Los soldados en campaña que se enfrentan a diario con la muerte, suelen tener una relación especialmente intensa con la religión. Y si esos militares son españoles, y de Infantería, se acogen a la protección y el consuelo de su patrona, la Virgen Inmaculada, desde el Milagro de Empel, en 1585.
Por ello, aunque estos días de festividad de la Inmaculada, los católicos han compartido miles de sus imágenes clásicas, las más difundidas han sido las que recuerdan redte patronazgo: la “Inmaculada de los Infantes” de Ricardo Sanz y sobre todo, “El Milagro de Empel” de Ferrer-Dalmau. Este Milagro ha sido recordado y recreado con gran esplendor en distintas ciudades como Sevilla con el Tercio de Olivares y prácticamente no hay un solo aficionado a la historia que no conozca el capítulo del Milagro con las tropas españolas en Flandes atrapadas en la isla de Bonmmel.