Sarah Mulligan pegó un volantazo, dejó la abogacía y ahora escribe cuentos infantiles: "Si todos escuchamos la potencia de nuestra esencia, estaríamos todos con una sonrisa en la cara"
Jorge Pizarro
Sarah Mulligan pegó un volantazo, dejó la abogacía y ahora escribe cuentos infantiles: "Si todos escuchamos la potencia de nuestra esencia, estaríamos todos con una sonrisa en la cara"
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