Hace unas semanas, el Gobierno de Bulgaria dimitió en bloque tras protestas masivas de la ciudadanía contra la corrupción. Este golpe ocurrió a las puertas de que el país entre en la moneda única, y en una Unión Europea con problemas de credibilidad. Incluso los búlgaros que quieren ampliar la influencia de Europa en sus vidas tienen miedo de perder poder adquisitivo cuando desaparezca el lev. Sus temores, aunque la coyuntura es distinta, recuerdan a los que se vivieron hace 24 años en España.
En este episodio, hablamos con la escritora Eminé Sadk, búlgara de origen turco, que representa a la generación joven que pide más Europa y rechaza el discurso eurófobo alentado desde Moscú. Escuchamos también a Miguel Roán, balcanólogo.
Para rememorar lo que supuso la entrada de España en la moneda única hace dos décadas, visitamos la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid con los responsables de despedir a la peseta. Y analizamos lo que supone incorporarse a un club como el del euro con Claudi Pérez, corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y exreportero en Bruselas.
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