Lee 2 Crónicas 29
¿Qué haces para prepararte para la adoración? ¿Ponerte tu ropa de domingo? ¿Apurarte para que toda la familia salga a tiempo? La Biblia nos dice: “guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios” (Eclesiastés 5:1 LBLA). ¿Qué significa guardar nuestros pasos para la adoración?
2 Crónicas 29 nos da una descripción vívida de eso. La adoración musical abunda con una variedad de instrumentos, cantantes, trompetas, todo en alabanza y adoración (vv. 25–30). Pero lo que llama la atención es que la alabanza musical ocurre al final del capítulo.
El rey Ezequías primero guardó sus pasos cuando entró a la casa de Dios. Uno de sus primeros actos como rey fue abrir las puertas del templo del Señor; no para adorar, sino para reparar (v. 1). 2 Reyes 18:5 dice que “No hubo otro como él entre todos los reyes de Judá”. Ezequías llamó a los que dirigían la adoración (los levitas) a consagrarse primero y sacar del santuario todo lo impuro (v. 5 DHH) del templo antes de que pudiera llevarse a cabo cualquier adoración.
Esta es una imagen del llamado de Dios para que eliminemos el pecado y la mundanalidad dentro de nosotros, porque “¿en qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente” (2 Corintios 6:16). Debemos guardar nuestros pasos mientras adoramos al Señor en público o en privado, porque Su iglesia y nuestros mismos cuerpos son templos del Espíritu Santo (Efesios 2:21; 1 Corintios 6:19). Al igual que el rey Ezequías limpió el templo, tenemos un Rey más grande que no sólo volcó las mesas y limpió el templo mientras caminaba por esta tierra (narrado en los cuatro relatos de los Evangelios), sino que ahora puede limpiarnos y santificarnos a través de Su sangre, Su Palabra, Su Espíritu.
Ora con nosotros
Nuevamente, mientras vamos a la iglesia este domingo, Te pedimos, Padre, que prepares nuestros corazones y nuestras mentes para acudir a Ti con cánticos de alabanza. Enséñanos cómo orar y cómo adorarte en Espíritu y en verdad.