Hace unos meses, se acumularon más de 200 denuncias por agresiones con agujas contra mujeres en lugares de ocio. Las víctimas relataban que eran atacadas con jeringuilla e inoculadas con sustancias desconocidas que les hacían sentir desorientación, náuseas y malestar, en general. Sin embargo, los médicos forenses no pudieron encontrar pruebas de estas agresiones. Estas oleadas del terror a los pinchazos es recurrente y ha sucedido en diferentes momentos a lo largo de la historia y en distintos lugares del mundo. Se trata de un pánico mortal y el sociólogo Pablo Vergel nos explica cómo surgen, se propagan y replican.