El 27 de febrero de 2015 entró en vigor la Ley de Segunda Oportunidad, un mecanismo ideado para que las personas físicas, con o sin actividad empresarial, puedan superar una situación de insolvencia grave. El objetivo principal: evitar que las iniciativas emprendedoras se retraigan ante la posibilidad de fracasar.

Sin embargo, las cifras de concursos de acreedores de personas físicas han crecido muy por encima de la Tasa de Actividad Emprendedora.

¿Cómo está actuando esta ley? ¿Pueden todas las personas acogerse a ella? ¿Son susceptibles todas las deudas de ser exoneradas? ¿De qué manera se protegen los derechos de cobro de los acreedores?

Abordamos esta cuestión con Fina Salazar, socia fundadora de ‘Abogados para tus deudas’ y Marta Bergadá, abogada especialista que comenzó a estudiar derecho tras fracasar en un negocio inmobiliario que le provocó un duro concurso de acreedores. 

El 27 de febrero de 2015 entró en vigor la Ley de Segunda Oportunidad, un mecanismo ideado para que las personas físicas, con o sin actividad empresarial, puedan superar una situación de insolvencia grave. El objetivo principal: evitar que las iniciativas emprendedoras se retraigan ante la posibilidad de fracasar.
Sin embargo, las cifras de concursos de acreedores de personas físicas han crecido muy por encima de la Tasa de Actividad Emprendedora.
¿Cómo está actuando esta ley? ¿Pueden todas las personas acogerse a ella? ¿Son susceptibles todas las deudas de ser exoneradas? ¿De qué manera se protegen los derechos de cobro de los acreedores?
Abordamos esta cuestión con Fina Salazar, socia fundadora de ‘Abogados para tus deudas’ y Marta Bergadá, abogada especialista que comenzó a estudiar derecho tras fracasar en un negocio inmobiliario que le provocó un duro concurso de acreedores.

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