La democratización de la inversión es un concepto que se repite con mucha frecuencia desde hace años en España, pero ¿realmente es así? Es verdad que los nuevos jugadores del mercado, brókeres o neobancos, han conseguido rebajar a coste cero o casi cero invertir en acciones o en fondos cotizados. Pero quedaba una arista que era intocable, reservada solo para las grandes fortunas y que, casualmente, es la más rentable de todas: la inversión en capital privado.