En esta vida se puede ser cualquier cosa menos un plasta, y si usted ha decidido ser uno, tendrá que admitir que poco a poco vaya formándose un círculo de vacío a su alrededor para que pueda ser un plasta feliz, pero a solas. Así que hemos decidido clasificar a los plastas, detectarlos y eliminarlos de nuestra vida o, al menos, mandarlos a ser plastas al único lugar donde están moral y legalmente legitimados para ello: en su casa.