Revolcados por una implacable marea de información, cada vez es más difícil discernir lo real de lo falso. Ante la crisis de confianza en los medios tradicionales, el crecimiento desmedido de los medios y vías de comunicación alternativas han resultado en la incontrolable difusión de información falsa, errónea o engañosa. ¿Qué podemos hacer para frenar esta problemática?