En Estados Unidos, la quema de coches inteligentes simboliza la protesta contra el tecnoautoritarismo. Los manifestantes denuncian el reconocimiento facial y vigilancia masiva en las calles que permite identificar y deportar migrantes.Y mientras, Trump endurece su pulso con las tecnológicas que él mismo impulsó, cerrando el grifo a figuras como Elon Musk.
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