La superindustria musical de Corea del Sur es un modelo de éxito, un producto estudiado y cuidado hasta el más mínimo detalles, que sería perfecto si no fuera por su lado oscuro

Moonbin, una de las estrellas del K-Pop, se ha suicidado. El suyo no es un caso aislado, en un país donde la salud mental es un tema tabú

Lo analizamos con Lucas de la Cal, corresponsal de EL MUNDO en Asia, y Pablo Gil, jefe de la sección de Cultura y crítico musical