El Gobierno ha cambiado la estrategia para controlar el coronavirus. A partir de ahora, será tratado como una gripe y no se precisarán test ni faltar al trabajo, a no que ser los síntomas sean graves. Pero aún quedan asuntos por resolver: por ejemplo, el de las mascarillas. Pablo Linde, periodista de EL PAÍS que lleva dos años encargado de informar sobre la pandemia, explica lo que supone el cambio. Presenta Ana Fuentes