3. El pecadoHubo una España, no tan lejana, en la que el Estado y la Iglesia eran uno: “La religión del Estado era el catolicismo, pero no era sólo la religión de Estado, el catolicismo lo permeaba todo”, asegura Paloma Simón. Algunos historiadores llaman a esto Nacionalcatolicismo, donde, como cuenta Martirio Tesoro, “el pecado era delito”.
En aquella época, si la policía te pillaba diciendo que eras de otra religión, te podía perseguir por “desorden público” o por “falta de respeto a la religión del Estado”. El catolicismo, aunque era una religión que se basaba mucho en la paz, el amor y la generosidad, en la práctica no te dejaba hacer muchas cosas: “La dictadura de Franco fue una dictadura católica y el pecado estaba presente en absolutamente todos los ámbitos. El placer era un pecado. Y pesaba más el concepto de pecado que el concepto de prohibición, porque las prohibiciones podías imaginar en saltártelas, pero el pecado era una condena eterna, es que ibas directo al infierno”, explica la guionista de la serie Cuéntame cómo pasó Azucena Rodríguez.