Pocos milagros deportivos han dejado tanta huella en la Primera División de nuestro fútbol como el que protagonizó la Sociedad Deportiva Eibar. El equipo armero cuajó una combinación exitosa basada en la afición, los futbolistas y la gestión.
En el terreno de la Dirección Deportiva, Fran Garagarza capitaneó un equipo dedicado a la confección de la plantilla, con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, pero basándose en el descubrimiento de jugadores que dejaron todo por el escudo eibarrés.