Lee Gálatas 2:17–21 

He escuchado a profesores explicar a predicadores estudiantes que algunos principios bíblicos son lo suficientemente importantes como para ser mencionados a menudo en los sermones, pero estas verdades pueden ser menos centrales para la fe. Y hay otras verdades (verdades fundamentales, verdades esenciales) que no se pueden enfatizar con suficiente frecuencia.

En el pasaje de hoy, Pablo está enfatizando una de estas verdades: la doctrina de la justificación. En los versículos 17–18, Pablo puede estar continuando su reprimenda directa a Cefas (Pedro). O puede estar proporcionando a sus lectores gálatas más comentarios sobre ese relato. De todas formas, continúa con el tema de la justificación solo por la fe en Cristo.

Pablo señala la falla en el trato hipócrita de Pedro a los gentiles de Antioquía (vv. 12–13). A través de la muerte de Cristo, tanto judíos como gentiles fueron justificados (declarados justos ante Dios). Por lo tanto, los creyentes judíos, que vivían en comunión y comunidad con los creyentes gentiles, no deshonrarían el nombre de Cristo, ¿verdad? Pablo responde a su propia pregunta: “¡De ninguna manera!” (v. 17).

Pablo estaba apasionado por sentar las bases de la unidad en la iglesia primitiva. Temía que Pedro y otros, reconstruirían los muros de división y esclavitud a la ley que la muerte de Cristo había derribado, si rechazaban a los cristianos gentiles o insistían en su circuncisión (v. 18).

Pablo dijo que la justificación por medio de Cristo no solo debería traer unidad entre los creyentes judíos y gentiles, sino que debería cambiar por completo nuestra manera de vivir. La muerte a la Ley significa una vida nueva para Dios (v. 19). Ser “crucificado con Cristo” significa morir al yo, al pecado y a la vergüenza (v. 20). Significa renunciar a un estilo de vida que depende de los logros humanos. Y significa vivir una nueva vida por fe, a través del poder del amor sacrificial de Jesús (v. 20).
¿Hay maneras en las que necesitas morir al yo y al pecado hoy? ¿Cómo puedes vivir para Dios con el poder de Cristo que vive en ti?

Ora con nosotros

Señor, ¿cómo debemos vivir esta nueva vida bajo la gracia? Tu Palabra nos dice: Tú eres la respuesta a nuestras preguntas más profundas, Tú eres Luz en nuestra confusión, Nos diste Tu victoria y nos invitas a Ti. ¡Alabamos Tu santo nombre!

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=%20G%C3%A1latas%202%3A17%E2%80%9321%20&amp;version=NVI">Gálatas 2:17–21 </a>  
He escuchado a profesores explicar a predicadores estudiantes que algunos principios bíblicos son lo suficientemente importantes como para ser mencionados a menudo en los sermones, pero estas verdades pueden ser menos centrales para la fe. Y hay otras verdades (verdades fundamentales, verdades esenciales) que no se pueden enfatizar con suficiente frecuencia.
En el pasaje de hoy, Pablo está enfatizando una de estas verdades: la doctrina de la justificación. En los versículos 17–18, Pablo puede estar continuando su reprimenda directa a Cefas (Pedro). O puede estar proporcionando a sus lectores gálatas más comentarios sobre ese relato. De todas formas, continúa con el tema de la justificación solo por la fe en Cristo.
Pablo señala la falla en el trato hipócrita de Pedro a los gentiles de Antioquía (vv. 12–13). A través de la muerte de Cristo, tanto judíos como gentiles fueron justificados (declarados justos ante Dios). Por lo tanto, los creyentes judíos, que vivían en comunión y comunidad con los creyentes gentiles, no deshonrarían el nombre de Cristo, ¿verdad? Pablo responde a su propia pregunta: “¡De ninguna manera!” (v. 17).
Pablo estaba apasionado por sentar las bases de la unidad en la iglesia primitiva. Temía que Pedro y otros, reconstruirían los muros de división y esclavitud a la ley que la muerte de Cristo había derribado, si rechazaban a los cristianos gentiles o insistían en su circuncisión (v. 18).
Pablo dijo que la justificación por medio de Cristo no solo debería traer unidad entre los creyentes judíos y gentiles, sino que debería cambiar por completo nuestra manera de vivir. La muerte a la Ley significa una vida nueva para Dios (v. 19). Ser “crucificado con Cristo” significa morir al yo, al pecado y a la vergüenza (v. 20). Significa renunciar a un estilo de vida que depende de los logros humanos. Y significa vivir una nueva vida por fe, a través del poder del amor sacrificial de Jesús (v. 20).
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<li>¿Hay maneras en las que necesitas morir al yo y al pecado hoy? ¿Cómo puedes vivir para Dios con el poder de Cristo que vive en ti?</li>
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Ora con nosotros
Señor, ¿cómo debemos vivir esta nueva vida bajo la gracia? Tu Palabra nos dice: Tú eres la respuesta a nuestras preguntas más profundas, Tú eres Luz en nuestra confusión, Nos diste Tu victoria y nos invitas a Ti. ¡Alabamos Tu santo nombre!

He escuchado a profesores explicar a predicadores estudiantes que algunos principios bíblicos son lo suficientemente importantes como para ser mencionados a menudo en los sermones, pero estas verdades pueden ser menos centrales para la fe.

JUSTIFICADOS EN CRISTO

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Lee Gálatas 2:11–16

Si has sido miembro de una congregación al borde de una división, sabes lo confuso y doloroso que puede ser. Desafortunadamente, esta amenaza a la unidad cristiana es tan antigua como la iglesia misma. La transición al pasaje de hoy parece abrupta. Pablo acaba de terminar de describir la armonía entre él y los apóstoles de Jerusalén (vv. 1–10). De repente, informa sobre una confrontación pública y directa cuando Cefas (Pedro) llegó a Antioquía (v. 11).

Muchos creyentes judíos habían huido a Antioquía debido a la persecución, y habían compartido el evangelio con los gentiles en esa importante ciudad (Hechos 11). Por medio de la obra de Dios, una gran cantidad de personas creyeron, y “fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó ‘cristianos’ por primera vez” (Hechos 11:21, 26).

Los líderes de la iglesia en Jerusalén se sintieron responsables de este grupo de creyentes que crecía rápidamente, por lo que enviaron a Bernabé para animarlos y capacitarlos (Hechos 11:22–24). Bernabé reclutó a Saulo (Pablo) para que se uniera a él (Hechos 11:25–26). Y durante un año, los dos hombres habían discipulado a la iglesia de Antioquía. Como resultado, Antioquía se convirtió en una base de operaciones para Pablo y una plataforma de lanzamiento para su obra misionera.

En algún momento, Cefas (Pedro) también vino a ayudar. Pero, lamentablemente, la visita salió mal. Pablo describe un cambio significativo en el comportamiento de Pedro. Cuando Pedro llegó por primera vez, comió tanto con judíos como con gentiles. Pero cuando los discípulos de Santiago vinieron de Jerusalén, argumentando que los gentiles debían ser circuncidados, Pedro se apartó de los gentiles y se negó a tener comunión con ellos (Gálatas 2:12). En opinión de Pablo, lo hizo por miedo. Para empeorar las cosas, los creyentes judíos de Antioquía siguieron el ejemplo de Cefas, e incluso Bernabé “se dejó arrastrar” (v. 13).

Pablo valientemente los llamó a todos hipócritas. Desafió públicamente a Pedro a vivir en armonía con la justificación del creyente solo por la fe en Jesucristo, no por las obras de la Ley (v. 16).
¿Por qué desafió Pablo a Pedro? ¿Qué efecto dominó tuvo su desacuerdo? ¿Por fue necesario?

Ora con nosotros

Incluso los creyentes más fuertes pueden caer víctimas del legalismo y la hipocresía. Gálatas capítulo 2 es un duro recordatorio de este peligro. Amando Jesús, que nunca olvidemos que no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202%3A11%E2%80%9316&amp;version=NVI">Gálatas 2:11–16</a>
Si has sido miembro de una congregación al borde de una división, sabes lo confuso y doloroso que puede ser. Desafortunadamente, esta amenaza a la unidad cristiana es tan antigua como la iglesia misma. La transición al pasaje de hoy parece abrupta. Pablo acaba de terminar de describir la armonía entre él y los apóstoles de Jerusalén (vv. 1–10). De repente, informa sobre una confrontación pública y directa cuando Cefas (Pedro) llegó a Antioquía (v. 11).
Muchos creyentes judíos habían huido a Antioquía debido a la persecución, y habían compartido el evangelio con los gentiles en esa importante ciudad (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2011&amp;version=NVI">Hechos 11</a>). Por medio de la obra de Dios, una gran cantidad de personas creyeron, y “fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó ‘cristianos’ por primera vez” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2011%3A21%2C%2026&amp;version=NVI">Hechos 11:21, 26</a>).
Los líderes de la iglesia en Jerusalén se sintieron responsables de este grupo de creyentes que crecía rápidamente, por lo que enviaron a Bernabé para animarlos y capacitarlos (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2011%3A22%E2%80%9324&amp;version=NVI">Hechos 11:22–24</a>). Bernabé reclutó a Saulo (Pablo) para que se uniera a él (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2011%3A25%E2%80%9326&amp;version=NVI">Hechos 11:25–26</a>). Y durante un año, los dos hombres habían discipulado a la iglesia de Antioquía. Como resultado, Antioquía se convirtió en una base de operaciones para Pablo y una plataforma de lanzamiento para su obra misionera.
En algún momento, Cefas (Pedro) también vino a ayudar. Pero, lamentablemente, la visita salió mal. Pablo describe un cambio significativo en el comportamiento de Pedro. Cuando Pedro llegó por primera vez, comió tanto con judíos como con gentiles. Pero cuando los discípulos de Santiago vinieron de Jerusalén, argumentando que los gentiles debían ser circuncidados, Pedro se apartó de los gentiles y se negó a tener comunión con ellos (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202%3A12&amp;version=NVI">Gálatas 2:12</a>). En opinión de Pablo, lo hizo por miedo. Para empeorar las cosas, los creyentes judíos de Antioquía siguieron el ejemplo de Cefas, e incluso Bernabé “se dejó arrastrar” (v. 13).
Pablo valientemente los llamó a todos hipócritas. Desafió públicamente a Pedro a vivir en armonía con la justificación del creyente solo por la fe en Jesucristo, no por las obras de la Ley (v. 16).
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<li>¿Por qué desafió Pablo a Pedro? ¿Qué efecto dominó tuvo su desacuerdo? ¿Por fue necesario?</li>
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Ora con nosotros
Incluso los creyentes más fuertes pueden caer víctimas del legalismo y la hipocresía. Gálatas capítulo 2 es un duro recordatorio de este peligro. Amando Jesús, que nunca olvidemos que no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia.

Si has sido miembro de una congregación al borde de una división, sabes lo confuso y doloroso que puede ser. Desafortunadamente, esta amenaza a la unidad cristiana es tan antigua como la iglesia misma. 

LA LEY Y LA FE

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Lee Gálatas 2:6–10

La competencia puede ser sana y agradable. Nos impulsa a hacer lo mejor que podemos y nos llena de admiración por quienes lo hacen bien. Pero cuando se trata del ministerio, la colaboración es generalmente un modelo más fuerte. Cuando los creyentes trabajan juntos en unidad, cada miembro aporta sus dones y recursos y los comparte para el bien del grupo y para alcanzar una meta común.

En Gálatas 2:6–10, Pablo explica la conclusión de su importante reunión en Jerusalén. Para empezar, resta importancia a las credenciales de los apóstoles a quienes vino a visitar “a los que eran reconocidos como personas importantes” (v. 6). Su elevada reputación era meramente un fenómeno humano. Y aunque Pablo claramente respetaba a estos líderes, enfatiza que, ante Dios, eran de igual nivel. “Dios no hace acepción de personas” (v. 6 LBLA). Estos apóstoles habían determinado que el mensaje del evangelio de Pablo era aceptable, exactamente como lo había estado predicando. No pidieron más estipulaciones o modificaciones al mensaje en sí (v. 6).

En los versículos 7–9, Pablo relata el mismo veredicto de tres maneras diferentes para enfatizarlo: Pedro predicaría el evangelio a los judíos y Pablo llevaría el evangelio a los gentiles. Dios había llamado claramente a ambos hombres; los había capacitado para el ministerio (v. 8). Y Dios sería glorificado a través de Su misión unificada (no competitiva), evidenciada por la “diestra de compañerismo” que compartían (v. 9 LBLA). Eran compañeros en la misión e iguales en estatus.

La única excepción fue una solicitud para que Pablo y sus colegas continuaran su ministerio a los pobres (v. 10). Esto puede referirse a las necesidades de las iglesias judías en dificultades en Judea, otra confirmación de su colaboración compasiva (Romanos 15:26). Esto fue fácil para Pablo de cumplir ya que lo estaba haciendo y tenía la intención de continuar.
¿Cómo podría la competencia dañar la obra de la iglesia? Por otro lado, ¿qué ejemplos de fuerte colaboración has visto o experimentado?

Ora con nosotros

Jesús, qué privilegio aprender de los discípulos fieles que llamaste, ver su fe, su amor e incluso sus dudas y fracasos. Ayúdanos a ser ejemplos de amor verdadero y a buscarte incluso en medio de nuestro aislamiento y soledad.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202%3A6%E2%80%9310&amp;version=NVI">Gálatas 2:6–10</a>
La competencia puede ser sana y agradable. Nos impulsa a hacer lo mejor que podemos y nos llena de admiración por quienes lo hacen bien. Pero cuando se trata del ministerio, la colaboración es generalmente un modelo más fuerte. Cuando los creyentes trabajan juntos en unidad, cada miembro aporta sus dones y recursos y los comparte para el bien del grupo y para alcanzar una meta común.
En <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202%3A6%E2%80%9310&amp;version=NVI">Gálatas 2:6–10</a>, Pablo explica la conclusión de su importante reunión en Jerusalén. Para empezar, resta importancia a las credenciales de los apóstoles a quienes vino a visitar “a los que eran reconocidos como personas importantes” (v. 6). Su elevada reputación era meramente un fenómeno humano. Y aunque Pablo claramente respetaba a estos líderes, enfatiza que, ante Dios, eran de igual nivel. “Dios no hace acepción de personas” (v. 6 LBLA). Estos apóstoles habían determinado que el mensaje del evangelio de Pablo era aceptable, exactamente como lo había estado predicando. No pidieron más estipulaciones o modificaciones al mensaje en sí (v. 6).
En los versículos 7–9, Pablo relata el mismo veredicto de tres maneras diferentes para enfatizarlo: Pedro predicaría el evangelio a los judíos y Pablo llevaría el evangelio a los gentiles. Dios había llamado claramente a ambos hombres; los había capacitado para el ministerio (v. 8). Y Dios sería glorificado a través de Su misión unificada (no competitiva), evidenciada por la “diestra de compañerismo” que compartían (v. 9 LBLA). Eran compañeros en la misión e iguales en estatus.
La única excepción fue una solicitud para que Pablo y sus colegas continuaran su ministerio a los pobres (v. 10). Esto puede referirse a las necesidades de las iglesias judías en dificultades en Judea, otra confirmación de su colaboración compasiva (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Romanos%2015%3A26&amp;version=NVI">Romanos 15:26</a>). Esto fue fácil para Pablo de cumplir ya que lo estaba haciendo y tenía la intención de continuar.
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<li>¿Cómo podría la competencia dañar la obra de la iglesia? Por otro lado, ¿qué ejemplos de fuerte colaboración has visto o experimentado?</li>
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Ora con nosotros
Jesús, qué privilegio aprender de los discípulos fieles que llamaste, ver su fe, su amor e incluso sus dudas y fracasos. Ayúdanos a ser ejemplos de amor verdadero y a buscarte incluso en medio de nuestro aislamiento y soledad.

La competencia puede ser sana y agradable. Nos impulsa a hacer lo mejor que podemos y nos llena de admiración por quienes lo hacen bien. Pero cuando se trata del ministerio, la colaboración es generalmente un modelo más fuerte.

IGUALES ANTE DIOS

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Lee Gálatas 2:1–5

A lo largo de los siglos, el mensaje del evangelio ha sido distorsionado de muchas maneras: desde un énfasis excesivo en las reglas o el desempeño hasta una búsqueda excesiva de la emoción o las maravillas sobrenaturales o la prosperidad. Aún hoy, los creyentes deben estar atentos para discernir y proteger la verdad.

En Gálatas 2, Pablo avanza 14 años hasta su segunda visita a Jerusalén como seguidor de Cristo (v. 1). Para este importante viaje, llevó consigo a Bernabé, un socio importante de Pablo. Sin duda, Bernabé proporcionó un apoyo y un fundamento muy necesarios mientras Pablo defendía su ministerio ante los “que eran reconocidos como dirigentes”, que habían estado escuchando informes difamatorios de espías (v. 2).

Pablo explicó que viajó a Jerusalén “en obediencia a una revelación” (v. 2). No cuenta la historia de cómo recibió esta “revelación” en particular, pero usa la misma palabra que usó en 1:12 para hablar de su encuentro de conversión en el camino a Damasco. Esta repetición destaca el hecho de que solo Dios está guiando el ministerio de Pablo, en cada paso del camino.

En Jerusalén, Pablo se reunió en privado con los apóstoles más prominentes y les dio un informe oficial sobre su ministerio evangélico a los gentiles (v. 2). Buscaba su bendición y colaboración. Esperaba que pudieran presentar un frente unido a medida que el mensaje evangélico de libertad en Cristo se extendiera a todas las personas, en lugar de esclavitud a la Ley (v. 4).

Un tema central de confusión y contención era la circuncisión. Los “falsos creyentes” insistían en que los conversos gentiles se circuncidaran. Pero Pablo predicaba un evangelio de gracia, que no requería una adhesión tan servil a la ley judía. Tito, un griego, también estaba con Pablo en Jerusalén (v. 3), y Pablo presentó a Tito como un ejemplo vivo. Aunque era un fiel creyente en Jesucristo y un ministro devoto del evangelio, Tito había considerado el debate y no se vio obligado a circuncidarse.
¿Qué mensajes falsos se añaden al evangelio hoy? ¿Cómo podemos proteger la verdad del evangelio de Cristo?

Ora con nosotros

Padre, ¡Tu Palabra es verdad! Que siempre caminemos en Tu verdad. Que seamos bendecidos con descanso y paz en medio de las tormentas de la vida, sabiendo que Tú estás con nosotros. Danos la confianza de que, como Pablo, estamos seguros en Tus brazos.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202%3A1%E2%80%935&amp;version=NVI">Gálatas 2:1–5</a>
A lo largo de los siglos, el mensaje del evangelio ha sido distorsionado de muchas maneras: desde un énfasis excesivo en las reglas o el desempeño hasta una búsqueda excesiva de la emoción o las maravillas sobrenaturales o la prosperidad. Aún hoy, los creyentes deben estar atentos para discernir y proteger la verdad.
En <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%202&amp;version=NVI">Gálatas 2</a>, Pablo avanza 14 años hasta su segunda visita a Jerusalén como seguidor de Cristo (v. 1). Para este importante viaje, llevó consigo a Bernabé, un socio importante de Pablo. Sin duda, Bernabé proporcionó un apoyo y un fundamento muy necesarios mientras Pablo defendía su ministerio ante los “que eran reconocidos como dirigentes”, que habían estado escuchando informes difamatorios de espías (v. 2).
Pablo explicó que viajó a Jerusalén “en obediencia a una revelación” (v. 2). No cuenta la historia de cómo recibió esta “revelación” en particular, pero usa la misma palabra que usó en 1:12 para hablar de su encuentro de conversión en el camino a Damasco. Esta repetición destaca el hecho de que solo Dios está guiando el ministerio de Pablo, en cada paso del camino.
En Jerusalén, Pablo se reunió en privado con los apóstoles más prominentes y les dio un informe oficial sobre su ministerio evangélico a los gentiles (v. 2). Buscaba su bendición y colaboración. Esperaba que pudieran presentar un frente unido a medida que el mensaje evangélico de libertad en Cristo se extendiera a todas las personas, en lugar de esclavitud a la Ley (v. 4).
Un tema central de confusión y contención era la circuncisión. Los “falsos creyentes” insistían en que los conversos gentiles se circuncidaran. Pero Pablo predicaba un evangelio de gracia, que no requería una adhesión tan servil a la ley judía. Tito, un griego, también estaba con Pablo en Jerusalén (v. 3), y Pablo presentó a Tito como un ejemplo vivo. Aunque era un fiel creyente en Jesucristo y un ministro devoto del evangelio, Tito había considerado el debate y no se vio obligado a circuncidarse.
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<li>¿Qué mensajes falsos se añaden al evangelio hoy? ¿Cómo podemos proteger la verdad del evangelio de Cristo?</li>
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Ora con nosotros
Padre, ¡Tu Palabra es verdad! Que siempre caminemos en Tu verdad. Que seamos bendecidos con descanso y paz en medio de las tormentas de la vida, sabiendo que Tú estás con nosotros. Danos la confianza de que, como Pablo, estamos seguros en Tus brazos.

A lo largo de los siglos, el mensaje del evangelio ha sido distorsionado de muchas maneras: desde un énfasis excesivo en las reglas o el desempeño hasta una búsqueda excesiva de la emoción o las maravillas sobrenaturales o la prosperidad.

EN DEFENSA DE LA VERDAD

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Lee Gálatas 1:17–24

La práctica de exigir que un testigo jure honestidad probablemente data de la época romana. La sección de Gálatas de hoy se lee casi como un testimonio en un tribunal. Pablo se está defendiendo de aquellos que han tratado de desacreditarlo y lo han acusado de predicar un evangelio falso, inventado por el hombre.

Después de testificar de su conversión radical y su llamado (vv. 11–16), Pablo cuenta acerca de su viaje posterior. Explica que “tampoco [subió] a Jerusalén” (v. 17). No buscó urgentemente la aprobación y la tutela de los apóstoles establecidos. No la necesitaba. En cambio, basado en el llamado directo de Dios, fue a Arabia y luego regresó a Damasco, el lugar de su conversión. Pablo puede haber tenido comunión con Dios en el desierto como lo hicieron Moisés, Elías y Jesús. Luego comenzó su ministerio evangélico a los gentiles (Hechos 9:19–25).

Durante tres años, Pablo sirvió de manera independiente. Luego, finalmente, visitó a Cefas (Pedro) en Jerusalén. Pedro era un líder de la iglesia en Jerusalén, y sin duda compartió con Pablo los relatos de primera mano de la vida, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús, durante quince días. El único otro apóstol que Pablo vio en ese viaje fue Santiago (vv. 18–19; ver también Hechos 9:26–30).

En el versículo 20, Pablo hace el juramento de testigo. Está diciendo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y está implorando a sus lectores que crean en este testimonio. Desde Jerusalén, Pablo fue a Siria y Cilicia (la ubicación de Tarso, de donde era Pablo) y disfrutó de un ministerio evangélico fructífero, tanto que las iglesias de toda Judea se enteraron de ello y se regocijaron (vv. 23–24).
Los pastores y maestros de la Biblia desempeñan un papel importante en nuestro discipulado. Sin embargo, siempre debemos someternos primero a la Palabra de Dios. ¿Hay alguna manera de elevar las enseñanzas de alguien por encima de la revelación directa de Dios?

Ora con nosotros

Jesús, Salvador, gracias por la maravilla de traer a un pecador a salvación y convertirlo en un apóstol ardiente. Enséñanos con el ejemplo de Pablo a siempre mirarte, escuchar Tus palabras y verte como eres.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A17%E2%80%9324&amp;version=NVI">Gálatas 1:17–24</a>
La práctica de exigir que un testigo jure honestidad probablemente data de la época romana. La sección de Gálatas de hoy se lee casi como un testimonio en un tribunal. Pablo se está defendiendo de aquellos que han tratado de desacreditarlo y lo han acusado de predicar un evangelio falso, inventado por el hombre.
Después de testificar de su conversión radical y su llamado (vv. 11–16), Pablo cuenta acerca de su viaje posterior. Explica que “tampoco [subió] a Jerusalén” (v. 17). No buscó urgentemente la aprobación y la tutela de los apóstoles establecidos. No la necesitaba. En cambio, basado en el llamado directo de Dios, fue a Arabia y luego regresó a Damasco, el lugar de su conversión. Pablo puede haber tenido comunión con Dios en el desierto como lo hicieron Moisés, Elías y Jesús. Luego comenzó su ministerio evangélico a los gentiles (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%209%3A19%E2%80%9325&amp;version=NVI">Hechos 9:19–25</a>).
Durante tres años, Pablo sirvió de manera independiente. Luego, finalmente, visitó a Cefas (Pedro) en Jerusalén. Pedro era un líder de la iglesia en Jerusalén, y sin duda compartió con Pablo los relatos de primera mano de la vida, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús, durante quince días. El único otro apóstol que Pablo vio en ese viaje fue Santiago (vv. 18–19; ver también <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%209%3A26%E2%80%9330&amp;version=NVI">Hechos 9:26–30</a>).
En el versículo 20, Pablo hace el juramento de testigo. Está diciendo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y está implorando a sus lectores que crean en este testimonio. Desde Jerusalén, Pablo fue a Siria y Cilicia (la ubicación de Tarso, de donde era Pablo) y disfrutó de un ministerio evangélico fructífero, tanto que las iglesias de toda Judea se enteraron de ello y se regocijaron (vv. 23–24).
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<li>Los pastores y maestros de la Biblia desempeñan un papel importante en nuestro discipulado. Sin embargo, siempre debemos someternos primero a la Palabra de Dios. ¿Hay alguna manera de elevar las enseñanzas de alguien por encima de la revelación directa de Dios?</li>
</ul>
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Ora con nosotros
Jesús, Salvador, gracias por la maravilla de traer a un pecador a salvación y convertirlo en un apóstol ardiente. Enséñanos con el ejemplo de Pablo a siempre mirarte, escuchar Tus palabras y verte como eres.

La práctica de exigir que un testigo jure honestidad probablemente data de la época romana. La sección de Gálatas de hoy se lee casi como un testimonio en un tribunal.

EL EVANGELIO DE DIOS

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Lee Gálatas 1:13–16

Chuck Colson dio uno de los testimonios públicos más dramáticos en la década de 1970. Como asesor especial del presidente Nixon, se lo conoció como el “verdugo” de Nixon y una de las personas más poderosas de la Casa Blanca. Pero después de Watergate, se convirtió en el primer miembro del gabinete de Nixon en cumplir una condena en prisión. En 1973, Colson se convirtió en un seguidor de Cristo. Habiendo experimentado de primera mano el trato a los reclusos, siguió el llamado de Dios para comenzar Prison Fellowship Internacional (su ministerio a prisiones).

Por extraordinario que sea el testimonio de Colson, el del apóstol Pablo lo es aún más. Pablo supuso que los gálatas habían oído acerca de su notorio alboroto contra la iglesia (v. 13). Y Pablo admite que su objetivo no había sido simplemente obstaculizar el cuerpo de Cristo. Había tenido la intención de destruirlo. Pablo también reitera su motivación en ese momento. Había tenido “celo exagerado por las tradiciones de [sus] antepasados” (v. 14). Ese celo suponía que Pablo tenía el favor de Dios. Pablo había sido como el alumno con mejor nota de su clase, “en la práctica del judaísmo, aventajaba a muchos de [sus] contemporáneos” (v. 14).

Sin embargo, el Señor intervino. La sencilla frase “pero cuando Dios” (v. 15 LBLA) comunica una transformación radical y completa que ocurrió por instigación divina. El llamado de Dios había estado en la vida de Pablo incluso antes de que naciera, pero con un propósito diferente. Los gálatas probablemente habrían relacionado la afirmación de Pablo con la afirmación similar de Jeremías en Jeremías 1:5: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones”. Pablo deja en claro que el llamado de Dios fue el resultado de Su gracia, no de sus credenciales. También subraya que su conversión se produjo simultáneamente con su llamado, “para que [él] predicara entre los no judíos” (v. 16). Él fue convertido y llamado para un propósito específico y su llamado fue completo, sin ninguna confirmación humana. Su llamado vino directa y únicamente de Dios.
¿Cuál es tu testimonio de salvación? ¿A qué te ha llamado Dios?

Ora con nosotros

Querido Jesús, el testimonio de Pablo en el pasaje de hoy pone de perspectiva el mío, su llamado me hace pensar en el mío. Estoy agradecido de que tengas un propósito para mi vida. Me regocijo en Tu perdón y misericordia hacia los pecadores como Pablo y yo.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A13%E2%80%9316&amp;version=NVI">Gálatas 1:13–16</a>
Chuck Colson dio uno de los testimonios públicos más dramáticos en la década de 1970. Como asesor especial del presidente Nixon, se lo conoció como el “verdugo” de Nixon y una de las personas más poderosas de la Casa Blanca. Pero después de Watergate, se convirtió en el primer miembro del gabinete de Nixon en cumplir una condena en prisión. En 1973, Colson se convirtió en un seguidor de Cristo. Habiendo experimentado de primera mano el trato a los reclusos, siguió el llamado de Dios para comenzar Prison Fellowship Internacional (su ministerio a prisiones).
Por extraordinario que sea el testimonio de Colson, el del apóstol Pablo lo es aún más. Pablo supuso que los gálatas habían oído acerca de su notorio alboroto contra la iglesia (v. 13). Y Pablo admite que su objetivo no había sido simplemente obstaculizar el cuerpo de Cristo. Había tenido la intención de destruirlo. Pablo también reitera su motivación en ese momento. Había tenido “celo exagerado por las tradiciones de [sus] antepasados” (v. 14). Ese celo suponía que Pablo tenía el favor de Dios. Pablo había sido como el alumno con mejor nota de su clase, “en la práctica del judaísmo, aventajaba a muchos de [sus] contemporáneos” (v. 14).
Sin embargo, el Señor intervino. La sencilla frase “pero cuando Dios” (v. 15 LBLA) comunica una transformación radical y completa que ocurrió por instigación divina. El llamado de Dios había estado en la vida de Pablo incluso antes de que naciera, pero con un propósito diferente. Los gálatas probablemente habrían relacionado la afirmación de Pablo con la afirmación similar de Jeremías en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Jerem%C3%ADas%201%3A5&amp;version=NVI">Jeremías 1:5</a>: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones”. Pablo deja en claro que el llamado de Dios fue el resultado de Su gracia, no de sus credenciales. También subraya que su conversión se produjo simultáneamente con su llamado, “para que [él] predicara entre los no judíos” (v. 16). Él fue convertido y llamado para un propósito específico y su llamado fue completo, sin ninguna confirmación humana. Su llamado vino directa y únicamente de Dios.
<ul>
<li>¿Cuál es tu testimonio de salvación? ¿A qué te ha llamado Dios?</li>
</ul>
<hr>
Ora con nosotros
Querido Jesús, el testimonio de Pablo en el pasaje de hoy pone de perspectiva el mío, su llamado me hace pensar en el mío. Estoy agradecido de que tengas un propósito para mi vida. Me regocijo en Tu perdón y misericordia hacia los pecadores como Pablo y yo.

Chuck Colson dio uno de los testimonios públicos más dramáticos en la década de 1970. Como asesor especial del presidente Nixon, se lo conoció como el “verdugo” de Nixon y una de las personas más poderosas de la Casa Blanca.

TRANSFORMACIÓN RADICAL

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Lee Gálatas 1:11–12  

Cuando mis estudiantes de Comunicación Oral en el Instituto Bíblico Moody dan presentaciones persuasivas, escucho sus fuentes de información. Enseño a mis estudiantes a evaluar la credibilidad de su material de origen y a identificar claramente qué contenido les pertenece a ellos y qué pertenece a otros. Presentar las ideas de otra persona como propias es plagio. Y cuando citan una fuente que no es creíble, ¡dañan su autoridad y su mensaje!

El apóstol Pablo tiene mucho cuidado de comunicar su credibilidad. Por ejemplo, en 2 Corintios 11–13, describe su filosofía ministerial y comparte su testimonio extenso con la iglesia de Corinto. En 1 Tesalonicenses 2:1–12, aclara su motivo para predicar el evangelio, no un motivo de avaricia o engaño, sino de amor.

En Gálatas 1:11–2:21, Pablo defiende su credibilidad ante las iglesias de Galacia. Comienza citando la fuente suprema de su autoridad: Jesucristo. El evangelio que Pablo les predicó no era de “invención humana” (v. 11). No lo escuchó de otro hombre. No lo aprendió en un ambiente académico. No salió en busca de el en alguna manera. Más bien, le “llegó por revelación de Jesucristo” (v. 12).

Aquí, Pablo probablemente se refiere a su conversión en el camino a Damasco (Hechos 9), cuando una luz cegadora del cielo brilló a su alrededor y una voz le preguntó: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4). Saulo (Pablo) siendo un hombre religioso, inmediatamente reconoció esto como un encuentro divino y cayó al suelo. Pero Saulo aún no tenía claro el origen específico de esta confrontación. Entonces preguntó: “¿Quién eres, Señor?”, y la respuesta fue “yo soy Jesús, a quien tú persigues” (v. 5). En los siguientes versículos, Pablo compartirá más de su testimonio. Pero comienza aquí con una comprensión de la verdadera fuente del evangelio: Jesucristo, el único Hijo de Dios.
Piensa en tus fuentes de información. ¿En qué basas tus creencias? ¿Cómo se te reveló Jesús por primera vez?

Ora con nosotros

En la lectura de hoy, el apóstol Pablo nos da una indicación clara de la base de nuestra fe y esperanza: ¡Jesucristo! Padre amoroso, gracias por tu preciosa Palabra que nos habla incluso hoy con sabiduría, amor y misericordia.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A11%E2%80%9312%20%C2%A0&amp;version=NVI">Gálatas 1:11–12  </a>
Cuando mis estudiantes de Comunicación Oral en el Instituto Bíblico Moody dan presentaciones persuasivas, escucho sus fuentes de información. Enseño a mis estudiantes a evaluar la credibilidad de su material de origen y a identificar claramente qué contenido les pertenece a ellos y qué pertenece a otros. Presentar las ideas de otra persona como propias es plagio. Y cuando citan una fuente que no es creíble, ¡dañan su autoridad y su mensaje!
El apóstol Pablo tiene mucho cuidado de comunicar su credibilidad. Por ejemplo, en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20Corintios%2011%E2%80%9313&amp;version=NVI">2 Corintios 11–13</a>, describe su filosofía ministerial y comparte su testimonio extenso con la iglesia de Corinto. En <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Tesalonicenses%202%3A1%E2%80%9312&amp;version=NVI">1 Tesalonicenses 2:1–12</a>, aclara su motivo para predicar el evangelio, no un motivo de avaricia o engaño, sino de amor.
En <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A11%E2%80%932%3A21&amp;version=NVI">Gálatas 1:11–2:21</a>, Pablo defiende su credibilidad ante las iglesias de Galacia. Comienza citando la fuente suprema de su autoridad: Jesucristo. El evangelio que Pablo les predicó no era de “invención humana” (v. 11). No lo escuchó de otro hombre. No lo aprendió en un ambiente académico. No salió en busca de el en alguna manera. Más bien, le “llegó por revelación de Jesucristo” (v. 12).
Aquí, Pablo probablemente se refiere a su conversión en el camino a Damasco (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%209&amp;version=NVI">Hechos 9</a>), cuando una luz cegadora del cielo brilló a su alrededor y una voz le preguntó: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%209%3A4&amp;version=NVI">Hechos 9:4</a>). Saulo (Pablo) siendo un hombre religioso, inmediatamente reconoció esto como un encuentro divino y cayó al suelo. Pero Saulo aún no tenía claro el origen específico de esta confrontación. Entonces preguntó: “¿Quién eres, Señor?”, y la respuesta fue “yo soy Jesús, a quien tú persigues” (v. 5). En los siguientes versículos, Pablo compartirá más de su testimonio. Pero comienza aquí con una comprensión de la verdadera fuente del evangelio: Jesucristo, el único Hijo de Dios.
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<li>Piensa en tus fuentes de información. ¿En qué basas tus creencias? ¿Cómo se te reveló Jesús por primera vez?</li>
</ul>
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Ora con nosotros
En la lectura de hoy, el apóstol Pablo nos da una indicación clara de la base de nuestra fe y esperanza: ¡Jesucristo! Padre amoroso, gracias por tu preciosa Palabra que nos habla incluso hoy con sabiduría, amor y misericordia.

Cuando mis estudiantes de Comunicación Oral en el Instituto Bíblico Moody dan presentaciones persuasivas, escucho sus fuentes de información.

REVELACIÓN DIRECTA

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Lee Gálatas 1:6–10

Si navegas por las redes sociales, te verás bombardeado por diferentes voces y opiniones. Algunos de esos mensajes son creíbles, otros no son confiables y otros son francamente peligrosos. Y aunque el volumen de mensajes es mucho mayor ahora que en la época de la iglesia primitiva, las consecuencias de escuchar y adherirse a las mentiras siguen siendo las mismas.

Pablo no se anda con rodeos en su carta a los Gálatas. Inmediatamente después de su saludo (vv. 1–5), da la razón principal de esta carta: está intensamente preocupado por la inminente apostasía de estas iglesias preciosas y jóvenes (v. 6).

Gálatas es quizás la carta más apasionada de Pablo. Dado que posiblemente también fue su primera epístola, es posible que todavía estuviera aprendiendo a moderar sus emociones. En cualquier caso, ¡su conmoción e indignación casi saltan de la página! Para él era incomprensible que estos seguidores de Cristo —con quienes había compartido la verdadera gracia de Dios— ahora estuvieran siendo atraídos para seguir “un evangelio diferente”, que en realidad “no es otro evangelio” (vv. 6–7 LBLA).

Pablo luego señala con el dedo la fuente del problema. Algunos influyentes anónimos habían llegado a la región y estaban creando confusión al “tergiversar” el evangelio (v. 7). Si bien el verbo español “tergiversar” significa alterar el curso o distorsionar lo que se pretendía, el verbo griego es aún más fuerte. Describe el acto de convertir el tema en algo completamente diferente. Estas personas no solo estaban confundiendo las cosas; estaban torciendo el evangelio hasta convertirlo en algo completamente falso.

Para subrayar la gravedad de la situación, Pablo incluso pronuncia (¡dos veces!) una maldición divina sobre quien fuera (él mismo y los ángeles incluidos) que proclamara un evangelio diferente (vv. 8–9). El único verdadero evangelio era la buena noticia de Jesucristo, que Pablo había predicado a los gálatas desde el principio, y la única motivación apropiada para este ministerio era agradar únicamente a Dios.
¿Qué voces o “evangelios falsos” compiten por tu atención y lealtad? ¿Cómo puedes proteger tu corazón y tu mente de esas influencias?

Ora con nosotros

Señor Jesús, hoy queremos agradecerte por salvar a Pablo, por encontrarnos con él en el camino a Damasco. Gracias por darle sabiduría, educación y conocimiento para instruir a sus hermanos cristianos (y a nosotros también). ¡Que escuchemos con atención!

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A6%E2%80%9310&amp;version=NVI">Gálatas 1:6–10</a>
Si navegas por las redes sociales, te verás bombardeado por diferentes voces y opiniones. Algunos de esos mensajes son creíbles, otros no son confiables y otros son francamente peligrosos. Y aunque el volumen de mensajes es mucho mayor ahora que en la época de la iglesia primitiva, las consecuencias de escuchar y adherirse a las mentiras siguen siendo las mismas.
Pablo no se anda con rodeos en su carta a los Gálatas. Inmediatamente después de su saludo (vv. 1–5), da la razón principal de esta carta: está intensamente preocupado por la inminente apostasía de estas iglesias preciosas y jóvenes (v. 6).
Gálatas es quizás la carta más apasionada de Pablo. Dado que posiblemente también fue su primera epístola, es posible que todavía estuviera aprendiendo a moderar sus emociones. En cualquier caso, ¡su conmoción e indignación casi saltan de la página! Para él era incomprensible que estos seguidores de Cristo —con quienes había compartido la verdadera gracia de Dios— ahora estuvieran siendo atraídos para seguir “un evangelio diferente”, que en realidad “no es otro evangelio” (vv. 6–7 LBLA).
Pablo luego señala con el dedo la fuente del problema. Algunos influyentes anónimos habían llegado a la región y estaban creando confusión al “tergiversar” el evangelio (v. 7). Si bien el verbo español “tergiversar” significa alterar el curso o distorsionar lo que se pretendía, el verbo griego es aún más fuerte. Describe el acto de convertir el tema en algo completamente diferente. Estas personas no solo estaban confundiendo las cosas; estaban torciendo el evangelio hasta convertirlo en algo completamente falso.
Para subrayar la gravedad de la situación, Pablo incluso pronuncia (¡dos veces!) una maldición divina sobre quien fuera (él mismo y los ángeles incluidos) que proclamara un evangelio diferente (vv. 8–9). El único verdadero evangelio era la buena noticia de Jesucristo, que Pablo había predicado a los gálatas desde el principio, y la única motivación apropiada para este ministerio era agradar únicamente a Dios.
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<li>¿Qué voces o “evangelios falsos” compiten por tu atención y lealtad? ¿Cómo puedes proteger tu corazón y tu mente de esas influencias?</li>
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Ora con nosotros
Señor Jesús, hoy queremos agradecerte por salvar a Pablo, por encontrarnos con él en el camino a Damasco. Gracias por darle sabiduría, educación y conocimiento para instruir a sus hermanos cristianos (y a nosotros también). ¡Que escuchemos con atención!

Si navegas por las redes sociales, te verás bombardeado por diferentes voces y opiniones. Algunos de esos mensajes son creíbles, otros no son confiables y otros son francamente peligrosos.

UN EVANGELIO TORCIDO

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Lee Gálatas 1:1–5

En 1876, J. Willis Westlake, profesor de literatura, escribió un manual acerca de cómo escribir cartas. El profesor ofrece instrucciones detalladas y ejemplos, pero termina enfatizando la importancia de las cartas para la documentación cultural e histórica. En las cartas, Westlake dice: “Nos acercamos más que en ningún otro lugar a la vida interior de un hombre, a sus motivos, principios e intenciones”.

El libro de Gálatas es una carta inspirada por el Espíritu Santo y escrita por el apóstol Pablo, una carta de gran valor espiritual e histórico. Esta carta no solo nos da una idea de la iglesia primitiva, sino que también nos proporciona instrucción doctrinal y mentoría espiritual. Gálatas puede haber sido la primera epístola de Pablo, y es sin duda una de las más personales. Pablo usa esta carta para enseñar a sus lectores y suplicar a las iglesias de Galacia que cambien de rumbo.

Los destinatarios originales, los creyentes de Galacia, eran cercanos al corazón de Pablo. Había viajado por esa región en su primer viaje misionero (Hechos 13–16) y había fundado esta red de pequeñas iglesias en las casas. En ese momento, la comunidad cristiana había experimentado poderosamente la obra del Espíritu. Pero no mucho después de que Pablo se fue, llegaron maestros de fuera y crearon confusión. Pusieron en duda la autoridad y el mensaje de Pablo, provocando temor en los gálatas, un temor que se sentía como una esclavitud.

Pablo comienza esta carta destacando la fuente de su llamado apostólico. No fue llamado por hombre, sino por Dios (v. 1). Pablo explica que toda una comunidad cristiana (de “hermanos y hermanas”) se une a él para enviar esta exhortación (v. 2), otra evidencia de su credibilidad. Finalmente, Pablo extiende gracia y paz a los gálatas, una gracia y paz divinas, que vienen tanto de “Dios nuestro Padre como del Señor Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo” (vv. 3–4).
¿Por qué crees que las cartas de Pablo fueron tan importantes para la iglesia primitiva? ¿Qué valor tienen estas cartas para nosotros hoy?

Ora con nosotros

Señor, al comenzar el estudio de este mes de la carta de Pablo a los Gálatas, danos una perspectiva para entender cómo se aplica esta importante epístola a nuestros días y nuestra era, y cómo puede ayudarnos a crecer en “gracia y paz” (Gálatas 1:3).

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A1%E2%80%935&amp;version=NVI">Gálatas 1:1–5</a>
En 1876, J. Willis Westlake, profesor de literatura, escribió un manual acerca de cómo escribir cartas. El profesor ofrece instrucciones detalladas y ejemplos, pero termina enfatizando la importancia de las cartas para la documentación cultural e histórica. En las cartas, Westlake dice: “Nos acercamos más que en ningún otro lugar a la vida interior de un hombre, a sus motivos, principios e intenciones”.
El libro de Gálatas es una carta inspirada por el Espíritu Santo y escrita por el apóstol Pablo, una carta de gran valor espiritual e histórico. Esta carta no solo nos da una idea de la iglesia primitiva, sino que también nos proporciona instrucción doctrinal y mentoría espiritual. Gálatas puede haber sido la primera epístola de Pablo, y es sin duda una de las más personales. Pablo usa esta carta para enseñar a sus lectores y suplicar a las iglesias de Galacia que cambien de rumbo.
Los destinatarios originales, los creyentes de Galacia, eran cercanos al corazón de Pablo. Había viajado por esa región en su primer viaje misionero (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2013%E2%80%9316&amp;version=NVI">Hechos 13–16</a>) y había fundado esta red de pequeñas iglesias en las casas. En ese momento, la comunidad cristiana había experimentado poderosamente la obra del Espíritu. Pero no mucho después de que Pablo se fue, llegaron maestros de fuera y crearon confusión. Pusieron en duda la autoridad y el mensaje de Pablo, provocando temor en los gálatas, un temor que se sentía como una esclavitud.
Pablo comienza esta carta destacando la fuente de su llamado apostólico. No fue llamado por hombre, sino por Dios (v. 1). Pablo explica que toda una comunidad cristiana (de “hermanos y hermanas”) se une a él para enviar esta exhortación (v. 2), otra evidencia de su credibilidad. Finalmente, Pablo extiende gracia y paz a los gálatas, una gracia y paz divinas, que vienen tanto de “Dios nuestro Padre como del Señor Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo” (vv. 3–4).
<ul>
<li>¿Por qué crees que las cartas de Pablo fueron tan importantes para la iglesia primitiva? ¿Qué valor tienen estas cartas para nosotros hoy?</li>
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Ora con nosotros
Señor, al comenzar el estudio de este mes de la carta de Pablo a los Gálatas, danos una perspectiva para entender cómo se aplica esta importante epístola a nuestros días y nuestra era, y cómo puede ayudarnos a crecer en “gracia y paz” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A1latas%201%3A3&amp;version=NVI">Gálatas 1:3</a>).

En 1876, J. Willis Westlake, profesor de literatura, escribió un manual acerca de cómo escribir cartas. El profesor ofrece instrucciones detalladas y ejemplos, pero termina enfatizando la importancia de las cartas para la documentación cultural e histórica.

JESÚS EL REDENTOR

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Lee Mateo 25:14–30

¿Cuándo termina el Adviento? Los calendarios de Adviento comienzan la temporada el 1 de diciembre y terminan el 24 de diciembre. Las iglesias que observan el Adviento consideran que el primer domingo de la temporada es el más cercano al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Según ese cálculo, el Adviento terminó hace una semana. ¿O no?

Jesús enseñó a Sus discípulos (¡y a nosotros!) a observar una especie de Adviento perpetuo, siempre esperando Su regreso. La parábola del hombre que se va de viaje describe a los seguidores de Jesús como administradores a quienes se les ha confiado la riqueza de su amo. Lo que queda claro de la parábola es que Jesús espera que hagamos más que simplemente esperar. Durante su ausencia, el hombre de la parábola esperaba que sus sirvientes representaran sus intereses administrando sabiamente lo que se les había confiado (vv. 16–17).

Esta es una historia sobre cómo esperar bien. La parábola que le precede trata sobre las vírgenes prudentes y las insensatas que no saben cuándo llegará el novio. Concluye la advertencia: “Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora” (v. 13). En la parábola de Mateo 25, el amo no regresa hasta “después de mucho tiempo” (v. 19). El esclavo que escondió lo que había sido puesto bajo su cuidado es llamado “malo”, “perezoso” e” inútil”. Es expulsado de la presencia del amo (vv. 26, 30). Ambas parábolas brindan una reprimenda a la generación que vio la primera venida de Cristo y una advertencia a quienes esperan Su segunda venida. Como siervos fieles del Maestro, debemos esperar con esperanza. No debemos ser tomados desprevenidos por Su regreso, sin importar cuánto tiempo parezca tardar. Mantengamos vigilancia mientras esperamos y trabajamos para Él.
Jesús vendrá otra vez “y no tardará” (Hebreos 10:37). ¿Estás listo para Su regreso? ¿Qué has aprendido acerca de esperar con esperanza en el estudio de este mes?

Ora con nosotros

Escuchamos Tu advertencia, Señor: “Por tanto…, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora” (Mateo 25:13). Haznos alertas y vigilantes, no nos dejes perder la esperanza y mantennos preparados para Tu regreso. ¡Amén!

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2025%3A14%E2%80%9330&amp;version=NVI">Mateo 25:14–30</a>
¿Cuándo termina el Adviento? Los calendarios de Adviento comienzan la temporada el 1 de diciembre y terminan el 24 de diciembre. Las iglesias que observan el Adviento consideran que el primer domingo de la temporada es el más cercano al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Según ese cálculo, el Adviento terminó hace una semana. ¿O no?
Jesús enseñó a Sus discípulos (¡y a nosotros!) a observar una especie de Adviento perpetuo, siempre esperando Su regreso. La parábola del hombre que se va de viaje describe a los seguidores de Jesús como administradores a quienes se les ha confiado la riqueza de su amo. Lo que queda claro de la parábola es que Jesús espera que hagamos más que simplemente esperar. Durante su ausencia, el hombre de la parábola esperaba que sus sirvientes representaran sus intereses administrando sabiamente lo que se les había confiado (vv. 16–17).
Esta es una historia sobre cómo esperar bien. La parábola que le precede trata sobre las vírgenes prudentes y las insensatas que no saben cuándo llegará el novio. Concluye la advertencia: “Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora” (v. 13). En la parábola de <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2025&amp;version=NVI">Mateo 25</a>, el amo no regresa hasta “después de mucho tiempo” (v. 19). El esclavo que escondió lo que había sido puesto bajo su cuidado es llamado “malo”, “perezoso” e” inútil”. Es expulsado de la presencia del amo (vv. 26, 30). Ambas parábolas brindan una reprimenda a la generación que vio la primera venida de Cristo y una advertencia a quienes esperan Su segunda venida. Como siervos fieles del Maestro, debemos esperar con esperanza. No debemos ser tomados desprevenidos por Su regreso, sin importar cuánto tiempo parezca tardar. Mantengamos vigilancia mientras esperamos y trabajamos para Él.
<ul>
<li>Jesús vendrá otra vez “y no tardará” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hebreos%2010%3A37&amp;version=NVI">Hebreos 10:37</a>). ¿Estás listo para Su regreso? ¿Qué has aprendido acerca de esperar con esperanza en el estudio de este mes?</li>
</ul>
<hr>
Ora con nosotros
Escuchamos Tu advertencia, Señor: “Por tanto…, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora” (<a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2025%3A13&amp;version=NVI">Mateo 25:13</a>). Haznos alertas y vigilantes, no nos dejes perder la esperanza y mantennos preparados para Tu regreso. ¡Amén!

¿Cuándo termina el Adviento? Los calendarios de Adviento comienzan la temporada el 1 de diciembre y terminan el 24 de diciembre. Las iglesias que observan el Adviento consideran que el primer domingo de la temporada es el más cercano al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre.

LLENOS DE ESPERANZA

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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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Hoy en la palabra

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