Antonio Garrigues iba para futbolista. Tanto, que firmó un contrato para jugar en el Atlético de Madrid. Pero el día que apareció en casa con el uniforme y las botas en la mano su padre le dijo que volviera por donde había venido, y devolviera todo el material. Lo que tenía que hacer, era estudiar. Sería abogado. Así que eso hizo.
Con 27 años ya presidía el despacho que habían fundado su padre y su tío: Garrigues. No sin esfuerzo ha conseguido situarlo entre uno de los despachos más prestigiosos de Europa con más de 1800 abogados contratados.
Todos los veranos representa en su casa de Sotogrande obras de teatro que él mismo escribe. Políglota, viajero y curioso incansable, intentó ser político en los años 80, fundando un partido de centro que no llegó a nada.
Su padre fue muy amigo del matrimonio Kennedy, pues era embajador español en EEUU durante su mandato y, Antonio, desde muy joven, creyó en la enorme importancia de la globalización.
Sobre todos estos asuntos conversa con Iñaki Gabilondo, uno de los periodistas más prestigiosos de España y el director del programa Hoy por Hoy durante dos décadas en la Cadena Ser, en esta conversación.