Peña fue elegido con 5 de los 8 votos de los integrantes del Consejo Superior Universitario, lo cual desató la furia de Leopoldo Múnera, a quien ya le había ocurrido algo similar en la elección de 2012, y de sus simpatizantes, que llamaron a la “resistencia civil”, ocasionando una creciente anomalía en el normal desarrollo de las actividades de la Universidad Nacional.