Denver Nuggets libra otro partido que estaba a punto de perder en su casa contra Los Angeles Lakers. LeBron y Davis llegan al final fundidos, sin piernas y sin tomar las decisiones que deben ejecutar las estrellas de su calibre. Los Lakers tienen momentos de acercarse a una defensa perfecta sobre Jokic, pero es el mejor con diferencia y sigue firmando un triple doble al nivel de leyenda histórica. También, perfectamente secundado por un Jamal Murray con apariciones sólo comparadas a Michael Jordan y Allen Iverson. Es posible que los Lakers empaten en Los Ángeles, pero que puedan conseguir cuatro victorias seguidas parece impensable. Denver es un equipo organizado y perfeccionado durante toda la temporada para ganar en días así, pero los Lakers siguen probando opciones. Miami Heat ya ha demostrado que su voluntad supera la fragilidad de Boston Celtics. El segundo partido debería ser una victoria fácil para los locales con un Jayson Tatum brillante, pero cuesta confiar porque son capaces de lo mejor y lo peor, de mostrar la clara diferencia que existe y de vivir de milagros que no siempre consiguen. Un día más de desesperaciones en Philadelphia por las exigencias de James Harden, rozando lo bochornoso, y la permisividad de Daryl Morey.