El púlpito no es para alimentar el ego, sino para servir en humildad, es una oportunidad sagrada para bendecir y edificar a nuestros hermanos, rechazando divisiones y favoritismos. Vivamos la unidad que Cristo nos pidió y aprendamos a escuchar con sabiduría la voz de Dios también a través de nuestros hermanos.
Escrito por el Capitán Carlos Solís
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