Hace hoy 70 años, en pleno proceso de descolonización, la recién creada Naciones Unidas promovía un mundo sin vasallos ni dictadores, un mundo de naciones libres y autónomas. Siguiendo el ejemplo de La India, muchos estados dependientes de imperios y metrópolis, ya fuera la URSS o el bloque capitalista, dieron un paso hacia la independencia. Una élite de dirigentes formados en las mejores escuelas europeas se puso al frente de estos procesos.
El mundo recién salido de la Segunda Guerra Mundial buscó expandir la democracia y sus elecciones. Pero ese sueño hoy se ha tornado en pesadilla. Basta con echar un vistazo a los miembros de Naciones Unidas para darse cuenta que pueden dividirse en tres: aquellos gobernados por dictaduras férreas y asentadas, aquellos que tienen elecciones pero cuyo ganador está escrito antes de votar, y las democracias plenas. Por desgracia, estas últimas son las menos representativas del club.
¿Es el planeta un club de dictadores? ¿Es el mundo un lugar cada vez más hostil contra la democracia? ¿Qué ventajas encuentras las dictaduras frente a los gobiernos democráticos en este momento de la Historia? Con Putin, Xi Jinping, Orban y Erdogan, hemos vuelto a una era de nuevos emperadores?
Para responder a estas preguntas conversaremos con el analista y politólogo José Ignacio Torreblanca, que es también colaborador de EL MUNDO, y con el historiador Florentino Portero, fundador del Grupo de Estudios Estratégicos.