La liberalización del servicio de transporte de viajeros por tren que comenzó en 2020, permitió que entrasen otros operadores a competir con RENFE, la empresa pública que tuvo históricamente el monopolio. Eso trajo una rebaja en los precios de los billetes y un incremento en el número de usuarios de tren. Sin embargo, las quejas de los usuarios por los frecuentes retrasos, las averías y la percepción de fiabilidad y confianza de la empresa pública por parte de los ciudadanos se ha deteriorado en los últimos años. Nos lo cuenta Javier F. Magariño, redactor de infraestructuras y transportes de Cinco Días y EL PAÍS.
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