El precio del petróleo ha sido tradicionalmente un termómetro de la economía, una suerte de avanzadilla sobre lo que podía venir. Su reacción inmediata y en ocasiones incluso previa a eventos históricos ha permitido predecir por dónde podían ir las cosas en los mercados. Sin embargo, en los últimos tiempos los economistas, analistas y brókers del combustible andan despistados porque la curva del crudo no se compadece con la tensa situación en Oriente Próximo o en Ucrania. ¿Por qué? ¿Qué consecuencias puede tener ahora la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca? De todo esto hablamos esta semana con la periodista de EL MUNDO, Paula María.