Madre, madre, tú me besas, pero yo te beso más, y el enjambre de mis besos no te deja ni mirar... 
Si la abeja se entra al lirio, no se siente su aletear. Cuando escondes a tu hijito ni se le oye respirar... 
Yo te miro, yo te miro sin cansarme de mirar, y qué lindo niño veo a tus ojos asomar... 
El estanque copia todo lo que tú mirando estás; pero tú en las niñas tienes a tu hijo y nada más. 
Los ojitos que me diste me los tengo de gastar en seguirte por los valles, por el cielo y por el mar...

<div>Madre, madre, tú me besas,&nbsp;</div><div>pero yo te beso más,&nbsp;</div><div>y el enjambre de mis besos&nbsp;</div><div>no te deja ni mirar...&nbsp;</div><div><br></div><div>Si la abeja se entra al lirio,&nbsp;</div><div>no se siente su aletear.&nbsp;</div><div>Cuando escondes a tu hijito&nbsp;</div><div>ni se le oye respirar...&nbsp;</div><div><br></div><div>Yo te miro, yo te miro&nbsp;</div><div>sin cansarme de mirar,&nbsp;</div><div>y qué lindo niño veo&nbsp;</div><div>a tus ojos asomar...&nbsp;</div><div><br></div><div>El estanque copia todo&nbsp;</div><div>lo que tú mirando estás;&nbsp;</div><div>pero tú en las niñas tienes&nbsp;</div><div>a tu hijo y nada más.&nbsp;</div><div><br></div><div>Los ojitos que me diste&nbsp;</div><div>me los tengo de gastar&nbsp;</div><div>en seguirte por los valles,&nbsp;</div><div>por el cielo y por el mar...</div>

Recuperamos las voces hispanoamericanas, los poemas universales.

Poemarios guarda los besos y los versos de Gabriela Mistral, y los silencios y los sonetos de Pablo Neruda, que semana a semana intentarán salir en busca de nuevos corazones a los que enamorar.

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