Los pisos turísticos inundan España: hay ya casi 400.000 y no dejan de crecer. Es un tema complejo: generan beneficios y responden a la avalancha del turismo (del que vivimos), pero pueden agravar la crisis de la vivienda y suponer un problema social en los barrios. Las instituciones, cada una con su estilo, intentan regularlos. Lo analizamos con Gabriela Galarza, periodista de Economía de EL MUNDO especializada en consumo