La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos sigue planteando dudas sobre el impacto que producirá en la economía global y española. El catedrático Mikel Buesa afirma en nuestro podcast que el impacto en el crecimiento de nuestra economía será importante si el presidente lleva a cabo las medidas que anunció durante la campaña: «Nos reducirá la capacidad de crecimiento de manera muy importante, porque en los últimos años nuestro crecimiento ha tenido que ver con la exportación. Es verdad que una parte importante de esas exportaciones de servicios han tenido que ver con el turismo, pero como además Trump ha prometido que parará la guerra en Oriente Medio, el turismo hacia el norte de África, Asia y Oriente Medio se recuperará, con lo que desaparecerá ese incremento de turistas que hemos recibido por la crisis de Oriente Medio».
Sería una consecuencia colateral, en este caso llegada por algo positivo (el fin de la guerra), pero lo que tendría una repercusión pésima sería la imposición de unos aranceles del 20-30 %. «Si te ponen un arancel del 20 %, tú pones otro del mismo porcentaje o superior. Esto puede desencadenar una caída importante del comercio mundial, y al caer el comercio mundial, caerán las exportaciones americanas, europeas, chinas y de todos», añade Buesa. Por este motivo, tiene sus dudas de que se aplique finalmente tal cual está prevista: «Aprobar una subida arancelaria tan generalizada no es sencillo. Entre otras cosas, tendrá que obtener el acuerdo en la Cámara de Representantes y el Senado por mayoría reforzada. Además, deberá tener en cuenta la respuesta de los países afectados. En el comercio internacional hay un principio general de reciprocidad».
En vista de este panorama, Pin Arboledas piensa que Trump va a cambiar la negociación multilateral con la Unión Europea y con otros mercados por negociaciones bilaterales: «La estructura mental de Trump es la de un negociador empresarial al que le gusta más negociar que tener que enviar a los expertos a negociar con los expertos de la Unión Europea», señala. «Le irá mejor a los países que negocien mejor. Puede que algunos de nuestros productos compitan directamente con productos de los italianos y puede que los italianos, a través del sistema lobby que existe en Estados Unidos, sean más capaces de negociar adecuadamente que los españoles», añade.