel%2017%3A17%E2%80%9340&amp;version=NVI">1 Samuel 17:17–40</a>
Cuando era niño y veía los dibujos animados de Popeye, siempre esperaba un momento específico. No importaba el problema, no importaba el enemigo, llegaría ese momento en el que Popeye abría su lata de espinacas, se las comía e inmediatamente poseía fuerza y ​​velocidad sobrehumanas. Los malos huían. Olivia era rescatada. El mundo volvía a la normalidad.
Lamentablemente, las espinacas no me funcionan así. Entonces, ¿de dónde viene nuestra fuerza? En la famosa historia de David y Goliat encontramos la respuesta. David le dijo al rey Saúl: “Si este siervo suyo ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo incircunciso, porque está desafiando al ejército del Dios viviente. El SEÑOR, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo” (vv. 36–37).
¿Qué vestía Goliat para luchar? Armadura de bronce, que incluía un casco de bronce y una jabalina con punta de hierro. Era más alto, más fuerte y experimentado en combate militar. ¿Qué acerca de David? Era relativamente joven y no tenía experiencia como soldado. Saúl trató de vestirlo con su propio equipo militar, pero las prendas no le quedaban y él no estaba acostumbrado a ellas (vv. 38–40). Entonces probablemente vestía ropa de pastor. Llevaba un bastón y una honda, que no era un juguete sino un arma real.
El problema aquí fue la falta de respeto de Goliat hacia Dios y Su pueblo. Sus burlas pusieron en juego el honor de Dios (v. 26). En contraste, David sabía que “la batalla es del SEÑOR” (vv. 45–47). Sabía que Dios derrotaría al gigante porque Él siempre defiende Su gloria. En esta victoria, el mundo entero vería el poder del único Dios verdadero.
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<li>¿En qué confías para tener fuerza? ¿Tienes alguna prenda de vestir (u otra cosa) que te haga sentir seguro? ¿Qué podemos aprender del ejemplo de David?</li>
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Ora con nosotros
David sabía que en su lucha contra Goliat, “la batalla es del SEÑOR”. Ayúdanos a recordar, Dios, que cuando nos enfrentamos a Goliats en nuestras vidas, Tú estás con nosotros. “A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos, pues tú, oh Dios, eres mi refugio” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Salmo%2059%3A9&amp;version=NVI">Salmo 59:9</a>).

Cuando era niño y veía los dibujos animados de Popeye, siempre esperaba un momento específico. No importaba el problema, no importaba el enemigo, llegaría ese momento en el que Popeye abría su lata de espinacas, se las comía e inmediatamente poseía fuerza y ​​velocidad sobrehumanas...

CORAZA PROTECTORA

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Lee Efesios 6:10–20

Siempre debemos estar listos para la batalla, advirtió Paul David Tripp en su libro Sé líder: “La Biblia normaliza en lugar de dramatizar la guerra espiritual. Porque vivimos en un mundo caído. Porque realmente hay un enemigo, Satanás, porque hay el mal y la tentación nos rodean todo el tiempo, y debido a que el pecado restante aún nos deja susceptibles a los ataques, vivimos todos los días en una zona de guerra”.

No es de extrañar que Pablo ordenara “pónganse toda la armadura de Dios” (v. 11). Después de todo, somos soldados del Señor, una metáfora que indica compromiso, obediencia y sufrimiento (2 Timoteo 2:3–4). No hay otra manera de “resistir las ataques del diablo” que no sea con la fuerza de Dios (v. 10 TLA). Nuestra lucha no es física sino espiritual (v. 12). La “armadura de Dios” es lo que nos permite mantenernos firmes (v. 13).

Aquí se enumeran seis piezas de armadura, inspiradas en la vestimenta del ejército romano: 1) El cinturón de la verdad (v. 14). Como la mayoría de los cinturones, mantiene las cosas en su lugar. 2) La corazón de justicia, que cubre el corazón. 3) “calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” (v. 15). Estas sandalias o botas están listas para ir a cualquier parte en obediencia a la Gran Comisión (vv. 19–20; Mateo 28:19–20). 4) El escudo de la fe (v. 16), que nos protege de las “flechas encendidas del maligno”. 5) El yelmo de la salvación (v. 17), que mantiene a salvo nuestra cabeza y nuestro cerebro. 6) “La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (v. 17, ver también Hebreos 4:12). Hay una “arma secreta” adicional: la oración (v. 18).

No siempre estamos vestidos con la armadura de Dios, ni es algo automático. Elegimos ponérnosla (v. 11). Esta debería ser una elección diaria que se convierta en una rutina, luego en un hábito espiritual y luego en una gozosa disciplina.
¿Cómo te estás preparando para la batalla espiritual? ¿Qué prácticas puedes comenzar (o continuar) para asegurarte de ser fuerte en el Señor?

Ora con nosotros

Padre, confesamos que muchas veces nos falta perseverancia y fuerza. Pero la Escritura de hoy nos recuerda que la armadura de Dios nos ayuda a mantenernos firmes. Que nos la pongamos todos los días, para que se convierta en un hábito espiritual y una disciplina gozosa.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Efesios%206%3A10%E2%80%9320&amp;version=NVI">Efesios 6:10–20</a>
Siempre debemos estar listos para la batalla, advirtió Paul David Tripp en su libro Sé líder: “La Biblia normaliza en lugar de dramatizar la guerra espiritual. Porque vivimos en un mundo caído. Porque realmente hay un enemigo, Satanás, porque hay el mal y la tentación nos rodean todo el tiempo, y debido a que el pecado restante aún nos deja susceptibles a los ataques, vivimos todos los días en una zona de guerra”.
No es de extrañar que Pablo ordenara “pónganse toda la armadura de Dios” (v. 11). Después de todo, somos soldados del Señor, una metáfora que indica compromiso, obediencia y sufrimiento (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Timoteo%202%3A3%E2%80%934&amp;version=NVI">2 Timoteo 2:3–4</a>). No hay otra manera de “resistir las ataques del diablo” que no sea con la fuerza de Dios (v. 10 TLA). Nuestra lucha no es física sino espiritual (v. 12). La “armadura de Dios” es lo que nos permite mantenernos firmes (v. 13).
Aquí se enumeran seis piezas de armadura, inspiradas en la vestimenta del ejército romano: 1) El cinturón de la verdad (v. 14). Como la mayoría de los cinturones, mantiene las cosas en su lugar. 2) La corazón de justicia, que cubre el corazón. 3) “calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” (v. 15). Estas sandalias o botas están listas para ir a cualquier parte en obediencia a la Gran Comisión (vv. 19–20; <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2028%3A19%E2%80%9320&amp;version=NVI">Mateo 28:19–20</a>). 4) El escudo de la fe (v. 16), que nos protege de las “flechas encendidas del maligno”. 5) El yelmo de la salvación (v. 17), que mantiene a salvo nuestra cabeza y nuestro cerebro. 6) “La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (v. 17, ver también <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hebreos%204%3A12&amp;version=NVI">Hebreos 4:12</a>). Hay una “arma secreta” adicional: la oración (v. 18).
No siempre estamos vestidos con la armadura de Dios, ni es algo automático. Elegimos ponérnosla (v. 11). Esta debería ser una elección diaria que se convierta en una rutina, luego en un hábito espiritual y luego en una gozosa disciplina.
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<li>¿Cómo te estás preparando para la batalla espiritual? ¿Qué prácticas puedes comenzar (o continuar) para asegurarte de ser fuerte en el Señor?</li>
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Ora con nosotros
Padre, confesamos que muchas veces nos falta perseverancia y fuerza. Pero la Escritura de hoy nos recuerda que la armadura de Dios nos ayuda a mantenernos firmes. Que nos la pongamos todos los días, para que se convierta en un hábito espiritual y una disciplina gozosa.

Siempre debemos estar listos para la batalla, advirtió Paul David Tripp en su libro Sé líder: “La Biblia normaliza en lugar de dramatizar la guerra espiritual. Porque vivimos en un mundo caído...

TODA LA ARMADURA

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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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Hoy en la palabra

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