El ladrón de la Web. Es señal de malos augurios, por lo que nadie quiere verlo cerca. No respeta el trabajo de los demás y no sigue el código de conducta que aconseja citar a aquella persona que ha descubierto un buen contenido o que ha sido ingenioso con una frase ocurrente. Si ven algo que les gusta, lo copian, lo pegan y se lo apropian. Sin miramientos. Hay cuentas que están especializadas en vivir del material que otros crean o localizan.