Ya en el siglo XVIII Jacques de Vaucanson fue capaz de crear un pato autómata que comía, tragaba, movía el cuello e, incluso, (¡ejem!) defecaba; nos podemos imaginar cuántas aves se comportan hoy como autómatas en esta jungla. Como ese primer robot del aviario son aquellos que programan los mensajes, que analizan a qué hora es mejor contestar, o si una foto tiene más repercusión que un simple texto plano. Todo muy natural...