Se puede ser más de pinchos y desayunos o de brunchs y tardeo. Lo indudable es lo que le gustan a la NBA los premios. Ahora, habrá nuevos MVPs en las finales de conferencia: Larry Bird para el mejor del Este y Magic Johnson para el mejor del Oeste. Pura originalidad, puro contenido. Que no paren los contenidos. Ni las filtraciones. 

A Kyrie Irving se le está complicando la renovación en Brooklyn y a Miami le está costando algo más de lo esperado eliminar a Philadelphia, pese a tener a Jimmy Butler en nivel estelar. No tanto como Giannis Antetokounmpo, que está por encima de toda la NBA, como el Bucks-Celtics, la final de la NBA, una eliminatoria tan superior al resto que asusta. Milwaukee sin Middleton está demostrando, ahora sí, una actitud de campeón. 

El domingo podría haber muchos séptimos partidos. Golden State ha dejado de ir a Memphis a pelearse con niños porque los Grizzlies ya no son los chavalitos de la NBA, sino un serio rival, que además se queda sin su estrella y, aun así, consiguen diferencias de 55 puntos. Ni Dallas ni Phoenix firman esto: Luka Doncic y Devin Booker tiran de gen competitivo, pero uno necesita canalizar mejor frustración y el otro tener a un aceptable Chris Paul al lado.