El Gobierno ha presentado su sistema de verificación de la mayoría de edad en el acceso a contenidos para adultos en internet. La herramienta finalmente escogida, después de manejar varias, ha sido una especie de carnet digital con un bono de credenciales de 30 accesos o sesiones válido durante 30 días que permitirá entrar a los adultos en páginas pornográficas tras identificarse con su DNI electrónico. Podrán usar tres veces la misma credencial dentro de la misma plataforma. 

El objetivo es impedir que niños y adolescentes menores de 18 años puedan entrar en este tipo de contenidos. Ahora las plataformas preguntan por la edad pero el mecanismo es muy endeble y cualquiera puede entrar en estas páginas.

También se contempla una modificación de la Ley General de Telecomunicaciones para que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) pueda bloquear aquellas plataformas o páginas con contenidos pornográficos si no incorporan mecanismos de verificación de la edad efectivos. Para tal fin, el Gobierno está en conversaciones con proveedores de internet como Movistar o Vodafone con el fin de que permitan bloquear estas páginas.

La educación afectivo-sexual es la gran asignatura pendiente en España, más aún dentro del ámbito familiar: Hacerlo es fundamental porque ayuda a ver y a entender la sexualidad y las relaciones de una forma sana, respetuosa y sobre todo real, porque por desgracia, para muchos jóvenes, el porno se ha convertido en un referente educativo y cada vez se accede antes a él: entre los 9 y los 11 años.

La iniciativa del Gobierno ha generado sin duda un gran revuelo en los últimos días y han surgido extraños argumentos a favor y en contra del plan. 

Para hablar de esta cuestión, entrevistamos a Eduardo Cruz, experto en ciberseguridad. Cruz expresó serias reservas y críticas hacia esta medida. Considera que es una solución desproporcionada que impone restricciones significativas a las libertades civiles de los adultos sin garantizar eficazmente la protección de los menores. Argumentó que obligar a millones de ciudadanos a demostrar su edad para acceder a contenidos legales podría ser invasivo y generar riesgos de seguridad, como filtraciones de datos personales de los usuarios.

Desde su perspectiva como experto en ciberseguridad, sugiere que la educación y la concienciación son vías más efectivas para abordar el problema. Propone que se implementen campañas educativas intensivas dirigidas a padres, educadores y menores para enseñar sobre el uso responsable de Internet y los peligros asociados con el acceso a contenidos inapropiados.

Además, advierte sobre las posibles consecuencias negativas de un sistema de verificación masiva, especialmente en términos de privacidad y seguridad de los datos personales de los usuarios. Señala que la creación de una base de datos centralizada con información sensible sobre el acceso a contenidos adultos podría ser objeto de ciberataques o de uso indebido por parte de entidades malintencionadas.

En cuanto a las alternativas, insiste en la importancia de campañas continuas y educación integral sobre el uso responsable de Internet desde temprana edad. Considera que estas medidas no solo son más respetuosas con las libertades individuales, sino que también podrían ser más efectivas a largo plazo para proteger a los menores.

El experto plantea preocupaciones sobre el posible impacto del sistema de verificación en plataformas de redes sociales y otros servicios on line. Señala que definir qué constituye contenido adulto y la implementación de medidas de control podrían extenderse más allá de los contenidos pornográficos, afectando potencialmente a una amplia gama de plataformas y usuarios.

Mientras que el gobierno español busca implementar un sistema de verificación de edad para proteger a los menores, Eduardo Cruz, basándose en su experiencia en ciberseguridad, sugiere que la educación y la concienciación son alternativas más viables y respetuosas con los derechos individuales en la lucha contra el acceso inapropiado a contenidos on line.

El Gobierno ha presentado su sistema de verificación de la mayoría de edad en el acceso a contenidos para adultos en internet. La herramienta finalmente escogida, después de manejar varias, ha sido una especie de carnet digital con un bono de credenciales de 30 accesos o sesiones válido durante 30 días que permitirá entrar a los adultos en páginas pornográficas tras identificarse con su DNI electrónico. Podrán usar tres veces la misma credencial dentro de la misma plataforma. 
El objetivo es impedir que niños y adolescentes menores de 18 años puedan entrar en este tipo de contenidos. Ahora las plataformas preguntan por la edad pero el mecanismo es muy endeble y cualquiera puede entrar en estas páginas.
También se contempla una modificación de la Ley General de Telecomunicaciones para que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) pueda bloquear aquellas plataformas o páginas con contenidos pornográficos si no incorporan mecanismos de verificación de la edad efectivos. Para tal fin, el Gobierno está en conversaciones con proveedores de internet como Movistar o Vodafone con el fin de que permitan bloquear estas páginas.
La educación afectivo-sexual es la gran asignatura pendiente en España, más aún dentro del ámbito familiar: Hacerlo es fundamental porque ayuda a ver y a entender la sexualidad y las relaciones de una forma sana, respetuosa y sobre todo real, porque por desgracia, para muchos jóvenes, el porno se ha convertido en un referente educativo y cada vez se accede antes a él: entre los 9 y los 11 años.
La iniciativa del Gobierno ha generado sin duda un gran revuelo en los últimos días y han surgido extraños argumentos a favor y en contra del plan. 
Para hablar de esta cuestión, entrevistamos a Eduardo Cruz, experto en ciberseguridad. Cruz expresó serias reservas y críticas hacia esta medida. Considera que es una solución desproporcionada que impone restricciones significativas a las libertades civiles de los adultos sin garantizar eficazmente la protección de los menores. Argumentó que obligar a millones de ciudadanos a demostrar su edad para acceder a contenidos legales podría ser invasivo y generar riesgos de seguridad, como filtraciones de datos personales de los usuarios.
Desde su perspectiva como experto en ciberseguridad, sugiere que la educación y la concienciación son vías más efectivas para abordar el problema. Propone que se implementen campañas educativas intensivas dirigidas a padres, educadores y menores para enseñar sobre el uso responsable de Internet y los peligros asociados con el acceso a contenidos inapropiados.
Además, advierte sobre las posibles consecuencias negativas de un sistema de verificación masiva, especialmente en términos de privacidad y seguridad de los datos personales de los usuarios. Señala que la creación de una base de datos centralizada con información sensible sobre el acceso a contenidos adultos podría ser objeto de ciberataques o de uso indebido por parte de entidades malintencionadas.
En cuanto a las alternativas, insiste en la importancia de campañas continuas y educación integral sobre el uso responsable de Internet desde temprana edad. Considera que estas medidas no solo son más respetuosas con las libertades individuales, sino que también podrían ser más efectivas a largo plazo para proteger a los menores.
El experto plantea preocupaciones sobre el posible impacto del sistema de verificación en plataformas de redes sociales y otros servicios on line. Señala que definir qué constituye contenido adulto y la implementación de medidas de control podrían extenderse más allá de los contenidos pornográficos, afectando potencialmente a una amplia gama de plataformas y usuarios.
Mientras que el gobierno español busca implementar un sistema de verificación de edad para proteger a los menores, Eduardo Cruz, basándose en su experiencia en ciberseguridad, sugiere que la educación y la concienciación son alternativas más viables y respetuosas con los derechos individuales en la lucha contra el acceso inapropiado a contenidos on line.

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Analizamos con un experto en ciberseguridad el  sistema de verificación de la mayoría de edad en el acceso a contenidos para adultos en internet.

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