Algunos –pocos– resurgen de sus cenizas y lo hacen de forma majestuosa. La mayoría de los especímenes que aparecen en el ecosistema digital se desarrollan de forma pausada, callada y discreta: de huevos a gallinas, poco a poco. Otros que parecían muertos, resucitan de repente y lucen espléndidos en su nueva vida. Muchos, y más de una vez, querrían ser como el fénix para renacer victoriosos de la catástrofe.