Nos acercamos a un centro de día de la Fundación Manantial, donde charlamos con algunos de sus usuarios. Personas que, al igual que Carlos Mañas, llevan consigo un diagnóstico que les clasifica como “enfermos mentales” y un buen número de pastillas, recetadas por sus psiquiatras. Conocemos sus historias y el peso del estigma. Hablamos del uso “amarillista” que en ocasiones hace la prensa de la enfermedad, cuando los sucesos de los que hablan son protagonizados por personas diagnosticadas con trastornos mentales. Terminamos con el que, para los usuarios del centro es, sin duda, el medicamento más efectivos y el que menos reciben.