Haciendo un ejercicio de sinceridad, muchos periodistas que abundan en las redes más públicas, como Twitter, saben que Martín Pescador podría ser su segundo nombre. Rápidos y ligeros, acechan a sus presas (noticias y exclusivas) y se abalanzan sobre ellas en cuestión de segundos. Son muchas las aves interesadas en quedar bien con el martín pescador, y hasta hay quienes se disfrazan con sus plumas para protegerse: “mira lo que tengo... Si te metes conmigo, llamo a mi primo el martín pescador”.