Una mujer sin escrúpulos estuvo dispuesta a jugar con el cianuro y la muerte. La llamaron "la envenenadora de Monserrat" pues fue acusada, además de estafa, de acabar con la vida de tres mujeres.
Le había prometido a sus amigas que sabía el método para duplicar sus ahorros. Ellas le prestaron una significativa suma de dinero. Lo que viene después será un negocio que terminará de la peor manera posible.