Es uno de los pájaros más elegantes, y lo es sin duda por su frac. Junto al pavo real, es un alto representante de la moda, en este caso de las tendencias más clásicas inglesas. No vuelan, son algo torpes al caminar y de vez en cuando pegan algún patinazo. Pero no es justo olvidar que son buenos en el peor lugar que existe para un ave: las frías aguas del mar Antártico. Allí supo cambiar alas por aletas, y desde entonces todos envidian su capacidad de adaptación.