Sí, desde nuestra pose de amargados y listillos revenidos nos hemos atrevido a hacer un episodio contra la pose. La pose de los que dicen que no usan WhatsApp, los que no tienen tele en casa, los que no hacen caso de las redes sociales, los que pasan de tener un smartphone. La pose de los que posan para simular otra pose que no es la suya. Y al final, de regalo, diez minutos seguidos de sonido del olas porque nos queríamos ir pronto al bar.