Joan Antoni Moreno (Pollença, 2000) y Diego Domínguez (Madrid, 2003) vivirán en París sus primeros Juegos Olímpicos. Un sueño hecho realidad, pero también un reto mayúsculo para ambos piragüistas que lograron certificar su presencia sobre la bocina en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría) y dejando fuera de la plaza olímpica a Tano García y Pablo Martínez. El C-2 500 español será juventud y hambre en la cita parisina.

Una dupla que pasaría por diferentes procesos antes de formarse. De hecho, el balear tuvo dudas al principio: "Probé varios deportes, empecé haciendo gimnasia artística y deportiva, pero decidí cambiar de deporte. Lo que me llamaba la atención era practicar vela, pero sólo se realizaba los fines de semana y yo quería un deporte que me obligase a mantener la misma exigencia que la gimnasia. El club náutico me permitió esa posibilidad con el piragüismo, lo probé y me encantó", recuerda.

Por su parte, Diego era inicialmente más de fútbol: "Mantengo esa pasión futbolera por el Real Madrid. Empecé con el fútbol, me apunté a los 6 al piragüismo, pero lo seguía haciendo de forma paralela al fútbol. Lo dejé a los 12 y hasta día de hoy, no he hecho muchos más deportes. Era un central leñero, yo me dedicaba a atender órdenes", afirma.

Ahora cumplirán el sueño olímpico, algo que Joan Antoni no se esperaba ni en sus mejores sueños: "Estar en unos Juegos es como cuando un niño consigue cumplir su sueño. Al final, empiezas en el deporte, empiezas a competir... Empiezas a conseguir tus primeras medallas nacionales y el siguiente paso es el de empezar a soñar con poder estar en tus primeros campeonatos internacionales. Luego, el objetivo es el de conseguir la primera medalla internacional, pero el siguiente sueño son los Juegos y lo hemos conseguido", reconoce.

Preguntados por el hecho de si se vieron en algún momento fuera de París, Diego no se esconde: "Parece que hemos ido corriendo al autobús y nos hemos subido en el último momento, pero yo tengo 21 años e igual París quedaba un poquito pronto, pero a mí me gusta soñar siempre en grande. Hemos conseguido el sueño y ahora vamos a por todas", añade.

Con el sueño cumplido, ahora toca competir y luchar por grandes cosas... Pero los dos tratan de restarse presión: "Lo bueno que tenemos es que hemos creado un hábito de trabajo constante, una manera de trabajar de esforzarte diariamente que eso solamente tenemos que prolongarlo en el tiempo ahora de cara a los Juegos. Por lo tanto, siempre hemos tratado de no echarnos la presión encima, de no tener nervios de más y de trabajar el día a día, esforzándose diariamente y sin pensar ni en el futuro ni en el pasado", concluyen.