“Alemania se ha rendido. La victoria será proclamada hoy a las 15:00 en las capitales aliadas”. Ese fue el titular de portada del diario francés Le Figaro el 8 de mayo de 1945. Es el día que se considera como el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Justo 9 días después del suicidio de Adolf Hitler. Lejos del continente, todavía continuaría unos meses, hasta después del ataque nuclear de Estados Unidos a Japón en agosto de aquel año.
Cada vez queda menos gente que pueda contarlo en primera persona, quien era adulto entonces hoy tiene que haber llegado a ser centenario. Es el inevitable paso del tiempo: cuando ya no queden testimonios directos, la memoria pasará a ser historia. Ocurre de la misma manera con la Guerra Civil española. Las sociedades del siglo XXI tienen el reto de que el recuerdo del gran conflicto del siglo XX y de los horrores del nazismo perviva en las generaciones que ya no podrán escucharlo de sus padres o abuelos. Entre los países que se enfrentan a ese desafío, hay dos que han marcado dos modelos distintos de mirar atrás para no olvidar —y no repetir— durante estas ocho décadas: Francia y Alemania.
CRÉDITOS
Lecturas mencionadas:
Más información:
Si tienes quejas, dudas o sugerencias, escribe a defensora@elpais.es o manda un audio a +34 649362138 (no atiende llamadas).