Aunque muchos colombianos vivimos en grandes ciudades, en nuestro país existen pueblos que solo viven en nuestra memoria y de eso habla esta novela; es la historia del último habitante de un asentamiento perdido en el caribe, que le cuenta a quien lo quiera escuchar las historias de sus muertos, simplemente para que no se pierdan en el olvido. Un texto lleno de realismo mágico y melancolía, un espejo en el que todos encontraremos nuestro reflejo.