"Buenax nochex buxco una excusa".
Hay excusas que son verdaderas obras de arte. Tienen más ornamentación, más colorinchis y más imaginación que muchas verdades que, al final, te pueden salir caras. Porque claro, estas excusas de las que hablamos siempre son baratas. El dependiente rocía al cliente con excusas... de mierda: que si no eres tú, soy yo; que si necesito un tiempo; que si la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y como fue una indemnización en diferido, en forma, efectivamente, de simulación o de lo que hubiera sido en diferido en partes de una de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social...
Total, excusas. En estos grandes almacenes se venden millones. Igual te puedes ahorrar lo que te van a costar y comprar una excusa que valga para todo: "me corté... las uñas".